Julián Triguero Molinero es un joven con una discapacidad que le obliga a desplazarse en silla de ruedas eléctrica y que denuncia toda una serie de obstáculos a la hora de usar el transporte público, con dos casos concretos que le sucedieron en Renfe. Triguero relata las dificultades que tuvo que sufrir en la estación de Gandia para acceder a uno de los trenes que debía conducirle hasta la estación del Norte, en València. "Me tuvieron que meter en el tren y si no llega a ser por una persona de seguridad, no entro", asegura.

"Había un escalón que para mi es imposible de rebasar, porque acarrea riesgo tanto para mi persona, como para la que me socorría", incide. Relata Triguero que la silla eléctrica con la que se mueve pesa 126 kilogramos, que sumados a sus 93 kilogramos de peso corporal, complican cualquier acción. "Subirme a pulso es tarea muy complicada", confiesa en una carta cargada de indignación.

Triguero insiste en que los problemas no acaban en los accesos exteriores al tren. Denuncia que en los trenes AVE y Alvia que tuvo que coger con destino primero a Madrid y después a Pamplona en la plaza habilitada para personas con discapacidad el acceso era prácticamente imposible. "Apenas cabía la silla para desplazarme por el tren y fue imposible ir al WC, con el consiguiente problema con todas las horas de viaje que son desde València a Pamplona", asegura.

"Es una verdadera vergüenza que en la actualidad no se tengan en cuenta ciertas necesidades para adecuar los trenes, la escasez de plazas para personas que van con su propia silla pagando el billete como el resto de ciudadanos", apunta Triguero.

Un plan anual para mejorar la accesibilidad

Desde Renfe se puntualizaba ayer que los trenes de larga distancia están todos adaptados. Además, se asegura que cada año se invierte en mejorar la accesibilidad a los trenes de cercanías, con recrecido de andenes, rampas de acceso o ascensores. Adaptar un tren supone una inversión de un millón de euros, recuerdan desde la compañía, dentro de lo que es un plan nacional. Insisten también en que si se llama un día antes se informa al usuario sobre la disponibilidad y frecuencia de los trenes adaptados.

En Renfe inciden en que se cuenta con un servicio especial para personas con algún tipo de discapacidad desde 2007, el Servicio Atendo, que presta a más de 500.000 personas al año en 126 estaciones, 68 de forma permanente y en 58 con asistencia puntual. Desde sus inicios se han realizado más de dos millones de asistencias, con unos incrementos anuales superiores al 20%. El problema de este servicio es que solo se presta en los trayectos de larga distancia, es decir, en los trenes AVE, Avant y regionales. En la corta distancia no es posible contar con esta ayuda.