Dar dinero no es la única forma directa de ayudar a los investigadores a avanzar contra las enfermedades. En el alzhéimer y el resto de dolencias neurodegenerativas, la donación de cerebros es otra de las maneras más directas de poder ayudar a la ciencia. Es uno de los mensajes que ayer transmitieron los expertos en el marco del VII Congreso Internacional de Investigación e Innovación en Enfermedades Neurodegenerativas que se celebra hasta el viernes en València y que ayer se centró en la investigación social y sanitaria del alzhéimer y el resto de demencias que afectan en España a 800.000 personas y que están detrás de casi una de cada cinco muertes en la Comunitat Valenciana.

En València, y desde enero del año pasado, el Biobanco de La Fe, es el que se encarga de recoger las muestras de tejido neurológico que las personas sanas o los pacientes de alzhéimer u otras demencias quieren donar. Desde que abrieron la posibilidad a trabajar con este tipo de tejidos, han recibido doce donaciones de cerebros y tienen medio centenar de compromisos de donación de personas en vida aunque el objetivo es «consolidar» este trabajo e institucionalizarlo para seguir creciendo y poder ofrecer una atención en todo el territorio autonómico.

«Los estudios neurológicos se quedan cojos sin el estudio del tejido postmorten», explica Raquel Amigo, coordinadora del Biobanco de La Fe, que defendió que la cifra de cerebros recogidos por ahora, «aunque modesta es un gran logro» teniendo en cuenta que la iniciativa de empezar a contar con tejido cerebral para ponerlo a disposición de los investigadores se tomó «desde abajo, gracias a la voluntariedad de los profesionales que allí trabajamos».

En esta puesta en marcha tuvo también que ver el empuje de las asociaciones de familiares de personas con alzhéimer, organizados a través de su federación, Fevafa, que preside Emili Marmaneu. «Ojalá llegaran los investigadores a decirnos que la pastillita contra el alzhéimer ya estaba aquí, pero no es el caso y en los últimos años solo se han desarrollado cuatro fármacos nuevos. Esto da una idea de la necesidad que hay de apoyar a los investigadores que necesitan cerebros para estudiarlos», apuntaba ayer Marmaneu.

Alberto Rábano, director del Banco de Tejidos BTCIEN de la fundación Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas (CIEN) refrendaba ayer esta idea de las asociaciones. «La investigación en las enfermedades neurodegenerativas se basa en gran medida en las muestras humanas», explicó Rábano. «Eso lo saben muy bien los investigadores pero también las asociaciones. Lo importante es que los gestores lo tengan claro y lo apoyen», insistió el director del banco de tejidos que puso en valor la investigación que se hacía en estas áreas en la Comunitat Valenciana.

Los cerebros se van a Murcia

Aún así, y según Rábano, anualmente son muchos los cerebros valencianos que terminan donándose a bancos cercanos como el de Murcia por la falta, todavía, de infraestructura para llegar a todo el territorio y tener un protocolo estandarizado, algo que ayer demandaron tanto desde el biobanco como desde la federación de asociación de familiares de Alzheimer.

Para Marmaneu, la segunda fase tras la puesta en marcha de la recogida de tejidos neurológicos era tener una infraestructura suficiente para poder llevar un control previo de esos futuros donantes «y que se pueda hacer un estudio de condiciones de vida y de cómo ha sido la evolución de esa personas hasta que se tenga el cerebro en sí», explicó. La idea es paralela al Proyecto Vallecas que el Centro de Investigación biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned) está llevando a cabo y que busca hacer un diagnóstico precoz de la enfermedad a través de un algoritmo.

Las asociaciones de familiares tuvieron ayer un papel importante en esta primera parte del congreso que se centró en las investigaciones que se están haciendo sobre las intervenciones sociales que se realizan con los enfermos. «El objetivo es demostrar la eficacia que tienen esas terapias como la musicoterapia o la fisioterapia, algo que se venía haciendo como complemento pero sobre lo que no existía método de investigación estandarizado para probarlo», explicó Maribel González, directora gerente del Centro de Referencia Estatal de atención a personas con enfermedad de Alzheimer y otras demencias del Imserso. La asociación valenciana presentó, de hecho, las conclusiones de su estudio sobre el beneficio de la musicoterapia a través del coro Les Veus de la Memòria, que dio un concierto para cerrar el simposio.