Primero “Mulán”, después “Wonder Woman” y ahora Warner Bros, uno de los principales estudios cinematográficos del mundo, acaba de anunciar que sus  próximos estrenos llegarán antes a las plataformas de streaming que a las salas de cine. Parece que la pandemia de coronavirus está llevando el cambio al maltrecho sector de las salas de cine. Limitaciones de aforo, medidas de seguridad y ahora el Gobierno español ha decidido mantener la prohibición de consumir dentro de los cines para evitar contagios por contacto.

El difícil equilibrio entre medidas de seguridad y viabilidad de este sector está dando alas a las plataformas de video que desde hace años están creciendo como la espuma. La primera en llegar fue Netflix, le siguió HBO, Apple TV y la última ha sido Disney +, además de otras como Filmin o Amazon Prime. Con suscripciones mensuales básicas que oscilan entre los 6,99 y 8,99 euros, estos portales están detrás del fenónemo cultural que han supuesto las series. Grandes producciones audiovisuales con presupuestos que no tienen nada que envidiar a los estrenos de Hollywood y grandes títulos como “Westworld”, “Juego de Tronos”, “The Mandalorian” o “La casa de papel” las han convertido en las protagonistas del sector audiovisual. Ese éxito, sumado a las especiales condiciones que ha traído la pandemia de coronavirus, les ha hecho explorar nuevas vías hasta ahora inconcebibles.

La todopoderosa Disney fue la primera en romper las reglas de juego con “Mulán” y “Artemis Fowl”. Hasta ahora, ninguna de las grandes productoras de Hollywood se había planteado estrenar una de sus grandes películas del año por cualquier canal que no fueran las salas de cine. Los estrenos en televisión estaban reservados para películas de segundo o tercer nivel, secuelas que no aspiraban a grandes ingresos en taquilla pero que bien pueden recoger derechos por trasmisión en las cadenas de televisión. Desde su estreno en salas, la película solía tardar entre 6 meses y un año en entrar en los circuitos del video bajo demanda. Hasta ahora.

El remake de “Mulán” se estrenó el pasado 4 de septiembre en exclusiva en España a través del servicio de video bajo demanda de la compañía. Fue la primera vez que una superproducción con un presupuesto superior a los 200 millones de euros no había pasado ni una sola vez por los cines. Su estreno fue exclusivamente en digital para los clientes de la plataforma pero solo para quienes estuvieran dispuestos a pagar un extra para ver este estreno, en este caso 21,99 euros. Y parece que la estrategia no les fue mal. El estudio de una consultora externa asegura que Disney ha recaudado algo más de 261 millones de dólares a base de tarifas premium relacionadas con el estreno de “Mulán”. Todo un éxito, teniendo en cuenta que la película sigue disponible en la plataforma generando ingresos aunque ya no sea un estreno premium.

La prueba de Disney parece que ha despertado el interés de otra de las grandes del mercado. Warner ya ha anunciado que los próximos estrenos previstos llegarán antes a HBO Max, plataforma que desembarcará en España en 2021. Los planes de Warner son más conservadores que los de Disney. La segunda mayor productora de cine de Hollywood ha decidido que todas sus cintas previstas para 2021 se estrenarán a la vez en los cines y HBO Max.

Además de la segunda entrega de “Wonder Woman”, entre las películas del estudio que en principio tienen su fecha de lanzamiento el próximo año figuran apuestas con mayúsculas de Hollywood como la nueva 'Dune', la cuarta cinta de 'Matrix', el musical de Lin-Manuel Miranda 'En un barrio de Nueva York', 'Godzilla vs. Kong', o 'El Escuadrón Suicida'.

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La ofensiva de las plataformas de streaming se añaden a las restricciones sanitarias, que se han prolongado en plena temporada alta de un sector que se aferraba a la Navidad como su tabla de salvación. Según destacaban representantes del colectivo, las productoras habían comenzado a reactivarse justo de cara a esta recta final de año, por lo que la limitación del aforo a la mitad ha sido un golpe duro. Pero sobre todo critican la prohibición de comer y beber en las salas.

Un componente “emocional” que al eliminarlo hace que decaiga la afluencia de espectadores, sobre todo en época navideña cuando crece el número de familias que acuden al cine con niños, para quienes “las palomitas y los refrescos tienen un valor añadido”, según Antonio Such, presidente de la patronal valenciana de cines (Avacine). Y lo que es peor, fulmina uno de los elementos diferenciadores de los cines frente a los visionados domésticos que proponen los gigantes del streaming.

De hecho, ante las malas previsiones navideñas, estos negocios han frenado sus planes de reactivación del empleo. Muchos estudiaban rescatar a trabajadores en ERTE ante el aumento de la demanda, una idea que han aparcado ante la actual coyuntura. En lo que va de año, el colectivo asegura haber registrado un descenso de ingresos superior al 70 % respecto a 2019, que la mitad de los cines continúa a día de hoy cerrado y que los que siguen activos “trabajan en su totalidad a pérdidas”, según Such.