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Envejecimiento activo

La revolución de la longevidad

El 20 % de la población valenciana tiene más de 65 años y a diferencia de los mitos que relegan a los mayores a casa, varias personas relatan su ajetreada vida tras jubilarse, siempre que la salud lo permita. «La sociedad nos necesita. Queremos y tenemos mucho que aportar», dicen.

Carmina, Miguel, Carmen, Ramón, Carmen María y Asun, en la plaza del Ayuntamiento.

Miguel muestra una hoja de papel en la que ha escrito a mano sus «reflexiones sobre pertenecer y cantar en una coral». Clarifica que no se lo ha inventado, sino que se ha inspirado en las palabras de John Rutter, un director coral británico. Miguel Portolés es, desde hace poco, presidente de la Coral Harmonia Polifònica de València, formada por cantantes de más de 70 años. 

Al bajar la mirada y fijarla en el folio, se lee: «La música coral es algo que se dirige a nuestro sentido de la comunidad». En bolígrafo azul y con una caligrafía viva —los renglones se mueven al ritmo de la mano del escritor— sigue así: «cuando te unes en grupo con otros coralistas, dejamos los problemas a la entrada y nos dedicamos a hacer música» —continúa— «esa es la lección para nuestro tiempo, aunque no seamos los mejores, hacer música tiene gran valor comunitario». 

Edadismo, discriminación por edad

El 20 % de la población de la Comunitat Valenciana tiene más de 65 años. Una parte de la sociedad que «dentro de nada será el 25 % y a quien no se puede discriminar, la sociedad tiene que prepararse para que nosotros ocupemos un lugar».

"Aunque nosotros no tenemos la agilidad de los jóvenes sí que tenemos una cosa que hay que valorar: la experiencia. La sociedad nos necesita. Queremos y tenemos mucho que aportar"

Asunción Pérez - Defensora de las personas mayores de València

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Con el foco puesto estos últimos días en la falta de atención humano de las entidades bancarias a las personas mayores, Asunción Pérez, la defensora de las personas mayores del Ayuntamiento de València, es clara: «existe edadismo, que es discriminación por edad y aunque nosotros no tenemos la agilidad de los jóvenes sí que tenemos una cosa que hay que valorar: la experiencia. La sociedad nos necesita. Queremos y tenemos mucho que aportar».

"Hay que conjugar y hacer actividades intergeneracionales, que podamos transmitir experiencia y por otro lado que los jóvenes nos digan lo que les inquieta, quizás podemos ayudarles", dice la representante de los mayores en València. La comunidad necesita a Miguel. A Carmen, a Carmen María, a Carmina a Asun, a Víctor, a Ramón y también a Alberto, los protagonistas de este reportaje.

Miguel entrega el papel, este regalo a Levante-EMV en una visita a un ensayo del coro. Junto a él se sientan Carmen Simeó y Alberto Orero, ambos de 70 años. Se les advierte que se hablará del «envejecimiento activo» y desmitificar esa idea de que las personas mayores cada vez son más pasivas. «Nada más lejos de la realidad», responden los tres. 

Una mini sociedad coral

Alberto cuenta que desde que se jubiló, ha sido y es amo de casa, voluntario en Cáritas y en la asociación Amics de la Gent Major. Además, compagina todo aquello con los coros de Burjassot y la Harmonica Polifònica a la que prácticamente acaba de aterrizar. Carmen es la jefa de la cuerda de sopranos y Miguel es el presidente y su marido. Llegaron hace ocho años casi a la coral y desde entonces vienen cada martes y cada jueves a la Basílica de San Vicente Ferrer, donde ensayan junto al director, Gonzalo Luque.

«No somos ‘las personas mayores’ y punto. Somos heterogéneos, diversos, hay de todo y estaría bien que se nos escuchase más»

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Dicen que se trata de una mini sociedad en la que todo el mundo está involucrado y hay un abanico de personas heterogéneo. Y eso es lo que las instituciones han de entender cuando organicen jornadas para mayores. «No somos ‘las personas mayores’ y punto. Somos heterogéneos, diversos, hay de todo y estaría bien que se nos escuchase más», añaden. 

Carmen y Miguel posan junto a las partituras de una de las obras que interpretan en el coro. GERMAN CABALLERO

Sobre el coro, dicen que todos los integrantes están comprometidos al 100 %. «Tenemos que venir, muchas personas necesitan el coro, es lo que les motiva, les hace socializar, entrenar la memoria (pues cantamos en muchas lenguas) y sentirse valorados». Dicen Carmen y Miguel que jubilarse fue una liberación, una nueva etapa donde encontraron el tiempo que no tenían para dedicarse a lo que realmente les gustaba. «No pude estudiar cuando era joven porque mi familia era modesta y tenía mucha ilusión de ir a la universidad. Estuvimos yendo a la Nau Gran, nos aportó muchísimo», dice Carmen.

Ambos creen que haría falta destinar más recursos para más diversidad de actividades accesibles a todas las personas. «En el coro no tenemos un espacio, si cedieran locales, fomentarían la organización del colectivo mayor», dice Carmen. Miguel, por su parte, cree que es necesario que se pregunte a las personas mayores qué les interesa a la hora de organizar jornadas. «Si escucharan cuáles son los intereses de un sector tan heterogéneo se sorprenderían».

Las personas mayores no son un grupo homogéneo

Sacramento Pinazo, Presidenta de la Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología y profesora titular de Psicología Social de la Universidad de València cree que se crean pocos servicios para aproximarse a los domicilios de las personas. "Tenemos un papel importantísimo ahí, tenemos que contar con las personas y preguntarles qué necesitan, no construir una residencia lejos de todo, sino pensando en las personas". Además, señala que "se piensa en las personas mayores como un grupo homogéneo, que no tienes por qué preguntarle porque no participan y que lo que sea que se haga para su bien les parecerá bien. Pero no. La gente que llega ahora a la vejez es distinta a la de hace años", sentencia. 

Este periódico contacta también con Sacramento Pinazo, Presidenta de la Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología y profesora titular de Psicología Social de la Universidad de València (UV). Ella aporta las claves sobre el colectivo y sentencia que la vejez es una etapa de la vida más. Como lo es la juventud y la adultez. «Hay ganancias y pérdidas, de la misma forma que pasa cuando transitas de la adolescencia a la juventud y de ella a la adultez».

Seguir integradas en la sociedad

El envejecimiento activo es, según explica la experta, «una manera de envejecer centrada en el potencial que tienen las personas, en seguir creciendo». Hay condicionantes internos como la actitud que uno tenga ante la vida y la predisposición genética para tener buena salud y externos, como los recursos que haya para facilitar que las personas mayores «sigan integradas en la sociedad».  

"La vejez es una etapa de la vida más, hay ganancias y pérdidas, de la misma forma que pasa cuando transitas de la adolescencia a la juventud y de ella a la adultez»

Sacramento Pinazo - Presidenta de la Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología

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«Envejecimiento productivo es un término que se refiere a las actividades que, si fueran remuneradas, serían un trabajo», añade Pinazo. Miles de personas mayores que cuidan a diario de sus nietos o de otros familias dependientes, las que son voluntarias o están involucradas en asociaciones, juntas directivas de asociaciones de vecinos, grupos políticos y que son, también, reivindicativos políticamente. 

Como Ramón. Siempre ha luchado por lo que cree justo y ahora, a sus 72 años, continúa haciéndolo en Iai@flautas, exigiendo unas pensiones dignas y unas mejores condiciones de vida para la población. “Yo no me he dedicado a estar en el sofá, sino a organizarme. Estoy en todo. Cuando me jubilé pasé a formar parte de Iai@Flautas València. Allí hemos estado peleando por las pensiones, porque no haya gente que este cobrando 300/400 euros que es imposible vivir. Exigimos que la pensión mínima sea la del sueldo mínimo inter profesional, que nadie cobre menos”.

Ramón Pérez tiene 72 años y sigue reivindicando unas pensiones justas en Iai@flautas València GERMAN CABALLERO

Así de cristalino. “Tengo 72 y voy a seguir mientras las fuerzas me lo permitan”. “De momento estoy bastante bien”, matiza. Para él, el mensaje es que “uno tiene que saber quién es y a dónde va. No puedes estar soñando en que te va a tocar la lotería. Mi objetivo es vivir lo mejor posible, soy un trabajador todavía hoy”. El motor: “conseguir una sociedad igualitaria, justa. Es por eso por lo que peleo”. 

Los voluntariados, los cuidados, la participación, todo esto "se considera envejecimiento productivo" y es un término acuñado hace más de treinta años por un profesor de americano "para poner en valor todo el trabajo que hacen las personas mayores que se podría traducir en un suelo si no fuera porque están jubiladas", añade Sacramento Pinazo. Destaca también los espacios intergeneracionales en la vida de los mayores. "Miles de personas cuidan de otras en situación de dependencia y gracias a eso este sistema no cae", recalca la experta.

“Conseguir una sociedad igualitaria, justa. Es por eso por lo que peleo”

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 Asun Martorell tiene 66 años, estudió magisterio pero trabajó para la banca. A los 58 le despidieron: “el mejor regalo me lo hicieron ahí”. Empezó a dedicarse a lo que le llenaba de verdad. “Me matriculé en el itinerario de psicología para la Nau Gran de la UV y después hemos montado otro ciclo de dos cursos, Altos estudios de Psicología”. Además, maneja las redes sociales y ayuda a la gente de su edad a utilizarlas. Dice que es porque es una "friki", pero cree necesario que todos sepan, para que tengan autonomía.

Asun Martorell maneja las redes sociales y ayuda a gente de su edad a utilizarlas. GERMAN CABALLERO

“¿Qué es hacerse mayor? ¿Mayor con respecto a qué? ¿Con respecto a quién?”, se pregunta. «Lo que yo sé -dice Asun - es que hay un espíritu detrás de mucha gente mayor que no quiere esperar sentada, quiere hacer cosas y quiere hacer muchas cosas». Además, matiza que para ella, una vejez en condiciones tiene que ir acompañado de “que las instituciones se lo curren y que haya recursos en sanidad, desde la medicina de familia. Que haya gerontología como existen pediatras”. Y así lo reivindica.

Para Víctor Calvo, compañero de Asun de la Nau Gran (69 años), “Hay que construir la vejez desde la juventud y así afrontaremos la vida de una manera saludable y no será traumática”. Dice Víctor, respecto a la vejez que es “una etapa nueva, inspiradora, de volver a orientar tu vida, yo tengo mucha ilusión por vivir y seguir aprendiendo”. Él también participa en los Altos estudios de Psicología de la Nau Gran. Además: "Leo mucho, escribo, participo en una revista digital, estoy preparando un libro de relatos cortos, he tenido esta semana una reunión con escritores de València, la escritura me da mucha vida y aprendo muchísimo", confiesa Víctor. "Antes escribía poco y mal ahora mucho y un poco mejor. Intento aprender y ser vital. Estoy bien de salud y mientras esto siga así, seguiré haciendo de todo".  

Envejecimiento "hiperactivo"

Carmina del Río (69 años), prefiere llamar a esta nueva etapa «Envejecimiento hiperactivo». En su caso, al principio fue difícil encarar este capítulo. “Me sentía desubicada”. Fue funcionaria y concejala en el Ayuntamiento de València y no paraba ni un segundo. “De repente me encontré con los hijos mayores y todo el tiempo para mí”. Añade que entonces entra la tentación a apuntarse “a todo lo que se mueva”, pero la solución es “orientar tu tiempo”.

“Lo peor que le puede pasar es que te atrape el sofá, eso es como un veneno”

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En su caso fue para la actividad física, algo que en su etapa laboral había echado de menos. Ahora hace gimnasia y marcha nórdica por las mañanas y las tardes las dedica a la cultura, el arte, las amigas o la lectura. Su reto diario son 10.000 pasos al día. “Lo peor que le puede pasar es que te atrape el sofá, eso es como un veneno”. 

Denuncia que en muchos ámbitos de la vida se considera a las personas mayores como “innecesarias o como si solo estuvieran para llenar sillas en mítines y me parece un derroche. Tienen mucho capital humano sin atender, las personas mayores somos muchas, y tenemos mucho que aportar y reivindicar”.

Carmina del Pino, en la plaza del Ayuntamiento. GERMAN CABALLERO

Por otro lado, añade, “nosotros tenemos que mantener la ventanilla de la curiosidad despejada y seguir aprendiendo. Hay que espabilar porque se aprende durante toda la vida y cuando dejas de aprender, estas muerto”. Dice que la solución es llevar una vida saludable. “La tracción fatal es el sofá, es como un veneno. Olvídate del sofá y sal a dar una vuelta”. Carmina acaba la conversación con Levante-EMV reivindicando el pelo blanco.

"Reivindico llevar el pelo blanco, no necesariamente llevar todas el pelo color rubio claro ceniza nos hace más guapas"

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"Reivindico llevar el pelo blanco, no necesariamente llevar todas el pelo color rubio claro ceniza nos hace más guapas, y allá donde voy todo son mujeres mayores, lo de la pata quebrada y en casa por suerte pasó a la historia", bromea del Pino.

Carmen María, por su parte, es de Alcoi pero vive en València desde que se casó. Tiene 69 años y dedica sus días a ir a clases en la Universidad Popular y al Yoga. Leer es otra de sus pasiones. Ella reivindica “más actividades y más asequibles para todas las economías”. Con todo, admite que “las cosas han cambiado y se piensa más en las personas mayores”, sin embargo, cree que “faltan muchas cosas como hacer más accesibles los medios digitales”.

Carmen María, hace unos días, en la plaza del Ayuntamiento de València, con el libro que lee. GERMAN CABALLERO

Su ilusión es estudiar Historia del Arte, por lo que pide que en su barrio se instauren las clases de historia. Empezó a asistir a sesiones de Photoshop pero la covid lo paralizó. “Empiezas a pensar que si te estás arriesgando mucho y la inercia es quedarse en casa, pero el miedo no nos puede paralizar”, sentencia Carmen María.

Dice Anna Freixas en su libro Yo, vieja, que la longevidad es un don. "Cumplir años no parece forzosamente un problema, lo grave es no cumplirlos". "Cuando negamos la edad estamos reconociendo que contiene en sí algo malo, vergonzoso, a ocultar, en lugar de reivindicarla como un logro, un obsequio que nos ha ofrecido la vida y algo a lo que deberíamos estar agradecidas", dice la autora. La generación nacida entre los cuarenta y los sesenta del siglo XXI ha vivido muchos cambios sociales y son "la primera que ha experimentado la revolución de la longevidad". Algo que las protagonistas de este reportaje practican a diario. Son revolucionarias de la longevidad. Y que así siga.

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