El 28 de abril de 2019 parece lejos. El desborde de acontecimientos desde entonces hace que la fecha de las últimas elecciones autonómicas quede emplazada en los rincones de la memoria como un hecho sobre el que median lustros de distancia. Y si Sabina tardó 19 días y 500 noches para aprender a olvidar, en la política valenciana más de mil (y concretamente estos 1.095 días con sus intensos 2020 y 2021) son todo un doctorado en lo de cambiar de liderazgos.
La mitad de los partidos con representación en las Corts sabe ya que quien ocupaba la centralidad de los carteles reclamando el voto para acceder al Palau de la Generalitat no estará en los de dentro de un año. PP, Cs y Unides Podem tendrán con total seguridad otro nombre encabezando las papeletas en 2023 mientras PSPV y Compromís mantienen a sus referentes electorales de 2019 al frente de los dos principales cargos en el Consell aunque la candidatura de Mónica Oltra dependerá de cómo avancen los nubarrones judiciales. Vox, por su parte, sigue sin un liderazgo valenciano definido.
Por el camino, Isabel Bonig, Toni Cantó y Rubén Martínez Dalmau han añadido a sus presentaciones el prefijo 'ex' y han pasado de ser la opción de sus partidos para alcanzar la presidencia de la Generalitat a desligarse del devenir de sus formaciones. Los tres vivieron de manera muy dispar los resultados del 28 de abril, con dos de ellos quedándose en la oposición y uno dando el salto al ejecutivo autonómico, aunque en ninguno de los casos su adiós se gestó en los días posteriores a la contabilización de los votos. De hecho, sus marchas fueron escalonadas a lo largo de un 2021 que ha servido para la preparación interna de las formaciones.
La que en peor situación quedó tras el recuento fue Isabel Bonig por mucho que se quedara a algo más de 41.000 votos de poder optar a ser presidenta. El PP perdió el pedigrí de ser la formación más votada tras 24 años ocupando tan privilegiado lugar y salvó el 'sorpasso' de Cs y un eufórico Toni Cantó por un escaño. Sin embargo, su adiós no se dio hasta dos años después cuando perdió la confianza de Génova siendo sustituida por Carlos Mazón, presidente de la Diputación de Alicante, nuevo líder del partido desde julio de 2021 y, a la sazón, candidato a la Generalitat en 2023.
Lo vivido por Cantó es totalmente distinto. A las dos de la madrugada de hace tres años comparecía exultante ante la prensa al haber quedado en tercera posición, haciendo especial énfasis a haber superado a Compromís. Su paso por las Corts no llegó a los dos años. En marzo de 2021, ante la constatable caída en las encuestas de Cs, Cantó dio un portazo en una ejecutiva del partido para a los días fichar por el PP de Madrid.
Su vacante en la cámara autonómica la ocupa desde entonces Ruth Merino mientras que a nivel orgánico en el partido es la diputada en el Congreso, María Muñoz, quien ostenta el cargo de coordinadora general. Ambas se han mostrado predispuestas a encabezar la candidatura para 2023 en caso de que Cs opte por concurrir en solitario y no bajo listas conjuntas con el PP, algo que el portavoz nacional del partido, Edmundo Bal, dijo que había que estudiar.
La última de las despedidas entre quienes contaban con un papel protagonista en las elecciones de 2019 fue la de Rubén Martínez Dalmau. Su formación consiguió resistir con 8 escaños en las Corts en una alianza con EU, lo que le valió, además, poder entrar a formar parte del Consell como vicepresidente segundo y responsable de Vivienda. Sin embargo, las desavenencias con la cúpula de su partido, Podem, y más en concreto con la líder de la formación desde junio de 2020, Pilar Lima, provocaron su dimisión en septiembre de 2021.
Desde entonces, su sustituto en el departamento autonómico ha sido el que fuera secretario de Estado de Trabajo, Héctor Illueca. Illueca no solo ha suplido a Dalmau, de vuelta a la vida universitaria, en la vicepresidencia, sino que también ha asumido el rol como el referente del espacio de izquierdas en caso de que a las urnas no se acuda en coalición con Compromís, una posibilidad en la que insiste el propio conseller.
