Miguel Jordá probablemente no sepa usar Spotify. Irene Peris no sabe qué es una placa. Miguel empezó a trabajar a los 14 años, cuando había mucho trabajo. Irene ha encadenado contratos de prácticas sin cobrar, ahora que no hay empleo. Son dos generaciones distintas, que a veces se lanzan críticas entre sí, pero también tienen problemas comunes. Él es presidente del Consejo Valenciano de Personas Mayores, ella vicepresidenta del Consell Valencià de la Joventut, y juntos han redactado un documento con diez propuestas que han enviado a todos los partidos políticos de cara al debate de política general que se celebra mañana.

El objetivo es “influir”. Así de simple. Concienciar a los partidos para que miren a sus respectivas generaciones y, si pueden, recojan el decálogo. El documento se llama “Diez propuestas para salvar el presente de jóvenes y mayores”. Y recogen medidas en materia de trabajo, vivienda, sanidad, transporte, emergencia climática, feminismo, educación, despoblación, ocio plural y digitalización. 

"Los que hoy son jóvenes necesitan sueldos dignos para garantizar las pensiones"

Miguel Jordá - Presidente del Consejo Valenciano de Personas Mayores

“Las personas jóvenes y las mayores tenemos muchos puntos en común por los que podemos luchar”, así comenzó Irene Perís la presentación del decálogo, al que asistieron varios diputados e instituciones. Para Jordá, “este acuerdo es pionero y un punto y seguido, porque tenemos que sumar esfuerzos”. Un ejemplo práctico; “los que hoy son jóvenes necesitan sueldos dignos para que las pensiones se garanticen”. 

Hay que poner en el centro de la política valenciana las cuestiones que nos afectan a dos colectivos importantísimos; la juventud y las personas mayores. Queremos que nuestras reivindicaciones se transformen en iniciativa y presupuestos”, explicó Jordá. Estos son algunos de los problemas que tienen los valencianos y valencianas. Mayores y jóvenes. 

Primero, los servicios públicos. “Una Sanidad pública de calidad, invertir en atención primaria. Pero también que se empiece a construir una buena red para tratar salud mental, que es un problema especialmente urgente para los jóvenes”, denuncia Jordá. 

Después el trabajo. “Queremos que los jóvenes tengan sueldos y condiciones laborales que les permitan trabajar y conciliar a la vez y no tengan que recurrir constantemente a las personas mayores. Si no hay un buen trabajo no puede haber un buen proyecto de vida. Que haya una buena red pública de guarderías para conciliar”. 

Sin vivienda para emanciparse ni jubilarse

La vivienda es uno de los problemas más agudos para los jóvenes. “Se están haciendo esfuerzos enormes y los precios están completamente por las nubes. No puede ser que se dedique tanta parte de los sueldos a la vivienda”, denuncia Peris. Pero también es una cuestión importante para los mayores, que reivindican viviendas adaptadas para envejecer en ellas y evitar en la medida de lo posible entrar en una residencia, si no se quiere. “Jóvenes y mayores necesitan vivienda para tener una calidad de vida decente”, reivindica Jordá. 

Peris reivindicó también la emergencia climática como un deber compartido entre generaciones. “Que no seamos solo nosotros los abanderados, a las personas mayores también les interesa luchar contra el cambio climático”. También importa, y mucho, el feminismo con una brecha salarial importante todavía entre hombres y mujeres. Y no solo en los trabajos "también la hay en las pensiones", reivindica Peris.

Fortalecer los servicios rurales para que los mayores no se queden solos en los pueblos y que los jóvenes no se tengan que ir es otra exigencia. "Faltan muchísimos servicios en los pueblos para evitar la despoblación, que es ya una realidad. Por eso hay que poner medidas para que estas personas tengan una calidad de vida que es lo que nosotros deseamos para todos. Jóvenes y mayores", explica Jordá.

Las tecnologías son otro punto importantísimo, especialmente para los mayores. "La lucha de Carlos San Juan ya nos enseñó que la tecnología está muy bien siempre y cuando sea accesible para todos, y para los que no sepan o puedan usarla, que haya una atención personalizada", explica. Remarca que no se trata de desincentivar la tecnología. "Al contrario, muchos pudimos hablar con nuestros hijos y nietos en la pandemia gracias a ella. Pero queremos que haya una atención presencial en los bancos y también en las instituciones, porque las personas no tienen por qué saber usarla", denuncia.

Para Jordá y para Peris esta colaboración es un punto y seguido. Porque las generaciones no están reñidas y los problemas en muchas ocasiones son comunes. Unos tienen la vida ya hecha, otros a penas están echándola a caminar. Pero como explica Jordá “la solidaridad generacional de los mayores hacia los jóvenes es infinita”.