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Mollà, de recambio lógico de Oltra a estar fuera del Botànic en solo cuatro meses

La ya exconsellera fue desde 2007 el azote del Partido Popular y de Rafael Blasco en el llamado caso Cooperación

Mollà, en la comisión de medio ambiente de este martes en las Corts. Inma Caballer/Corts Valencianes

Mireia Mollà (Elx, 1982) parecía el recambio lógico de Mónica Oltra para ocupar la vicepresidencia del Consell el pasado mes de junio. De sonar en todas las quinielas, en solo cuatro meses ha pasado a estar fuera de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Transición Ecológica y Emergencia Climática. Desde el pasado mes de febrero, Mollà había quedado descolocada dentro de su partido, Iniciativa, con el ascenso de Aitana Mas, que después se convertiría en la número dos del gobierno valenciano. La pérdida de apoyos ha acabado traduciéndose ahora su destitución a petición de la propia Mas.

Uno de los últimos desencuentros con la cúpula de la coalición fue hace una semana. Mollà lanzó un órdago en toda regla a medio Botànic por el atasco en el desarrollo de las renovables. Señalaba, sin citarlas, a las consellerias de Política Territorial y Economía Sostenible, donde cargos de su mismo partido han mostrado reparos por la colisión entre el paisaje y el despliegue de plantas solares. La síndica en las Corts Papi Robles señalaba entonces: “Milagros a Lourdes” en contestación a la aún consellera. Días después Aitana Mas replicaba que sobraban “personalismos” tras el pleno del Consell. La tormenta, que iba alimentándose desde principios de año, lejos de amainar, arreciaba. El enfrentamiento por la transición ecológica se antoja, ahora, el detonante final que ha propiciado la salida de una política curtida en mil batallas.

En más de una entrevista la ya exconsellera ha confesado que a los seis años ya aplaudía a su padre, Pasqual Mollà, otro referente del nacionalismo valenciano, en los mítines de Esquerra Unida. De su progenitor ha heredado, además, la pasión por las matemáticas. Los números y las estadísticas son uno de los fuertes de Mollà, que relee cada informe hasta la última coma. No es de extrañar que tirando de un hilo tras otro acabara desenredando la espesa madeja urdida por el exconseller Rafael Blasco cuando estaba al frente de la cartera de Solidaridad y Ciudadanía. Una operación en la que se desviaron cerca de dos millones de euros destinados a cooperación para la compra de inmuebles en València y Miami. Aquella denuncia de Mollà y la diputada Carolina Tirado (PSPV) fue el nacimiento del caso Cooperación, por el que dirigente del PP y antes factotum socialista fue condenado por malversación de caudales públicos, prevaricación y falsedad documental.

Rafa Climent, Mireia Molla y Rebeca Torró German Caballero

Azote del Partido Popular

Azote del Partido Popular desde que aterrizó en las Corts en 2007, Mollà hasta tuvo que comparecer en los Juzgados de Alicante para declarar por una denuncia interpuesta por el empresario Enrique Ortiz – imputado en el caso Brugal-. Le había llamado “corrupto” y Ortiz le reclamó por ello 150.000 euros. Corría 2012 y como abogada defensora la acompañaba la entonces portavoz de Compromís en el parlamento valenciano, Mónica Oltra. La demanda fue desestimada al entender los magistrados que debían prevalecer “los derechos a la libertad de información, de expresión y de crítica política" de Mollá, que utilizó términos como “pelotazo” y “tejemaneje”, "frente al derecho al honor, intimidad personal y propia imagen" del constructor.

Mollà siempre ha hecho gala de que los cargos, en política, tienen un plus de temporalidad

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La hasta hace unas horas titular del área ambiental y agrícola del ejecutivo autonómico es de las que siempre ha hecho gala de que los cargos, en política, tienen un plus de temporalidad. No tiene ambages en reiterar que cuando la vida pública toque a su fin, lo asumirá sin dramatismos. Mollà se mueve cómoda por las redes sociales, con videos desde su cocina donde se explayaba con disertaciones al más puro estilo Manolo Mata aunque sin pizarra. Renunció a su acta de concejala del Ayuntamiento de Elx al tomar posesión como consellera con el segundo Botànic para sustituir a Elena Cebrián. Se ha mostrado abiertamente en contra de la ampliación del puerto en cada ocasión, como Oltra y el alcalde Joan Ribó, y firme defensora de pisar el acelerador en la transición hacia renovables como la energía fotovoltaica. Esta mañana misma aún rendía cuentas en una comisión en las Corts por los incendios este verano en Bejís, Vall d'Ebo y Venta del Moro.

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