Educación

La jornada continua sigue su implantación en los colegios valencianos pese a los reparos de los expertos

En siete años desde que se permitió votar a las familias, más de la mitad de los 1.437 colegios públicos optan por este sistema | Los sociólogos educativos advierten de que todos los estudios la desaconsejan por ser negativa para el desarrollo del alumnado

Valencia. Vuelta al cole despues de Navidad, con la incidencia alta.

Valencia. Vuelta al cole despues de Navidad, con la incidencia alta. / MAMontesinos

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

La jornada continua en los colegios valencianos (de 9 de la mañana a dos de la tarde) es un fenómeno bastante reciente. Sobre todo si comparamos con comunidades como Baleares o Cataluña, donde este modelo lleva implantado desde hace más de dos décadas. 

Aquí lo tenemos desde el año 2016, y en a penas siete años ha tenido un crecimiento casi exponencial. Ahora mismo más de la mitad de los centros públicos de Infantil y Primaria acaban a las dos. En concreto 750 de los 1.437 colegios públicos y concertados valencianos.

El Govern del Botànic ha estado siempre dispuesto a dar libertad a cada centro educativo, y desde 2016 permite las votaciones de las familias para decidir qué tipo de jornada prefieren. Hacen falta un 55 % de todo el censo y se suele votar anualmente. De hecho, este lunes hay 46 centros más que votan el cambio de horarios.

Pero la implantación no es igual en todo el territorio. En las comarcas de Valencia tienen jornada continua 301 de los 748 colegios (un 40 %). En Castelló son 74 delas 191 escuelas (38,7 %). Y en Alicante, en cambio, 375 de los 498 centros (un 75,5 %) tienen esta jornada continuada. Las comarcas del sur son aún más propensas a este cambio de modelo.

La postura de Educación es que los centros decidan y que, en la práctica "nadie está obligado a hacerlo". Conselleria asegura esto porque todos los centros educativos con jornada continua ofrecen actividades extraescolares hasta las 17 horas, para las familias que así lo deseen.

Valencia. Aula. Patio del Colegio Max Aub que ha ganado un premio por un proyecto de innovacion.

Valencia. Aula. Patio del Colegio Max Aub que ha ganado un premio por un proyecto de innovacion. / MAMontesinos

Cada vez que un centro despliega una jornada continua lo hace a través de un "proyecto piloto" y Educación lo evalúa al final del año. Según la Generalitat, en estos años "no se ha notado ningún impacto, ni positivo ni negativo, a nivel de resultados académicos". Además, en la encuesta de satisfacción a familias que pasan al final del año, la mayoría se muestran favorables a mantenerlo.

Esta es la versión oficial. Y sin embargo, aunque las familias votan, las Ampas muestran su rechazo frontal a la jornada continua. El presidente de la confederación de Ampas Gonzalo Anaya, Rubén Pacheco, asegura que "de todos los estudios serios que se han hecho, el resultado que ha salido es palmariamente negativo para el alumnado".

Pacheco denuncia que "en 2010 el Gobierno del Partido Popular realizó un proyecto piloto con varias escuelas que finalizó años después, pero no quiso mostrar sus conclusiones. En 2014 un padre consiguió que un juez obligara a Conselleria a mostrar el informe, que desaconsejaba por completo la jornada continua porque afectaba al rendimiento de los alumnos", cuenta Pacheco.

Para el portavoz de las Ampas, "la mayoría de consultas han surgido por iniciativa de los profesores", y denuncia que "no se ha dado toda la información a las familias sobre lo que de verdad consiste este modelo". La realidad es que las familias de más de la mitad de los centros han votado a favor, y según explica Antonio Talavera, del sector educativo de UGT en Alicante, "lo que estamos viendo es que el cambio ha surgido de las familias, y que ninguna quiere volver atrás. No ha sido un cambio traumático, al contrario, ha sido deseado", apunta.

Valencia. Vuelta al cole despues de Navidad, con la incidencia alta.

Valencia. Vuelta al cole despues de Navidad, con la incidencia alta. / MAMontesinos

El debate existe también en otras autonomías como Cataluña, donde el modelo de la jornada continua lleva implantado más de 20 años. Allí, sin embargo, el departamento de Educación no es tan propenso a abrir la mano. Como denuncia Lorena Martínez, sindicalista del sector educativo de UGT en Barcelona "los colegios con jornada continua tienen una demanda bestial y las familias están encantadas, pero Educación nunca ha querido dejar la decisión en manos de las familias, con lo que, a pesar de llevar tanto tiempo las escuelas que la tienen son muy pocas", explica.

Estudios en contra

Daniel Gabaldón es sociólogo educativo y uno de los mayores expertos en el tema de la jornada escolar. Él defiende, al contrario que Conselleria, que sí que hay estudios concluyentes, y que si no hay más es, precisamente, por la negativa del departamento a usar los datos para hacerlos. "Cuando se comenzó a implantar en 2016 Educación se comprometió a realizar una evaluación externa que nunca se hizo", critica.

Él no habla de la satisfacción de las familias, sino del impacto real de la jornada continua en la educación de los menores. En varios estudios, tanto suyos como de otros profesionales, con casos reales de grupos escolares de jornada continua y partida se desprende, salvo por algún aspecto concreto, el modelo continuado es desaconsejable.

El principal problema es que los menores reducen su capacidad de atención. "Cambiamos una hora de atención media -la primera de la tarde-, por una en la que la atención es bajísima -la última de la mañana-, así que en general es negativo para la absorción de conocimiento", cuenta. Otra consecuencia es que los menores con jornada continua tienen más deberes. "Como ese conocimiento no se absorbe en el aula, los docentes tienen que mandar más trabajo para casa".

Xativa. Colegio Attilio Bruschetti, metodología viva y activa

Xativa. Colegio Attilio Bruschetti, metodología viva y activa / PERALES IBORRA

La jornada continua, sostiene Gabaldón, también afecta a la salud. Los niños y niñas duermen menos. "Aún sumando la hora de la siesta que suelen hacer los que tienen jornada continua, acaban durmiendo menos. En concreto, los jóvenes con jornada continua duermen 30 minutos menos que los que tienen jornada partida", explica.

Más problemas de salud. La jornada continua acaba provocando que los niños coman más tarde de lo que deberían, unos horarios trastocados que pueden desembocar en sobrepeso u obesidad. Sostiene Gabaldón que la relación entre estos problemas con la comida y la jornada continua es alta en los territorios donde se implanta.

Si nos vamos a las pruebas de rendimiento que se hacen a los alumnos, los estudiantes de jornada partida salen mejor parados que los que tienen continua. "Y esto aún tiene una lectura más. Las familias suelen pagar muchas más academias y clases particulares a los jóvenes con jornada continua. Y aún así salen peor parados en las pruebas. Esta jornada, además, suele tener un coste económico para las familias", añade Gabaldón.

Por último, los niños que gozan de una jornada partida tampoco pasan de media más tiempo con sus familias. Los estudios de Gabaldón concluyen que "solo uno de cada treinta niños que tiene jornada partida pasa una hora más al día con sus padres. Veintinueve de cada treinta pasan dos minutos más al día, es decir, el mismo tiempo que los que tienen jornada partida", remarca. El tiempo delante de una pantalla también crece para los niños con jornada continua.

También hay efectos positivos, aunque menos para Gabaldón. "Es cierto que con la jornada continua los niños y niñas acaban haciendo más deporte, y además hay menos conflictos en la escuela porque la mayoría se dan en el comedor escolar", cuenta.

Debate abierto

No hay estudios concluyentes que demuestren que la jornada continua es beneficiosa para el estudiantado,

Sonia Caparrós, representante del sindicato educativo Stepv, comenta que "es una jornada escolar con mucha demanda por parte de los padres, y que además también permite a los profesores conciliar mucho mejor".

Para Caparrós, es una media positiva porque se adapta a la realidad del territorio. "Hay muchas zonas que ni se plantean la jornada continua porque les viene fatal, pero podemos poner el caso de una zona industrial donde haya muchas personas que tengan jornada intensiva en fábricas y salgan antes. Ahí sí que tiene muchos sentido la jornada continua y los padres hacen fuerza para que se de", reivindica.

Las Ampas (pese a los datos de los colegios) siguen con muchísimas reticencias sobre este tema. Es más, para Pacheco, el tema de la jornada continuada "acentúa muchísimo la brecha social". Para el portavoz, las extraexcolares que se ofrecen en los colegios públicos, por lo general, dejan que desear, sobre todo comparándolas con las privadas, lo que provoca que muchas familias tengan que buscar unas de calidad en el sector privado, o acaben dejando a sus hijos ahí "mientras otros colegios sí que están dando tiempo bien aprovechado", denuncia.