Educación

Una orientadora para 635 alumnos: "la inclusión educativa está desbordada"

Un colegio de València denuncia que no pueden hacer una detección precoz ni atender a los estudiantes con necesidades especiales correctamente, y critican que es una situación que se da en muchos centros de su tamaño

Imagen de archivo de varios alumnos en un instituto de Alicante.

Imagen de archivo de varios alumnos en un instituto de Alicante. / David Revenga

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

El Ceip Cervantes de València tiene 635 estudiantes y 27 clases. De esos, 59 necesitan orientación educativa (varios por casos graves) y 11 más están siendo valorados. En total son 70 niños y niñas que requieren de atención y profesionales específicos al tener necesidades especiales. Para todos ellos el centro solo tiene una orientadora que denuncia que no da a basto para todo.

"Nos pasamos la vida apagando fuegos de los casos más urgentes, pero por el camino se nos quedan muchas situaciones. Ya ni te cuento hacer la detección precoz de trastornos que nos pide Conselleria de Educación", denuncia Eva Galcerá, orientadora del centro. Las reivindicaciones del Ceip es solo que les incorporen un orientador más.

Una burocracia "lenta y poco efectiva" y la falta de personal sobre todo en los centros más grandes son los principales problemas que denuncian los colegios. "No podemos asumir la atención de este alumnado con el personal que tenemos", denuncia el claustro en una carta a Conselleria.

La falta de orientadores es una realidad y una reivindicación histórica de los sindicatos educativos. Antes, mucho de este alumnado con necesidades especiales estudiaba en unos centros distintos, pero con su inclusión en el sistema educativo son necesarios muchos más profesionales de apoyo de los que ya existen.

Charla de una psicóloga a alumnado de un instituto de Alicante

Charla de una psicóloga a alumnado de un instituto de Alicante / David Revenga

Esfuerzo del Botànic

Conselleria de Educación ha hecho un esfuerzo importante para aumentar el número de orientadores. Actualmente hay 1.700 personas especializadas en el acompañamiento socioemocional a los alumnos, lo que supone un 61 por cien más que hace tan solo dos cursos. En total, el Gobierno de Botánic ha creado casi 900 plazas para orientadores en dos legislaturas.

Ahora mismo hay un orientador escolar por cada 700 alumnos, y desde hace años los sindicatos educativos piden que se baje, al menos, a uno por 500 estudiantes para dar un buen servicio a los niños y niñas que necesiten este apoyo escolar. A los orientadores se les añaden profesionales de Pedagogía Terapéutica (PT) y de Audición y Lenguaje (AL) para atender la diversidad de estudiantes que tienen las aulas y todas las capacidades.

El principal problema que denuncian los orientadores es la actual legislación, que prevé el mismo personal para un colegio de una y tres líneas. "Solo disponemos de una orientadora, la misma dotación que centros de la zona con 225 alumnos", denuncia el centro en un comunicado a Conselleria.

Un joven camina por los pasillos de un instituto de Alicante, en una fotografía de archivo.

Un joven camina por los pasillos de un instituto de Alicante, en una fotografía de archivo. / David Revenga

A esto se añade la desaparición de los trabajadores sociales de los colegios, lo que implica aún más carga de funciones para la orientadora, que también tiene que encargarse de tramitar ayudas y documentación para muchas familias.

Fallo en la base

"En los coles es donde hay que estar más pendiente y atajar pronto este tipo de trastornos, pero estamos fallando en la base porque no podemos atenderlos", critica Galcerá. Uno de los problemas, por ejemplo, es la ansiedad en los centros escolares. "En sexto de primaria ya vemos a muchos niños y niñas con ansiedad, y hay que hacer un trabajo emocional con ellos", cuenta.

Galcerá confiesa que muchos de los casos "no los puedo atender como quisiera por la falta de medios", y remarca que, una de sus funciones es velar por el bienestar emocional del alumno. "Pero si no llegas no se atiende", cuenta.

Como explica Galcerá "la inclusión educativa es todo". "Muchos niños con Trastorno de Espectro Autista (TEA), con déficit de atención e hiperactividad, dificultades de aprendizaje, de lenguaje, retraso en el desarrollo, trastornos mentales de todo tipo...", cuenta. Tras todo esto es necesario hacer un buen seguimiento y estar pendiente del estado de las aulas.

IES l'Arabí de Alicante

IES l'Arabí de Alicante / David Revenga

Además, añade, están "las atenciones a los nenes que van a ser escolarizados. El alumnado que viene de la concertada es muy común, porque allí no tienen educadores de infantil y muchos de esos estudiantes los cambian de colegio para traerlos aquí", cuenta.

Estos casos se suman a los de matrícula sobrevenida (niños y niñas que se incorporan a mitad del curso) que suelen acoger los centros educativos más grandes. Normalmente se trata de perfiles vulnerables, por ejemplo, familias migrantes, que deben atender también la orientación educativa para asegurar que el alumno o alumna se integra correctamente en el centro.

En resumen, "nadie se da cuenta de todo el trabajo que abarca el orientador de un centro". A lo que hay que añadir una burocracia que "es casi el mayor trabajo haz los seguimientos, informes, papeleo...".

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