Los pactos locales dan oxígeno a la izquierda ante el avance del PP

Los 'populares' recuperan la hegemonía local, pero PSPV, Compromís y EU dirigirán más ayuntamientos

El alcalde saliente de Valencia, Joan Ribó (Compromís), entrega el bastón de mando a la alcaldesa entrante de la ciudad, María José Catalá (PP).

El alcalde saliente de Valencia, Joan Ribó (Compromís), entrega el bastón de mando a la alcaldesa entrante de la ciudad, María José Catalá (PP).

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

En la entrega de las varas de mando de València, Castelló, Requena, Torrent o Elx hay una representación que va más allá de sus fronteras locales. Es el cierre de un ciclo de ocho años, dos legislaturas, el tiempo que ha necesitado el PP no solo en volver a dirigir estos cinco consistorios que han estado en manos de la izquierda en los últimos dos mandatos, sino en recuperar la hegemonía municipal en la Comunitat Valenciana para reinstaurarse como el partido con más alcaldías bajo su mando. Sin embargo, pese a este avance, las fuerzas progresistas que representaban el Botànic, PSPV, Compromís y EU, gobernarán en más ayuntamientos: 259 frente a 230. 

La constitución ayer del más de medio millar de plenos oficializó el regreso del PP a la primacía local. El éxito electoral del pasado 28 de mayo, donde fueron los que más votos y concejales obtuvieron, ha servido para que los populares se hagan con el gobierno de 223 localidades, un incremento notable respecto a las 168 de hace cuatro años. 

Los 'populares' han sacado 400 concejales más, devorando una gran parte de los 316 que tenía Ciudadanos (que cae hasta 46). Los naranjas fueron el anterior mandato un socio habitual, algo que cambió ayer. Más allá de las mayorías absolutas o de aquellos lugares donde ser primera fuerza les permite un gobierno en solitario, el PP encontró ayer en Vox una alianza para hacerse con consistorios como el Xàbia, Elx, Torrent, Orihuela o Sant Vicent del Raspeig entre otros, la misma que llevará a Carlos Mazón a la Presidencia de la Generalitat.

El periodo iniciado en 2015 a lomos de la nueva política, las exigencias de regeneración y de una respuesta alternativa a la crisis financiera es historia, pero su fin no es volver al mapa institucional previo, el de 2011, cuando el azul era el color que prácticamente inundaba todos los rincones. La representación del poder local para el periodo 2023-2027 tiene un mayor reparto cromático ya que la izquierda gobernará en 259 ayuntamientos, más que el PP, la mayoría de ellos encabezados por el PSPV, con 201 (tenía 209), por los 50 de Compromís (63 tras 2019) y las 8 de EU (11 hace cuatro años).

Ximo Puig, José Manuel Prieto y Diana Morant, esta mañana en Gandia.

Ximo Puig, José Manuel Prieto y Diana Morant, esta mañana en Gandia. / Josep Camacho

Más que en los números globales, donde más se nota el vuelco es en las grandes ciudades. De las quince que cuentan con más de 50.000 habitantes, en nueve será un alcalde o alcaldesa 'popular' quien presida los plenos, incluidas las tres capitales de provincia, por las seis que estarán encabezadas por el PSPV. Hace cuatro años, el reparto era prácticamente al contrario e incluso mucho más favorable para la izquierda: gobernaban 11 de las 15, incluidas València con Joan Ribó al frente; Elx, con Carlos González, y Castelló, con Amparo Marco.

Gandia, principal feudo

Pero las tornas han cambiado. María José Catalá, Pablo Ruz y Begoña Carrasco serán los nombres al frente de los citados consistorios. El PP se ha alzado con la vara de mando en las siete ciudades más grandes y la primera en población que estará dirigida por un socialista será Gandia, con casi 76.000 habitantes, en la que José Manuel Prieto estará al frente de un gobierno de coalición con Més Gandia (formada por Compromís, Podem y EU). Ese esquema de socialistas como los más votados apoyándose en otras formaciones a su izquierda les sirve a los del puño y la rosa para mantener Sagunt, Alcoi, Elda y Vila-real en estas grandes localidades. Solo en Paterna tienen mayoría absoluta.

El área metropolitana es uno de bastiones de resistencia de la izquierda pese a que retrocede posiciones. Los socialistas gobernarán en Mislata, Burjassot, Alboraya, Quart de Poblet, Alaquàs o Aldaia, aunque por el camino se deja Meliana, Albal, Tavernes Blanques, Xirivella y, sobre todo, una de las piezas más codiciadas: Torrent. Amparo Folgado será la nueva alcaldesa gracias a los votos de Vox. La ultraderecha, además, estrena vara de mando en Náquera. Iván Expósito se convirtió en el primer alcalde de Vox en la Comunitat Valenciana.

No es el único nombre municipal que está marcado por el cariz simbólico tras los plenos de investidura de ayer. Tras perder València, Compromís logró salvar Alzira, con cambio de alcalde tras los gobiernos de Diego Gómez (Alfons Domínguez será el nuevo alcalde) gracias a un pacto con el PSPV y UCIN, un grupo que aglutina a exmilitantes de PP y Vox. Esta se convierte en la principal localidad dirigida por los valencianistas que mantienen notable presencia en las Comarques Centrals.

Los casos de Buñol y Morella

Por su parte, pese a que Ciudadanos y Unides Podem no lograran representación en las Corts el pasado 28M, sí que contarán con poder municipal, aunque en el caso de los morados sea a partir de la marca de Esquerra Unida. EU mantiene ocho alcaldías (Fuenterrobles, Polinyà del Xúquer, Riola, Monforte, Tuéjar, Chelva. Asp y Barxeta) mientras que los naranjas dirigirán Cofrentes, Daya Nueva, Llosa de Ranes, Oropesa y Caudete de las Fuentes.

En el simbolismo también se confirmó que Buñol será gobernada por primera vez por la derecha, con el PP al frente, gracias al apoyo de XBuñol mientras que el PSPV perdió tras 32 años el ayuntamiento de Morella (17 de ellos dirigidos por Ximo Puig). El respaldo de los dos ediles 'populares' a un independiente provocaron el vuelco que marca el fin de una época en el consistorio.

También destaca el éxito de marcas locales como Ens Uneix, en la Vall d'Albaida, con cinco alcaldías (que le sirven para llevarse el representante provincial clave para decantar la Diputación de Valencia) o las múltiples carambolas que da la aritmética municipal como el apoyo del PSPV al PP para lograr la alcaldía de Gátova frente a Contigo, el error de voto de los socialistas de Vilafamés que impidió su gobierno con Compromís o el desmarque del concejal de Vox en Loriguilla que ha votado a su hermana como alcaldesa.