El órdago de Jorge Rodríguez en la Diputación de Valencia

El partido de la Vall d’Albaida anuncia que no han podido llegar a un acuerdo ni con socialistas ni 'populares' y reclama el voto de la izquierda para su única representante 

Jorge Rodríguez, líder de Ens Uneix.

Jorge Rodríguez, líder de Ens Uneix.

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

Ens Uneix, el partido de Jorge Rodríguez en la Vall d’Albaida, no votará al PSPV para gobernar la Diputación de Valencia. Tampoco al PP, aunque su líder provincial, Vicente Mompó, podría ser el principal beneficiado. La formación comarcalista dio ayer un volantazo y anunció que las negociaciones no habían llegado a buen puerto ni con los populares ni con el PSPV de Carlos Fernández Bielsa, una vía que parecía más encaminada. Al menos, de momento porque queda una semana para el pleno «y en política no hay nada escrito», avisó al final de su alocución el alcalde de Ontinyent.  

«Todos los esfuerzos han sido absolutamente infructuosos», fueron las palabras con las que Rodríguez comenzó su comparecencia para justificar que, si nada cambia, su representante en el pleno provincial, Natàlia Enguix, se votará a sí misma. Es un giro respecto al guion esperado después de semanas de negociación de Ens Uneix con PP por una parte y PSPV por otra. Ayer era el día marcado para anunciar la decisión y las palabras de Rodríguez pillaron por sorpresa a todos, un órdago. 

El voto de los de la Vall d'Albaida es clave para desequilibrar el empate entre la derecha y la izquierda en el pleno provincial. De ahí los viajes de socialistas y populares a Ontinyent, que ambas formaciones aceptasen los 15 millones en inversiones que solicitan los de Rodríguez para la comarca o incluso que Enguix entre en el gobierno, algo que había pedido hasta ahora aunque sin llegar al punto de reclamar la presidencia de la corporación como ayer. 

El líder de la fuerza comarcalista se desmarcó de los dos bloques y animó a Compromís y PSPV a apoyar a Enguix como «candidata progresista» para inclinar la balanza hacia la izquierda, algo complicado si se tiene en cuenta que Enguix es la única representante de la formación en la institución y tendría difícil conformar un gobierno para toda la provincia desde un partido que apenas tiene implantación más allá de una decena de municipios en la Vall d’Albaida. 

A esa petición de voto para su propia candidata llegó después de rechazar tanto un pacto con el PP como con el PSPV, con quienes mantuvieron minutos antes de la comparecencia la última reunión de la comisión negociadora. Con estos el acuerdo parecía encarrilado después de que Ens Uneix hubiera cerrado la puerta a apoyar la investidura de Mompó como presidente al necesitar a Vox para generar un gobierno estable.  De hecho, ayer Rodríguez indicó que era «absolutamente inasumible» dar su respaldo al dirigente popular al requerir el soporte de los dos diputados de la extrema derecha para tener los 16 votos de la mayoría absoluta en el pleno. 

La vía más «sencilla»

Esa puerta cerrada colocaba el foco en un pacto con el PSPV y Compromís. «En principio resultaría más sencillo», admitió ayer líder de Ens Uneix. Su pasado con los socialistas, con los que fue presidente de la Diputación de Valencia entre 2015 y 2018 hasta su dimisión por el caso Alquería, del que ha sido absuelto, podría facilitar el acercamiento, aunque más bien lo alejó. Quedan heridas pendientes de cuando los socialistas le expulsaron por un proceso en el que el PP pedía ocho años de cárcel. 

Entre los motivos esgrimidos por el alcalde de Ontinyent está que gobernar con la izquierda en la diputación «dificultaría mucho la relación con la Generalitat» que la dirigirá el PP algo que, indicó, no sería positivo para esta comarca. Proyectos como el Hospital de Ontinyent, dotaciones de servicios sociales o de infraestructuras dependen del Consell en el que Carlos Mazón estará al frente, aunque aparecer como el facilitador de un gobierno de derechas en la diputación podría afectarle ante su electorado, principalmente progresista. 

Pero más allá de este, el líder de la formación de la Vall d’Albaida se centró las culpas en la dirección autonómica de Puig de «no querer que Bielsa sea presidente». Rodríguez reseñó «todos los esfuerzos» realizados por el alcalde de Mislata y su equipo negociador aunque expresó «muchas dudas» de que cuando hablan con ellos lo hagan con quien «de verdad tiene voz» en el partido.  

La posibilidad de promocionar a otro candidato que tenga más sintonía con Puig y también con Rodríguez sería una de las cábalas, con el alcalde de Xàtiva, Roger Cerdà, como una de las posibilidades. Sin embargo, la imagen de un Bielsa sin control interno está bastante alejada de lo visto en las últimas semanas cuando demostró su fuerza orgánica al lograr no solo confeccionar una lista de diputados provinciales totalmente afín sino situar a perfiles próximos como Juan Antonio Sagredo para la candidatura al Senado frente al rechazo de la dirección autonómica y con el apoyo final de Ferraz.  

«Poner palos en las ruedas»

Rodríguez indicó que frente a cada acercamiento del equipo de Bielsa, la dirección de Puig ha puesto «palos en las ruedas». En la lista de agravios citó que se haya paralizado la construcción del Hospital de Ontinyent sin avisar al consistorio, problemas de pactos en algunas localidades de la comarca o una visita de la ministra de Ciencia Diana Morant a Albaida y no a Ontinyent «no respetando la capitalidad». 

Pero también apuntó a asuntos más personales que han tenido que ver con el caso Alquería. Así, lamentó que Puig rechazara pedir perdón por cómo se actuó el partido o incluso que se eligiera un día antes como síndica a Rebeca Torró, exmano derecha de Rodríguez y a la que este ha señalado como «la primera que saltó del barco» cuando fue detenido, un nombramiento que, por otra parte, estaba bastante claro desde el principio de la legislatura.  

No obstante, pese a evidenciar las heridas abiertas dio margen para la negociación. «En política no hay nada escrito», expresó. Es a este margen al que se aferran los socialistas para convencer a Rodríguez. «Trabajaremos hasta el último minuto», señalaron fuentes del PSPV provincial. 

En caso contrario y de que no haya apoyo a Enguix de la izquierda, el empate entre bloques en una hipotética segunda votación dará la vara de mando a Vicente Mompó, líder del PP, al ser la formación con más representantes en el pleno. De ahí que el ambiente en los populares fuera de señalar como «razonable» la decisión de Rodríguez, una posición que esperan que mantenga. Es su camino hacia una diputación que nunca dieron por perdida.  

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