Las reservas del Júcar caen una semana más aunque no peligra la demanda para riego

El campo consumirá al final un 14 % del volumen embalsado

Imagen de archivo del embalse de Benagéber. | M.A.MONTESINOS

Imagen de archivo del embalse de Benagéber. | M.A.MONTESINOS / m.mínguez calabuig. valència

m.mínguez calabuig. valència

El agua almacenada en la cuenca el Júcar sigue descendiendo semana tras semana, pese a que sigue por encima de la media de los últimos cinco, diez y veinte años. Las presas de la demarcación mantienen un buen estado aunque las precipitaciones del presente ejercicio hidrológico, 342 mm², han estado por debajo del promedio de las últimas tres décadas (alrededor de 395 mm²). El suministro por riego está previsto que consuma del 12 al 14 % del volumen embalsado durante la campaña, que va desde mayo hasta octubre.

Según la Confederación Hidrográfica del Júcar, las demandas de todos los usuarios «se han podido cubrir con total normalidad». Eso sí, con alguna excepción puntual en el sistema Palancia y algún cauce menor sin regulación en el río Alfambra. «Las reservas actuales permiten garantizar con total seguridad el actual período de riego», apuntan.

En la recta final

A falta del Informe de Sequía de agosto, que saldrá en unos días, desde la CHJ admiten que confían en que puedan llegar precipitaciones en las próximas semanas que permitan dejar atrás los indicadores más preocupantes. También las situaciones de prealerta por escasez hídrica en el Maestrazgo y Palancia, desde el pasado mes de junio, las que más inquietan en el organismo de cuenca. Los embalses del Júcar afrontan la recta final con un volumen global de 1.370 hectómetros cúbicos, 33 menos que hace una semana, que representa un 48,55 % de la capacidad total.

Amadorio, en la Marina Baja, es uno de los que peor están, con un 30,50 %. Por sistemas, Túria (62,90 %) es de los que mejores porcentajes ofrece, respecto a Alicante (47,73 %), Júcar (47,48 %) y Castellón (38,97 %). En cualquier caso, la prealerta es el primer paso para la aplicación a corto o medio plazo de las medidas necesarias para paliar los efectos de la escasez hídrica dentro del marco de actuación establecido en el Plan Especial de Sequías (PES). Decisión que corresponde a la Junta de Gobierno, a la Comisión Permanente de Sequía o a la Comisión de desembalse en las que ésta delegue, contando con el apoyo de la Oficina Técnica de Sequías.

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