Los estragos de la DANA en partes del litoral

Una joven mira el oleaje en la playa de la Malva-rosa tras el temporal.

Una joven mira el oleaje en la playa de la Malva-rosa tras el temporal. / Fco. Calabuig

En las últimas horas la DANA que ha sido la gran protagonista, ha dejado registros de lluvia extraordinarios en el centro peninsular y parte de la zona costera del país, y aunque tenderá a alejarse todavía se notarán estragos en varias partes del país.

Esta DANA nos ha dejado también grandes trombas de agua en las provincias de Castellón, Tarragona o Cádiz, con acumulados que han pasado los 120 l/m². Conviene resaltar que las precipitaciones han sido muy irregulares, con cifras muy dispares en distancias extremadamente cortas, cosa que por otra parte es habitual en este tipo de situaciones.

Pues bien, tras un episodio de lluvia intensa y tormentas, lo que solemos querer es que el sol y el cielo despejado vuelvan a ser los protagonistas. Bañarte en la playa o en la piscina son momentos que se añoran cuando un temporal acecha. Hoy les vengo a hablar de por qué después de un episodio de lluvia y tormenta, ondea la bandera roja en las playas.

Los residuos no son los únicos que contaminan la playa. Durante el “chaparrón” el aporte de agua dulce en un entorno salino provoca, también, una alteración. Llegan sedimentos de muchos lugares, restos de vegetales y plantas, sin olvidarnos de los residuos urbanos.

A pesar de que los servicios municipales puedan limpiar la arena de toda esa «porquería» que solemos dejar, hay una contaminación que no se puede ver pero continúa estando. También nos encontramos con un par de bacterias como son la Escherichia coli o el Enterococcus, cuyo origen se encuentra en las aguas fecales.

En muchos puntos de nuestra geografía la separación dentro de las redes de alcantarillado no es muy buena. El agua residual que generamos las personas y el recurso procedente de la lluvia se encuentran bastante cerca. Esta situación es muy típica en varias ciudades costeras y provoca que, en episodios de lluvias intensas, estas dos aguas se mezclen, incrementando de manera considerable el caudal.

La contaminación microbiológica es una de las más comunes tras una tormenta. También es la causante de prohibir el baño en lugares variopintos y dedicados al ocio, al sol y a la playa. En el caso de que las playas superen los límites de contaminación establecida y los bañistas aun así decidan entrar un «ratito» al mar podrían presentar casos de infecciones, gastroenteritis y otitis.