las universidades valencianas ante el nuevo curso | Higinio Marín Rector de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU-UCH) de Valencia.

Higinio Marín: "Queremos hacer de la CEU Cardenal Herrera una de las mejores universidades privadas del país"

"La pregunta ¿esto para qué sirve? es de todo menos universitaria, porque la universidad es el sitio donde no dejamos caer el conocimiento bajo el imperativo de la utilidad"

El rector de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU-UCH), Higinio Marín, en el Rectorado del campus de Alfara.

El rector de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU-UCH), Higinio Marín, en el Rectorado del campus de Alfara. / German Caballero

Rafel Montaner

Rafel Montaner

El filósofo Higinio Marín (Madrid, 1965) está al frente de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU-UCH) de Valencia desde este pasado mayo. Lleva 17 años dando clases en el campus de Elx de esta universidad que en 2024 cumplirá su primer cuarto de siglo.

El rector Higinio Marín, en el edificio del Rectorado del Campus de Alfara del Patriarca.

El rector Higinio Marín, en el edificio del Rectorado del Campus de Alfara del Patriarca. / Germán Caballero / German Caballero

Nacida en 1999, la CEU-UCH fue la primera universidad privada que abrió sus puertas en la Comunitat Valenciana. No obstante las raíces de esta universidad de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) se remontan a hace más de 50 años, cuando la Fundación San Pablo CEU empezó a impartir sus primeros cursos universitarios en Valencia.

Arranca este curso con unos 9.700 alumnos, cerca de 3.000 de ellos extranjeros. La CEU Cardenal Herrera es la única universidad valenciana con campus en las tres provincias, ya que a su campus principal en Alfara del Patriarca hay que añadir los de Elx y Castelló de la Plana.

Está a punto de concluir su campus urbano de Alfara, que cuenta con una superficie de 86.400 m2 y en el que ha invertido en los últimos 25 años más de 110 millones de euros en obras y equipamiento.

Las tres últimas actuaciones pendientes en este gran campus son: la construcción del club universitario, para el que ya han aprobado una partida presupuestaria; la construcción de un edificio exclusivo para la Facultad de Veterinaria interconectado con el hospital veterinario, que esperan que en tres años pueda estar si no ha acabado ya en uso parte de la instalación; y la peatonalización de algunos tramos de las calles de Alfara que pasan por dentro del campus, para lo que el rector solicita «la cooperación y la comprensión del ayuntamiento».

El rector de la  CEU Cardenal Herrera, Higinio Marín.

El rector de la CEU Cardenal Herrera, Higinio Marín. / German Caballero

¿Cuáles son los retos que afronta este nuevo curso?

Crecer para dentro. Hemos alcanzado un volumen que es cercano al deseable y desarrollado unas infraestructuras que están cerca de completar nuestras necesidades, y no tenemos ningún afán de crecer continuamente. Ahora el reto es que la Universidad crezca hacia dentro, que madure académicamente y que las cosas que se hacen bien se puedan hacer mucho mejor. Queremos hacer de la UCH una de las mejores universidades privadas del país. Es un proyecto que nos ilusiona y se puede lograr en un plazo razonable porque nuestra vocación académica nos obliga a tener un profesorado de primera línea. Lo mejor que nosotros ofrecemos a los alumnos son nuestros profesores y nuestros servicios. Y por eso mi prioridad es cuidar de la gente, que nuestro profesorado pueda estudiar e investigar, que el personal de administración y servicios pueda cualificarse profesionalmente, que todos tengan los medios y el entorno adecuado para trabajar. Todo esto no puede más que redundar en beneficio del alumnado. 

undefined

¿Qué le ofrece la Cardenal Herrera a su alumnado?

El primero un campus con instalaciones de primer nivel, moderno y que es un espacio real en el que se vive. Y además, este es el segundo elemento diferencial, se convive con un contingente de alumnos internacionales procedente de 90 nacionalidades. En Alfara del Patriarca hay un campus, hay un espacio abierto rodeado de instalaciones universitarias habitado por estudiantes y profesores, donde los estudiantes conviven con compañeros de países muy diversos. La mayor parte de ellos son europeos, alrededor del 70 %. Este contingente internacional supone el 30 % de nuestro alumnado, o sea uno de cada tres. Es decir, es una experiencia internacional en una institución de estudio y de investigación y de aprendizaje y desarrollo de capacidades personales. Esta segunda razón, muy distintiva de nuestra Universidad, no solo beneficia a nuestros estudiantes y nuestros profesores, ya que yo creo que es un aporte también para Valencia y para la Comunitat Valenciana. Fuera de Madrid o Barcelona, salvo instituciones universitarias con una celebridad centenaria, como Salamanca o Granada, no hay muchas ciudades que cuenten con una universidad privada con capacidad para atraer a miles de estudiantes extranjeros.

undefined

"Pocas ciudades cuentan con una universidad privada capaz de atraer a miles de estudiantes extranjeros"

Cuénteme el secreto de la CEU-UCH para atraer a tanto alumnado extranjero...

El mérito es de los equipos que me han precedido y también que Valencia sea un lugar atractivo para estudiar. Obviamente a eso añadimos carreras que sirven de referencia en entornos internacionales y un creciente aporte de alumnado de países latinoamericanos que promovemos con la concesión de becas. Además tenemos titulaciones con reconocimiento internacional que hacen efectivos nuestros títulos en otros países. Son titulaciones internacionales que no son fáciles de lograr, como es el caso del grado de Veterinaria. Esta acreditación es fruto de un gran esfuerzo y requiere de infraestructuras, como el tener un hospital veterinario de primera línea. Y no olvidemos tampoco el prestigio académico, que es un asunto que se transmite siempre en primera persona. En un mercado básicamente reputacional nuestra ventaja son los recursos humanos: nuestro personal de administración y servicio y nuestro profesorado.

undefined

¿Cómo conjugan ser una institución privada y a la vez de iniciativa social?

Tenemos una política de becas bastante excepcional, pues uno de cada tres de nuestros alumnos está becado por la institución. El curso pasado, y lo digo con satisfacción, dedicamos 6.200.000 euros a becas. Es difícil encontrar una institución privada que genere semejante volumen a ayudas al estudio. Eso solo se explica porque somos una institución sin ánimo de lucro con una nítida inspiración cristiana. Eso quiere decir que personas con un recorrido académico bueno, brillante en muchos casos, pero con una situación de renta familiar que no le permitiría afrontar el ingreso en nuestra Universidad, están con nosotros. Esto convierte a la CEU-UCH en un motor de promoción social y de igualdad de oportunidades.

undefined

El filósofo rector, Higinio Marín, durante la entrevista.

El filósofo rector, Higinio Marín, durante la entrevista. / Germán Caballero

Han hecho una inversión muy importante con el fin de construir de cero un moderno campus en Alfara. ¿Ya dan por culminado el proyecto? 

Queda poco, pero nos falta todavía algo fundamental. Aunque tenemos la titulación de Veterinaria en unas instalaciones que cumplen su función, queremos integrarla en el campus con un edificio propio vinculado al hospital veterinario. También vamos a edificar un club universitario porque nuestros alumnos pasan en el campus mucho tiempo y queremos ofrecerles un espacio acogedor donde puedan descansar, charlar, relacionarse... Otra singularidad del CEU, pues es difícil que una universidad se plantee esto salvo que quiera convertirse en un lugar convivencial.

undefined

De las 7 universidades presenciales valencianas más grandes son la que menos títulos de grado oferta ¿Por qué?

Nuestra política no es una política expansiva a toda velocidad, de hecho llevamos años sin solicitar nuevos títulos. Apostamos por hacer bien lo que hacemos, sin correr para hacer lo que todavía no podemos hacer bien. Por eso tenemos 20 títulos. Hay universidades que tienen 50, otras más jóvenes que tienen ya 30, y no digamos ya las universidades públicas. Pero es que esa no es nuestra política, pues entendemos que las cuestiones académicas se improvisan si se ajustan a los ritmos comerciales. No podemos estar montando titulaciones a granel porque hay una oportunidad o un nicho de mercado. Claro que lo hacemos, pero con el ritmo que permite madurar interiormente porque en la cultura institucional del CEU hay una alta autoexigencia académica. El CEU nunca ha tenido el perfil de una universidad privada con poca exigencia académica. En nuestros departamentos siempre han participado profesores que procedían del sistema público, de otras universidades privadas y eso es un cierto elemento diferencial. Además, nos esforzamos, en la medida de lo posible, porque no haya sobre exceso de carga docente. Nuestro profesor no es una unidad de rentabilidad, es un estudioso y le tenemos que generar las condiciones para que sea competente en lo suyo, tanto como esté a su alcance. Creemos que esa seriedad académica es un rasgo que podemos ofrecer a la sociedad aún siendo una institución privada.

undefined

"El CEU nunca ha tenido el perfil de una universidad privada con poca exigencia académica"

¿Cómo vive un filósofo rector estos tiempos de elogio de lo útil y del ‘esto para qué sirve’?

Una universidad no es un sitio donde tengamos que atender exclusivamente a los conocimientos por su utilidad práctica. En la universidad lo inútil tiene mucho valor. La pregunta ¿esto para qué sirve? es de todo menos universitaria, porque la universidad es el sitio donde no dejamos caer el conocimiento bajo el imperativo de la utilidad. Cualquiera que repase la historia de la ciencia verá como solo los investigadores capaces de adentrarse en campos aparentemente inútiles encuentran innovaciones. Ese es el gran aporte de la universidad a la civilización occidental, el sostener a personas que se dedican a lo inútil, a las ciencias básicas. Y entre esas inutilidades está la memoria de quiénes somos, la memoria de las preguntas para las que no hallamos nunca una respuesta definitiva. Una universidad que no se abra a la investigación básica y a la discusión humanística sencillamente ha abjurado de su condición de universidad para pasar a ser el departamento de formación que requiere el sistema productivo, debidamente externalizado y con costes a terceros. Por tanto, un filósofo rector es casi la prueba misma de que en una universidad se aprecia lo inútil, se aprecia el ejercicio reflexivo, la supuesta pérdida de tiempo que es pensar y discutir juntos sobre las cuestiones que nos afectan como seres humanos, y también como hombres y mujeres de nuestro tiempo porque la filosofía no son solo las preguntas eternas. La filosofía también es estar atento con sentido crítico a las novedades que nos afectan. No podemos diseñar una formación solo en orden a los requerimientos de los empleadores, pues tenemos personas delante que no son solo unos futuros profesionales y debemos formarlos como ciudadanos con capacidad crítica, con amplitud de miras, con inquietudes intelectuales y si no hacemos eso, pues el avasallamiento de los sujetos es cuestión de tiempo. Y en nuestro caso, además, y en un entorno libérrimo y respetuoso, pues a los que quieran también les queremos formar en nuestra fe, en el cristianismo, a la altura intelectual de su tiempo y de su preparación.

Suscríbete para seguir leyendo