Tribunales

Tres testigos clave a los que la menor tutelada confesó los abusos se contradicen

La pareja sentimental de la joven declara que la creyó pero que después ha dudado si fue un instrumento para salir del centro de acogida

El educador Luis Eduardo R. I. durante el juicio en el que fue condenado, pendiente de recurso ante el Tribunal Supremo.

El educador Luis Eduardo R. I. durante el juicio en el que fue condenado, pendiente de recurso ante el Tribunal Supremo. / Germán Caballero

Tres testigos claves en la causa que investiga el tratamiento que la Conselleria de Igualdad dio al caso de la menor tutelada por un educador, exmarido de la entonces vicepresidenta Mónica Oltrase contradijeron ayer en su declaración, por separado, ante el titular del Juzgado de Instrucción 15 de València.  

Los tres testigos son familiares. Se trata del joven con quien la menor tutelada mantenía una relación en el momento de los hechos. Y los padres del joven, que fueron de las primeras personas a quienes la menor contó los hechos. Como reflejaba tanto la sentencia que condenó al educador como la exposición razonada que el Juzgado de Instrucción 15 elevó al TSJCV, la primera persona en conocer los abusos fue una amiga de la menor tutelada. Y el segundo, el joven que era su pareja en aquel momento. «Asímismo los hechos fueron conocidos por los padres [del joven], a quienes éste se los relató (...) y que a su vez los expusieron ante la directora del centro de acogida donde vivía» la menor tutelada. 

Los tres declararon haberse enterado de los abusos en momentos distintos. El joven declaró que la menor le contó los hechos a él y que después se lo confesó llorando a su madre. Sin embargo la progenitora defendió que fue la menor quien se lo contó a los tres miembros de la familia. Pero el padre aseguró que se enteró de los hechos cuando la menor lo contó a un agente de la Policía autonómica (en julio de 2017). 

Tampoco se pusieron de acuerdo en definir cuanto tiempo duró la relación entre los dos menores. El joven sí recordaba que comenzaron su relación en diciembre de 2016 y estuvieron juntos hasta 2018. Sin embargo la madre declaró que la relación duró «dos o tres años». Frente al padre que lo limitó a «mes y medio o dos meses»

Sobre los abusos, tanto el joven como su madre defendieron que sí creyeron a la joven. «No denunciaba porque tenía miedo de que no la creyeran», defendió el chaval. Aunque después admitió que llegó a pensar que la denuncia podía ser un medio para abandonar el centro y poder irse a vivir con ellos durante un tiempo

La progenitora también declaró que la menor le confesó que «el profesor abusaba de ella y de otras niñas». Aunque al interesarse los letrados por qué no denunció unos hechos tan graves, la madre aseguró que no lo hizo porque «ya estaba conmigo en casa tranquila» y «ya no se habló más del tema». También defendió que era «muy buena chica, ayudaba en casa y a mi hija con los deberes».

Suscríbete para seguir leyendo