Las maravillosas estampas del invierno

El frío llega a Valencia tras el episodio de espesa niebla.

El frío llega a Valencia tras el episodio de espesa niebla. / JM López

Natacha Payá

La época invernal nos regala imágenes maravillosas. Aunque oficialmente aun no estemos en el invierno, desde el punto de vista climatológico ya lo estamos. En el campo de la meteorología y la climatología el invierno comenzó el día 1 y permanecerá con nosotros hasta que acabe febrero. Esta es una época del año en la que los amaneceres fríos y gélidos vienen acompañados de estampas maravillosas decoradas con fenómenos atmosféricos típicos. 

El invierno nos brinda maravillosos paisajes nevados y pueblos cubiertos de nieve. Cuando llega el blanco meteoro a España es inevitable no hablar de él, ya que en muchos lugares resulta ser un fenómeno que aparece unas pocas veces al año. Este meteoro tan famoso nos visita cuando las masas de aire frío llegan a la Península Ibérica. 

Durante esta época también se forman nieblas en nuestro país. Las altas presiones muchas veces provocan que este hidrometeoro se deje ver de manera habitual. Según su formación y origen encontramos distintos tipos de niebla, aunque las más conocidas son las de radiación y advección. 

Las primeras se forman en los valles y depresiones cuando el aire que está en contacto con el suelo se enfría y condensa la humedad disponible; las de advección aparecen sobre todo en otoño y primavera en el mar, cuando una masa de aire cálido se mueve sobre aguas frescas. 

Tanto la niebla como la neblina están formadas por pequeñas gotas de agua en suspensión. A simple vista parecen iguales, pero lo cierto es que se distinguen por la densidad y tamaño de las partículas en suspensión. Si la visión del observador es de menos de un kilómetro se considera niebla, y si la vista alcanza más allá de un kilómetro se considera neblina. 

La escarcha, el rocío blanco y la cencellada son hidrometeoros que también suelen formarse en las temporadas anticiclónicas invernales. La primera aparece fundamentalmente durante la noche, cuando el aire frío desciende y comienza a enfriarse junto con la superficie. En este caso, la humedad relativa tiene que ser superior a 60 % y la temperatura de la superficie inferior a los 0 ºC. El rocío blanco, en cambio, aparece cuando la temperatura desciende por debajo de su punto de rocío, y luego la temperatura mínima de la noche es inferior a los 0 ºC. Por otro lado, y aunque el procedimiento es muy parecido, la cencellada aparece en escenarios con bancos de niebla. Las pequeñas gotículas están en estado de subfusión y al entrar en contacto con alguna superficie quedan atrapadas en forma de pequeños y brillantes cristales de hielo.