Incendio en Valencia

Cinco familias de la falla Maestro Rodrigo pierden su casa por el incendio

Se trata de unas 13 personas, entre ellas varios menores, y ninguna ha resultado herida, según dice el casal fallero

El casal de la comisión fallera se ha abierto para recoger ropa, calzado y útiles de aseo

Falleros del casal Maestro Rodrigo que ejercen de voluntarios que recogen ayuda para las familias afectadas.

Falleros del casal Maestro Rodrigo que ejercen de voluntarios que recogen ayuda para las familias afectadas. / Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Cinco familias de la falla Maestro Rodrigo-General Avilés de València han perdido la casa tras el incendio que calcinó dos edificios ayer en la calle Maestro Rodrigo. Se trata de 13 personas, entre ellas varios menores, aunque ninguna ha resultado herida, según explica la falla.

El casal ha abierto sus puertas esta mañana para recibir donaciones y ayuda de la ciudadanía, y sus fallerois también están aportando material y apoyo a las familias, alojadas en hoteles o en casas de familiares. Reclaman ropa, calzado y útiles de aseo.

"Hay varias familias con niños e hijos adolescentes, pero como el incendio fue por la tarde los cogió trabajando o fuera de casa, así que por suerte no ha habido nadie herido", explica Marcos Torrentí, fallero del casal, que anima a la gente a acudir para ayudar a las personas que han perdido sus casas.

La gran pregunta

La gran pregunta de falleros y vecinos de la zona es la misma: Cómo pudo arder tan rápido el edificio. "No es normal que aquello prendiera como una caja de cerillas, explica un hombre que vive en una finca cercana".

Los jóvenes del casal son los primeros que se han movilizado para encontrar toda la ayuda posible para las familias, y están atendiendo a todos aquellos que quieran aportar a la causa. La falla maestro Rodrigo tiene un censo que ronda los 300 falleros, (185 adultos y 125 infantiles).

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@estrella_carlos

Malas calidades a precio de oro

Adrián Noguero es un joven de uno de los edificios aledaños, y explica que todas las comunidades de vecinos están muy preocupados porque sus bloques son de construcción similar y usan el mismo aislante.

Las viviendas de esta finca construida en 2005 rondaban los 300.000 euros para pisos de dos habitaciones, pero según fuentes de las promotoras valencianas, las calidades dejaban mucho que desear. Se trata de un edificio que se construyó en pleno 'boom' inmobiliario y se acabó en 2008, con la crisis económica que obligó a la promotora Fbex a entrar en concurso de acreedores en 2010 dejando una deuda de 600 millones.

El edificio contaba con una fachada voladiza compuesta por placas metálicas y una separación de 10 cm hasta el recubrimiento de poliuertano, un material inflamable que hizo que el fuego se extendiera rápidamente por la fachada.

Estas placas, según explica Noguero "son un peligro". "Cuando hace mucho viento es normal que se suelten y se caigan, hace años en mi urbanización cayó una y partió a la mitad la piscina", explica. Cuenta que muchos edificios de la zona tienen "la fachada a cachos" por este motivo.