La sorprendente fobia de Esquerra Unida y Compromís hacia la figura de la Reina de la Fira de Xàtiva genera todavía más perplejidad cuando estas dos formaciones no se cuestionan lo más mínimo la existencia de la Fallera Mayor de Xàtiva, cargo que además depende de la Junta Local Fallera (entidad presidida por el alcalde y sufragada íntegramente por el ayuntamiento). Todos los argumentos en contra de la figura femenina representativa de la feria (florero, herencia del franquismo, papel subyugado de la mujer, perpetuación del estereotipo machista...) serían homologables, incluso se darían en mayor grado en la representante de una comisión fallera cualquiera o, más todavía, en la del conjunto de los falleros de Xàtiva.

En unas declaraciones recientes a este diario, la portavoz municipal de Compromís, Cristina Suñer, señalaba que «no es lo mismo» un cargo que otro. Y aseguraba que una mujer fallera «puede ser fallera mayor en su comisión... Y otras muchas cosas, como dirigente, incluso presidenta, que ya las ha habido». El argumento se puede volver en contra suyo. ¿Por qué no articula el consistorio una serie de funciones para la figura de la Reina de la Fira más allá de su papel durante los cinco días de celebración? Pero hay más: la fallera mayor, evidentemente, puede desempeñar otras funciones en la falla. La que así lo quiera. Pero mientras ejerza sólo ese cometido, el de fallera mayor, su papel es mucho más cuestionable —según el criterio de estos dos partidos— que el de una Reina de la Fira. No olvidemos que a una fallera se le dedican versos, se alaba su lozanía, se la inunda de flores o se la trata de un modo servil y hasta cursi en actos como la exaltación o el nomenament, ante los que el tratamiento que se da una reina de Fira se queda muy, muy por detrás.

Por otro lado, hay quien advierte que el no a la reina y el sí a las falleras no es otra cosa que «miedo» por parte de la izquierda. La Reina de la Fira no tiene quien le escriba. En cambio, el fallero es un colectivo perfectamente vertebrado y organizado de más de 3.000 personas que de sufrir una amenaza a uno de sus signos de identidad, las falleras mayores, reaccionaría.

Toros y mujeres juntos, no

Otra postura curiosa en torno a la figura de la reina es la de Xateba. La combativa asociación por la igualdad y contra la violencia de género, que no comulga con este tipo de representatividad, ha ido más lejos en cambio al sugerir que la reina, de mantenerse, podría tener otros cometidos. Sin embargo, que se vote en el mismo momento sí o no a la reina con el sí o no a los toros ha molestado sobremanera a esta asociación, que ahora pide que no se participe en la consulta.