El juzgado de instrucción número 3 de Xàtiva ha abierto una investigación por un presunto delito contra los recursos naturales y el medio ambiente como consecuencia de un supuesto vertido ilegal de líquidos contaminantes al barranco del Saladar detectado por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) procedente del vertedero de La Teixonera. La causa parte de una denuncia de la Fiscalía a raíz de la inspección de los agentes de la Guardia Civil. El vertedero, que lleva 21 años cerrado, continúa en proceso de ser sellado y clausura de manera definitiva.

Tanto el Ayuntamiento de Xàtiva como la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente han sido requeridos por el juzgado para que aporten toda la documentación que obre en su poder relacionada con los expedientes sobre el procedimiento de clausura.

Al día siguiente de recibir la notificación la administración local, el 24 de agosto, una patrulla de la Policía Local se personó en la instalación con el fin de informar sobre la situación. Los agentes de Xàtiva dejaron constancia de cómo dos camiones bañera accedían al recinto y descargaban. Asimismo, los agentes hallaron los vertidos de líquidos en el barranco del Saladar y un camión cisterna que permanece siempre en la zona y que la propiedad emplea para gestionar posibles incidencias. A raíz de un informe emitido el 28 de agosto por el intendente Antonio Collado, el alcalde en funciones en ese momento, Ignacio Reig, ordenó que se remitiera al juzgado toda la documentación del expediente de clausura del vertedero, así como un informe jurídico sobre las competencias municipales en la materia, a fin de tomar «con toda celeridad [...] la adopción de las medidas necesarias para que se proceda al sellado definitivo del vertedero de la Teixonera y a la minimización de la producción de lixiviados y gases». El juzgado pidió la adopción estas medidas cautelares propuestas por la Fiscalía, ante el riesgo medioambiental que podría existir en el citado barranco.

En febrero de 2014, el ayuntamiento remitió un informe del biólogo municipal a la Confederación Hidrográfica del Júcar y la Conselleria de Medio Ambiente, alertando de que no se estaban llevando a cabo las medidas para el sellado definitivo del antiguo vertedero, ni el control sobre los lixiviados. Versión muy opuesta mantiene el propietario de la instalación. Joaquín Esteve defiende que lleva a cabo un control estricto de de los líquidos contaminantes, contenidos en una balsa estancada, para evitar que acaben en el barranco, a tiempo que niega los vertidos y asegura que cada medio año realiza análisis en la zona. Las inspecciones son constantes. «Solo tengo ganas de acabar de sellar porque todo son problemas y esto es una ruina. Estamos trabajando como siempre: no entiendo porqué vienen a por nosotros», zanja.

Colmatado hace 20 años

El vertedero -en término de Xàtiva pero pegado a la Llosa de Ranes- abrió en 1979 y dejó de albergar basuras después de que los vecinos reaccionaran con vigorosas protestas hace dos décadas