Una corta pero intensa tormenta acompañada de granizo sacudió el domingo de madrugada una importante franja de territorio de las comarcas centrales, dejando un reguero de daños de diversa índole en los cultivos de al menos catorce municipios de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida. Las pérdidas alcanzan el 50% en algunas campos de caqui y de olivos, cosechas con el fruto muy avanzado que se han llevado la peor parte del vendaval. El reducido tamaño del pedrisco, unido al carácter muy localizado del temporal, retrasan una valoración exhaustiva de la superficie agrícola afectada y del impacto económico de los destrozos, que ayer todavía estaba en proceso de estudio.

De los datos recabados por este diario tras una ronda de contactos con La Unió de Llauradors, AVA-ASAJA y las cooperativas del territorio se desprende que la tormenta afectado de manera muy dispar a los términos municipales de Atzeneta d'Albaida, Benissoda, Agullent, Carrícola, l'Olleria, Aielo de Malferit, Albaida, Canals, Montesa, l'Alcúdia de Crespins, Bolbaite, Anna, Chella y Enguera, con daños que oscilarían entre el 20 y el 50 %.

El granizo se ha cebado especialmente con los cultivos de la Canal. El vicepresidente de la cooperativa de Enguera, José Luis Rivera, indica que, en una franja agroforestal de 250 metros de ancho, se ha echado a perder la mitad de la cosecha de aceitunas en los campos agraviados. La cooperativa, una de las más potentes del sector oleícola, recibió ayer una batería de partes dirigidos al seguro. Enguera se ha visto doblemente azotada por el pedrisco este verano. A comienzos de junio, otro episodio similar, aunque de mayor intensidad, ya arruinó un millón de kilos en la parte alta del término. En esta ocasión, se ha visto afectada la parte baja y se prevé que las pérdidas superen el medio millón de kilos. «Entre una granizada y otra nos va a hacer bastante mal», lamenta Rivera. La tormenta enturbia las excelentes previsiones asociadas a la campaña de este año, con los árboles cargados de olivas. «El impacto va a ser más grande que en otros cultivos, porque la aceituna ya está formada, casi a punto de ser recogida», incide Paco Benavent, de La Unió de la Vall d'Albaida.

Una tormenta muy localizada

En Anna y Enguera se recogieron entre 12 y 14 litros por metro cuadrado durante la madrugada del domingo. Pocos minutos antes de las tres, una sucesión de intensos relámpagos precedió una violenta tormenta que descargó piedra con gran fuerza durante una media hora. A su paso por la Costera, los efectos del temporal no fueron tan dañinos. Tras abandonar las tres comarcas, la tormenta se adentró posteriormente en Cocentaina, donde ganó intensidad y los destrozos fueron mayores.

En el ámbito de la mandarina y la naranja, los daños del granizo han sido mucho más aislados. Los caquis tienen la piel más sensible y es más fácil que queden marcados por este fenómeno temporal, según las fuentes consultadas. En el caso de esta fruta, se tiene constancia de una importante producción picoteada por la piedra en la Vall d'Albaida, circunstancia que lastrará su recorrido comercial.