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Broche de oro a la temporada del Gran Teatre de Xàtiva con la obra de Ron Lalá

«Crimen y telón» agradó de manera notable al público el viernes pero falló otra vez la asistencia de espectadores

El cierre de la temporada teatral de Xàtiva fue brillante pero también conllevó algo de decepción. Ron Lalá, la impresionante compañía que hace cuatro años triunfó con su excelsa En un lugar del Quijote, dio muestras el viernes pasado de que es un colosal equipo de actores y de que esta función, Crimen y telón, es otra oportunidad de ver en escena a un grupo dinámico, creativo, efervescente y excepcionalmente imaginativo. Pero todo ese talento, y ahí la de arena, apenas lo disfrutaron un centenar de espectadores. Definitivamente, el público de Xàtiva no responde (o sólo lo hace ocasionalmente) a la interesante oferta teatral servida desde 2015, después de unos años en los que la sala apenas programaba funciones. Quedaba todavía una obra pendiente, La capilla de los niños, pero ha sido aplazada al mes de noviembre. Todo apunta, por otro lado, que dada la negativa de Xàtiva Unida a asumir ponencias, Alfred Boluda dejará de ser el regidor del Gran Teatre pese a que continúa como concejal.

Crimen y telón se sitúa en un imaginario año 2038, en el que las artes están prohibidas. Los agentes de Ciudad Tierra persiguen cualquier tipo de disidencia y tratan de certificar la muerte del teatro. Ello da pie a una puesta en escena hilarante que, con el sello de Ron Lalá, no desdeña lo musical, con sugerentes números. Una pasada.

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