Sigue el homenaje al más eminente pianista valenciano (de entre los muchos que han dado estas tierras) y en esta ocasión en lo que fue su “casa”, tanto en recital como con la orquesta: el Principal.
En cordial “cogobernanza” sonora, seis pianistas y un clavecinista subieron al escenario de la calle de las Barcas para defender un muy inusual e instructivo repertorio barajado desde el teclado moderno, el clavecín y el forte piano. Todos ellos instrumentos que el propio Iturbi había ya utilizado, incluso antes de instalarse en París de 1911. Catorce manos bajo la batuta del maestro Manuel Hernández Silva (Caracas,1962), ya conocido del público valenciano.
Acometer obras en la que concurran más de un piano siempre constituye un reto no sólo por la logística y acústica. Cuatro iniciaron este multitudinario desafío con el Concierto en la menor, BWV 1065, de Bach padre, quien prendado de su admirado Vivaldi transformó su concierto para cuatro violines para sendos teclados contando para la ocasión con la fina linea de Carbó, el impetú de Linares, la claridad de Oliver y la desenvoltura de Simón, redondeando una versión con carácter y humor. Es con el repertorio clásico y romántico con el que la Orquesta de Valencia ha dado siempre sus mejores momentos junto a las grandes sinfonías del XX. De ahí que perfilar la atmósfera de otros estilos -como el barroco- necesite otras lecturas de amplio espectro.
Con un piano menos, escuchamos el Concierto nº 7, KV 242, de Mozart, a cargo de Carbó, Linares y Oliver, que enriquecieron con estilo y temperamento cada momento de esa amable pieza. Pero la gran novedad fue el Concierto para clavecín, forte piano y orquesta H479, de Carl Emmanuel Bach, uno de los 20 hijos del cantor de Leipzig, siempre tan generoso en su producción musical como en su descendencia. Simón y Ares no lo tuvieron fácil para hacerse escuchar a través de la trama orquestal necesitada de otras ambiciones desde el podio.
Sin desmerecer el trabajo de los protagonistas anteriores, fue en la segunda parte donde surgió el gran piano: Xavier Torres (Totentanz, de Liszt) y Carlos Apellániz (Concierto para la mano izquierda, de Prokovief) ambos, sin duda alguna, dos enormes artistas del piano contemporáneo actual. Rotundos, seguros y meticulosos, el valenciano y el vasco ratificaron la plenitud del momento que atraviesan. Queda mucho repertorio por escucharles y así se les espera. Hernández Silva se creció en ambas atmósferas sin descuidar el protagonismo reclamado desde el teclado. Gran trabajo, también, el de Javier Clemente con la preparación, afinación y equilibrio de los instrumentos. Hasta Iturbi hubiera disfrutado de tanto magnífico junto.
Teatro Principal (València)
Intérpretes: Carlos Apellániz, Claudio Carbó, María Linares, Óscar Oliver, Xavier Torres, piano; Diego Ares, clavecín y Antonio Simón, forte piano. Director: Manuel Hernández Silva. Orquesta de València.
Obras de : J.S.Bach, W.A. Mozart. C.P.E.Bach, Franz Liszt y Serguei Prokofiev.
