Dos exposiciones ahondan en la memoria y el presente de las fosas del franquismo

“Con pulso sereno y la conciencia muy tranquila, escribo mis últimas letras porque dentro de unas horas habré dejado de existir. Me van a ejecutar”. Este fragmento de una carta, la que el 15 de julio de 1939 escribió Bautista Vañó Sirera en la cárcel Modelo justo antes de ser trasladado al paredón de Paterna, es uno de los muchos testimonios históricos que conforman el proyecto “Las fosas del franquismo. Arqueología, antropología y memoria” que hoy se ha presentado en el Centro Museístico La Beneficència de València.

Son dos exposiciones -una en el Museu de Prehistòria sobre las excavaciones en el cementerio de Paterna, donde hay documentadas 150 fosas y al menos 2.237 personas asesinadas por la dictadura franquista, y otra en L’Etno sobre la memoria de estas víctimas a través del recuerdo de sus familiares-, en las que la muerte y la vida se dan la mano. En la pared opuesta al fragmento de la carta de Vañó, Julia Tortosa, de Alginet, le escribe a su marido Vicent Roig que “hoy domingo día tres al mediodía has sido padre de un niño que es una preciosidad (…) pensamos ponerle Vicente”.

El resultado de las elecciones

El proyecto ha sido presentado esta mañana por el Delegado de Memoria Histórica de la Diputación de Valencia, Francisco Sanchis; los directores de l’Etno y del Museu de Prehistòria, Joan Seguí y María Jesús de Pedro, y dos de las comisarias de las exposiciones, Andrea Moren y Mª José García.

“Las fosas del franquismo” permanecerá en la Beneficència hasta abril de 2024 y uno de sus objetivos es acercar su contenido a grupos escolares, universitarios y vecinales. Sanchis ha defendido esta iniciativa de “memoria democrática” no como un proyecto “revanchista” sino de “justicia social” y, por lo tanto, “no debe verse afectada” por los resultados electorales del pasado mes de mayo.

"Entiendo que cualquier gobierno que haya sido democráticamente elegido por los ciudadanos deberá apoyar la lucha por la democracia. Y por tanto, entiendo que iniciativas como esta o como cualquier espectáculo teatral y cultural no deben verse afectados por el resultado de unas elecciones. Esta sería la situación ideal. Luego veremos si en la práctica los gobiernos y los partidos defienden realmente la lucha por la libertad", ha concluido Sanchis.

"Exhumar implica mucho más que desenterrar huesos. Implica introducir nuevos agentes, transitar por el tiempo y por el espacio y ponerse en el lugar de aquellas personas que fueron asesinadas y humilladas por la represión franquista, así como recorrer con ellas y con sus familiares y descendientes los caminos del olvido y la memoria", ha señalado el director de L'Etno.

Arqueología en el Museu de Prehistòria

“Arqueología de la memoria”, la exposición en el Museu de Prehistòria, es una aproximación a las fosas de Paterna desde una perspectiva arqueológica que, según ha enumerado su directora, tiene tres objetivos: hacer visible la aportación de la ciencia y los equipos técnicos en la identificación de las víctimas, hacer un reconocimiento público de los fusilados y sus familiares y, por último, poner en valor las políticas públicas de memoria.

Tras una introducción en el contexto histórico e ideológico en el que se produjeron los fusilamientos, la exposición se centra en el cementerio de Paterna y en el muro donde se produjeron los fusilamientos, dos espacios que se presentan como lugares de violencia pero también de memoria y resistencia. La sala abre un espacio con las mismas medidas de una de las fosas comunes para que el visitante se haga una idea no solo de cómo eran depositados los cuerpos sino también de que el objetivo de la dictadura fue desde el principio la desaparición sistemática y continua del bando perdedor.

Gafas, lápices, sellos, peines

Pero el corazón de la exposición es la sala dedicada a los objetos exhumados de las fosas junto a los restos humanos. Estos objetos -gafas, lápices, sellos, peines, pipas de fumar, pequeñas joyas, ropa- testimonian la precariedad de la vida carcelaria, la resistencia de las víctimas, los vínculos que intentaban mantener con el exterior y la violencia de sus muertes.

El recorrido termina con los relatos y las imágenes de las “víctimas de la desmemoria”, los familiares de los represaliados, un espacio para la reflexión de los visitantes (con unas raíces que fueron halladas en el interior de la calavera de un fusilado), un libro con los datos de todos los asesinados y enterrados por el franquismo en Paterna entre 1939 y 1956, y una proyección de sus 2.237 nombres como homenaje final.

Memoria en L'Etno

Por su parte, la exposición de L’Etno “2238. Paterna, lugar de perpretración y memoria”, amplía la mirada de las exhumaciones de las fosas de las víctimas del franquismo hacia su dimensión social en entornos institucionales, asociativos o familiares. También a través de cartas, fotos y objetos obtenidos en los lugares de enterramiento pero también cedidos por las familias de los asesinados que los han custodiado durante décadas, la exposición trata el cementerio de Paterna como escenario de represión, y destaca la importancia femenina en la transmisión y custodia de la memoria tanto en las casas como junto a las fosas.

Uno de los elementos que más destacan en esta exposición son los “altares domésticos” que, a falta de un cuerpo que amortajar, despedir y sepultar dignamente, formaban en el ámbito más privado las familias de los fusilados para mantener su recuerdo a base de fotografías, cartas o trozos de ropa.

“Me voy al otro mundo para siempre -le escribe Blas Llopis a su mujer Trinidad y a su hijo en una misiva que han conservado hijos, nietos y bisnietos-. Me se agotan las fuerzas y ya no puedo más (…) Millones para todos de besos para todos y que tengais más suerte que yo (…) Os llevo en mi corazón al cielo”.