Entrevista | Sergi Almiñana Presidente de MusicaPro CV

"Cuesta mucho más organizar un concierto en València que en Barcelona, Sevilla o Bilbao"

La asociación de promotores valencianos pide que las administraciones faciliten la organización de eventos y reclama un gran espacio público para los directos en la ciudad

Sergi Almiñana, presidente de la asociación de promotores valencianos de conciertos MusicaPro CV

Sergi Almiñana, presidente de la asociación de promotores valencianos de conciertos MusicaPro CV / Miguel Ángel Montesinos

Voro Contreras

Voro Contreras

Las cifras de facturación por la música en directo que la Asociación de Promotores Musicales ha hecho públicas en su anuario de 2023 han puesto en alerta al sector en la Comunitat Valenciana. València ha pasado de ser la tercera ciudad que más recaudaba en conciertos a la séptima, tras ser adelantada por Sevilla, Málaga, Bilbao y Murcia. Por su parte, la Comunitat Valenciana, que acaparaba en 2019 el 15 % de toda la facturación estatal, ahora apenas llega al 7 %. El presidente de la asociación de promotores valencianos Musicapro CV, Sergi Almiñana, pide una mayor implicación del ayuntamiento y la Generalitat para revertir esta situación facilitando la organización de conciertos, eliminando restricciones y trabajando en un plan que incluya recintos preparados para acoger grandes eventos.

¿Por qué la Comunitat Valenciana y, en concreto València, pierde importancia como territorio de conciertos respecto a otros como Andalucía?

La principal diferencia es que Andalucía ha apostado por los festivales y los conciertos de una manera más potente, mientras que la Comunitat Valenciana se ha estancado bastante. Tampoco hay voluntad de los ayuntamientos de facilitar la producción musical a nivel de asimilar propuestas que les llegan, como es el caso de Sagunt, que era un lugar que se suponía que iba a ser receptivo a hacer más eventos. O la Marina Sur, que cada vez tiene más restricciones para hacer este tipo de actividades.

¿El principal problema de València es el de los recintos?

La viabilidad para poder crecer como sector tiene mucho que ver con disponer de recintos grandes y adecuados, pero centrarnos en eso es darnos cabezazos contra un muro, porque no es una solución a medio plazo. El problema principal es que no hemos tenido una planificación para hacer estos espacios ni para incentivar la industria. El Roig Arena, por ejemplo, no ha sido una planificación de la ciudad sino una iniciativa privada.

Ahora tenemos la Marina Sur y la Ciutat de les Arts.

Sí, y tienen muchas limitaciones. En el caso de la Marina, tanto en la Sur como en la Norte ahora solo nos dejan programar una vez a la semana y con un límite de 90 db la misma que el resto de la ciudad, que ya se está empezando a aplicar y que ya nos está generando problemas. No puedes hacer una normativa de contaminación acústica y ponerla igual para toda la ciudad, estés en la Plaza del Ayuntamiento o estés en la Marina.

¿Entonces, qué hacemos?

De momento, apostar por lo que ya tenemos. Si al final hay una serie de recintos, lo que no pueden hacer llenarlos de restricciones. A los promotores nos están llegando propuestas para hacer conciertos aquí que no podemos acoger porque existen unas limitaciones. Al final, esto es una cuestión de competitividad entre ciudades. Y València está perdiendo la carrera porque faltan espacios para grandes conciertos y porque los que hay no tienen una política clara de ocupación.

¿Y eso no ocurre en otras ciudades?

Aquí al menos desde la administración no se incentiva que se haga una actividad mayor. A diferencia de otras ciudades, donde sí se ha tenido en cuenta que los costes de organizar un concierto cada vez son más altos, en València no se fomenta por ejemplo la bajada de las tasas de ocupación. Hay que analizar cuáles son los costes de organizar un concierto en València y por qué es más difícil hacerlo que en Sevilla, Barcelona o Bilbao.

Valencia. VLC. Sergi Almiñana, presidente de los promotores valencianos de conciertos.

Valencia. VLC. Sergi Almiñana, presidente de los promotores valencianos de conciertos. / Miguel Ángel Montesinos

Volvamos a los espacios que ya tenemos. ¿Qué pasa con la Marina Sur?

La Marina Sur es un parking y cada vez que tenemos que hacer un concierto se tiene que poner todo desde cero. No es un espacio habilitado para hacer conciertos, sino una solución porque no hay otro lugar en la ciudad con un aforo para 15.000 personas. Pero tiene unas limitaciones de evacuación y de seguridad y no es un espacio fácil de acceder para el público. La cuestión es que no hay una estructura de espacio actualmente en València donde tengas la seguridad de programar las ofertas de artistas que te van llegando, que no tengas que estar invirtiendo en acondicionar el recinto cada vez que programes un concierto, que no tengas que montar cada vez la electricidad o poner aseos. Lo que tenemos ahora son recintos multiusos pero que no están preparados para montar conciertos.

¿Tampoco la Ciutat de les Arts?

También hay que habilitarlo y prepararlo cada vez que quieres montar un concierto, tienes que tapar la piscina, poner unas rampas… Todo eso supone un coste grandísimo para el promotor. No solo disponemos de espacios no preparados para hacer conciertos, sino que encima son caros. Todo eso está alejando a València del circuito de conciertos.

En 2025 al menos estará el Roig Arena.

Pero también es una solución parcial. Primero, porque es un espacio indoor y evidentemente hay mucha actividad musical que se hace al aire libre porque tenemos muchos meses de buen tiempo. Y segundo, porque en el modelo de negocio que tiene el Roig Arena el promotor solo puede rentabilizar su concierto en la venta de entradas. Un factor importante en la inversión de un promotor para que un festival o un gran concierto salga bien es la restauración y otro es la esponsorización del evento. Y en este caso no podrá disponer de ninguno de los dos factores. Además, no deja de ser un espacio privado que el promotor tiene que alquilar para organizar allí un concierto y, evidentemente, le saldrá mucho más caro que si solo tuviera que pagar la tasa de ocupación de un espacio público.

Valencia. VLC. Sergi Almiñana, presidente de los promotores valencianos de conciertos.

Valencia. VLC. Sergi Almiñana, presidente de los promotores valencianos de conciertos. / Miguel Ángel Montesinos

¿Por qué hemos llegado en la Comunitat Valenciana a esta situación?

Porque no ha habido planificación y no se ha considerado al de los conciertos como un sector económicamente interesante. Al final, es una cuestión de inversión de la administración pública para apoyar el crecimiento de un sector. Si no pones las bases a nivel de infraestructura, de fiscalización o de costes municipales, no fomentas la actividad. Esto es un mercado global y si tú tienes mejores condiciones para hacer un concierto en Sevilla, pues te vas a Sevilla. Somos una industria valenciana que intenta ser competitiva en un sector cada vez más monopolizado por las grandes compañías internacionales y por eso reclamamos que, como otras industrias valencianas en la misma situación, las administraciones públicas nos ayuden.

¿Se han reunido los promotores con los actuales gobiernos municipales y autonómicos?

Sí, les hemos pasado nuestras propuestas y las necesidades que el sector tiene sobre seguridad jurídica, mejoras de las normativas de concesión de licencias y sobre los recintos. Al ayuntamiento también le hemos trasladado la necesidad de tener un plan estratégico para la ciudad de València.

¿Y cuál ha sido la respuesta?

De momento no hemos tenido una respuesta clara ni se ha activado ningún plan estratégico. Mientras, lo que está claro es que, tal como demuestran los datos de APM, no hemos crecido al mismo nivel que el resto de comunidades autónomas y ciudades ni como ha crecido el sector a nivel estatal, porque el sector sí que ha crecido de una manera importante a nivel estatal.

Así las cosas, ¿cómo ve la situación del sector a medio plazo?

Que habrá todo un ecosistema de promotores, de gente que vive del sector musical, de empresas de servicios, de trabajadores, que va a tener problemas. Ni siquiera estamos creciendo ya en número de festivales y muchos no han podido continuar después de la pandemia. Si seguimos así vamos a perder competitividad como industria musical valenciana y cada vez será más difícil producir un concierto. Y cuando lleguen los artistas internacionales de gira no harán València sino que harán Bilbao, Sevilla, Zaragoza o Pamplona. Al final los artistas vienen donde los promotores pueden pagarles un caché.

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