El Gobierno del Sarre, la región alemana donde se ubica la planta de Ford con la que compite Almussafes para fabricar coches eléctricos, ha intensificado durante las últimas semanas su defensa de la candidatura de Saarlouis en el concurso interno entre ubicaciones que ha promovido la multinacional. La primera ministra del Estado federal, Anke Rehlinger, ha salido en diversas ocasiones a apoyar públicamente a la planta alemana e incluso ha criticado "competencia indecente" a la que Ford ha empujado a ambos enclaves. Este miércoles, en un intento de agotar todas las opciones de retener a la firma, la líder socialdemócrata voló a las oficinas centrales de Ford en Detroit (EE UU) para negociar en primera persona.
Tras el encuentro, Rehlinger ha asegurado que "aún no se ha tomado una decisión entre Valencia y Saarlouis", si bien ha dado alguna muestra de que su gobierno empieza a planear su futuro industrial más allá de la multinacional del óvalo azul. En un texto publicado en su cuenta de Facebook, la primera ministra detalla que ha "explicado personalmente" a la cúpula de Ford (el CEO mundial Jim Farley no acudió) "el paquete que el gobierno del estado de Saarland había ofrecido a la empresa" y que abordaron "algunos detalles" con más concreción.
Sin embargo, reivindica que Saarlouis es una ubicación "muy atractiva para la producción industrial" ya sea "para Ford o para otros". Asimismo, admite que si la multinacional asigna los eléctricos a Almussafes "sería un duro golpe" para su región que "afectaría duramente a los empleados", pero insiste en que "el éxito económico de nuestro estado no depende de una sola empresa".