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El nuevo Gobierno del Sarre carga contra Ford por enfrentar a Saarlouis con Almussafes

La nueva primera ministra del Estado alemán pide a la multinacional acabar con la "competencia indecente" entre fábricas tras tomar posesión del cargo

Trabajadores de Ford a la salida de la fábrica PERALES IBORRA

Desde que las direcciones de las plantas de Ford en Almussafes y Saarlouis (Alemania) presentaron sus ofertas de recortes a la multinacional para que esta eligiera a qué emplazamiento asigna los dos modelos eléctricos que tiene pendientes de adjudicar, la ley del silencio ha imperado en ambas factorías. Hasta que llegue el veredicto en junio, nadie quiere dar pistas al vecino ni enfadar al dueño hablando más de lo permitido. El apagón informativo ha sido más estricto si cabe en Alemania, que ni siquiera ha hecho públicos los sacrificios que ofreció a la compañía para captar esa carga de trabajo por la que compite con la Comunitat Valenciana, algo que sí que hizo aquí el sindicato mayoritario UGT. Sin embargo, este martes se ha roto de golpe esa tensa calma de una forma inesperada.

Tras tomar posesión de su cargo, la recién nombrada primera ministra del Estado del Sarre, la socialdemócrata Anke Rehlinger, ha exigido a Ford que "ponga fin a la competencia indecente entre ubicaciones europeas y se comprometa con Saarlouis". Un ataque frontal que contrasta con la prudencia con la que se ha manejado la negociación con Ford en territorio valenciano, donde ni los sindicatos de la planta ni el Consell se han pronunciado, y mucho menos criticado, la estrategia de subasta inversa que ha impulsado la marca del óvalo azul entre Almussafes y Alemania para reducir sus costes operativos. Esos juegos del hambre se han saldado con un convenio a la baja para los trabajadores valencianos.

El presidente del comité de empresa de Ford Almussafes, Carlos Faubel, entiende que unas declaraciones en ese tono evidencian que "hay mucho en juego" en ese proceso de selección y admite que puede subyacer cierto "nerviosismo" de la parte alemana, ya que "siempre se aconseja prudencia en estos temas porque a Ford no le gusta que hablen de ella", explica el líder sindical, que ha estado en primera línea de las negociaciones entre Ford España, Ford Europa y las administraciones autonómica y estatal. "Aun así, no está en su mano y estas palabras no van a influir en la decisión", apostilla Faubel.

Desindustrialización en el Sarre

El mandato que acaba de iniciar Rehlinger en el Estado del Sarre no es sencillo. Este territorio afronta un proceso de desindustrialización que podría agravarse si Ford baja su persiana en Saarlouis, donde trabajan unas 5.000 personas, y por eso hizo del empleo uno de sus ejes centrales en su puesta de largo como primera ministra. Aun así, las últimas noticias llegadas desde Valencia pueden haber aumentado la inquietud, ya que la elección de Volkswagen de implantar en Sagunt su gigafactoría de baterías supone todo un espaldarazo para el futuro de Ford y de toda la industria auxiliar del automóvil y, por consiguiente, malas noticias para los intereses germanos.

Trabajadores de Ford Almussafes, a su salida de la factoría. Daniel Tortajada

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