El bloqueo del acceso norte de Mislata compromete un PAI de mil viviendas

El ayuntamiento congela dos nuevas licencias de obra hasta tener garantías del Consell de la ejecución de la vía, a la que se comprometió en 2007 como condición del proyecto urbanístico

El PAI del Quint II de Mislata

Germán Caballero

José Luis García Nieves

José Luis García Nieves

El Ayuntamiento de Mislata quiere reactivar una de sus reivindicaciones más antiguas y urgentes ante la Conselleria de Infraestructuras: la construcción de un acceso norte viario que dé entrada y salida a un nuevo sector urbanístico en construcción, y que también pacifique la movilidad en su casco urbano y en su frontera con València.

Se trata de una infraestructura esperada desde hace ya dos décadas, que se proyectó como una condición previa para la aprobación de un planeamiento de cerca de mil viviendas, el PAI del Quint II. Sin embargo, estalló la burbuja, se alargó la crisis y el planeamiento y la carretera quedaron enterrados en un cajón. 

Esta infraestructura, años después, vuelve a ser una necesidad imperiosa. En primer lugar, por los problemas crónicos de movilidad en el acceso a la ciudad. Esto afecta no solo a la entrada en Mislata, por la calle Valencia, sino al cuello de botella que se organiza en la capital, desde la Avenida Pio Baroja y el puente 9 d’Octubre hacia la salida de la ciudad por la Avenida del Cid.

Interés inmobiliario

Hay un segundo motivo que urge a Mislata a conseguir este acceso. El interés inmobiliario por este PAI ha regresado, en un contexto de falta de proyectos y de renovado interés por construir obra nueva en el entorno de València. En estos momentos, se está construyendo uno de los seis edificios (de 21 plantas) previsto en el PAI aprobado por la Comisión Territorial de Urbanismo en 2007. Y ya hay solicitadas otras dos licencias de obra para levantar sendas torres.

El ayuntamiento, sin embargo, ha decidido frenar la concesión de esos nuevos permisos hasta tener la confirmación fehaciente de que la conselleria va a poner en marcha el proyecto, que es la responsable de su ejecución como condición del PAI. Temen que la carretera siga aplazada sine die. “No vamos a colapsar Mislata sin la garantía de la Generalitat de que construirá este acceso”, señalan desde este municipio de l’Horta Sud. Cabe recordar que Mislata es la segunda ciudad europea con mayor densidad de población. Hoy son casi 45.000 habitantes, y prevén un crecimiento constante de varios miles de personas por los diferentes proyectos inmobiliarios en marcha fruto de los PAI de la época del PP (desde 2011, con Carlos Fernández Bielsa como alcalde, no se ha aprobado ninguno).

Construcción del primer edificio del PAI del Quint II

Construcción del primer edificio del PAI del Quint II / Germán Caballero

Según señalan desde el ayuntamiento, la intervención viaria que proponen garantizaría la movilidad en este nuevo sector (podría llegar a acoger unas 3.000 nuevos vecinos), además de contribuir a descongestionar el tráfico que accede a Mislata. En concreto, con una nueva vía, de unos 700 metros, entre la rotonda de la avenida Pío Baroja de Valencia hasta la zona del PAI del Quint II (ver plano adjunto), rodeando por detrás el Bioparc y el parque de la Canaleta. 

Ese es el tema que el alcalde quiere abordar con los nuevos representantes de la Conselleria de Infraestructuras, en una reunión prevista para este mes. Quiere garantías de que el acceso norte irá adelante antes de autorizar nuevas obras en el Quint II. En realidad, Bielsa lleva tiempo tratando de reactivar el proyecto. La pasada legislatura, tras diferentes negociaciones con el Consell del Botànic, consiguió el compromiso para activar la nueva carretera. El acceso entró en los presupuestos para 2023. Antes del verano, incluso, salió a licitación la redacción de proyecto básico y proyecto de construcción de la conexión viaria de la zona norte de Mislata, pero desde entonces no ha habido noticias de la adjudicación a ninguna empresa.

La huerta, a salvo

Además de todo esto, el proyecto ha tenido otro obstáculo estos años por las reticencias ambientales del anterior equipo de Gobierno del Ayuntamiento de València, por donde también discurre el acceso viario. El proyecto original de 2007 era una “ronda” propiamente dicha, de mucho más alcance, atravesando la huerta protegida de Campanar que linda con esa zona. El actual Ayuntamiento de Mislata también rechaza aquel proyecto más agresivo, pero exige una alternativa. Propuso esta, de impacto prácticamente nulo, que transcurre por los bordes urbanos, y compatible con todas las normas de protección ambiental y el PAT de l’Horta aprobados los últimos años. Esta solución, señalan, apenas afecta a 300 metros cuadrados de huerta. En todo caso, no está claro cuál será el trazado final que saldrá de la redacción del proyecto que contrate de la Conselleria.