Más sombras que luces en la rentabilidad de los cultivos mediterráneos

El balance agrario de 2022 realizado por AVA-Asaja y las perspectivas de cara al año recién estrenado arrojan pocas alegrías a los 100.000 agricultores de la C. Valenciana

Cítricos y frutas

Cítricos y frutas

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

Las noticias agrarias positivas han sido escasas en el campo al concluir el año 2022 a la vista de la rentabilidad obtenida por los cerca de 100.000 agricultores que mantienen explotaciones del sector primario en la Comunitat Valenciana. Eso tiene que ver con los elevados costes de producción, la merma de cosechas por el clima, la falta de soluciones para combatir las plaga o los robos, que lastran un sector marcado por la inflación y pérdidas millonarias.

Según el informe de los servicios técnicos de AVA-Asaja, que ha elevado a 800 millones de euros las pérdidas globales del sector, por cultivos, el año ha sido malo para los cítricos, viñedos, la mayor parte de las hortalizas, caquis, granados, almendros, olivares, frutales de hueso (como melocotones, nectarinas, albaricoques y cerezas) y cereales. Y bueno para algarrobas, chufa, alcachofas y lechugas. Otros cultivos como el arroz, el aguacate o el kiwi siguen en zona intermedia: ni ganaron ni perdieron rentabilidad.

Cítricos, un año para olvidar

Pese a la menor oferta en los mercados, los primeros precios ofrecidos a los citricultores se situaron un 30% por debajo de los costes de producción. Vender naranjas por debajo de 0,32 €/kg y mandarinas por debajo de 0,39 €/kg es perder dinero porque no permite cubrir los costes de producción tras incrementarse el 40% en el último año. La segunda mitad de la pasada campaña 2021/2022 fue «desastrosa», la peor de los últimos tiempos para los productores, según AVA-Asaja. Algunas variedades llegaron a pagarse por debajo de los 0,10 €/kg y muchos frutos ni siquiera se recogieron del árbol. Mientras, la primera mitad de la campaña actual 2022/2023 se caracteriza por una menor producción, una disminución de las importaciones de terceros países, un incremento de los costes de producción y una recuperación insuficiente de los precios en origen. Además, la organización que lidera Cristóbal Aguado advierte de que los aforos oficiales estiman un descenso del 8% de la cosecha citrícola en la C. Valenciana y del 15% en España, la cosecha más baja de los últimos siete años. La previsión de cítricos en el hemisferio norte también se reduce un 13%. Con todo, a medida que avanza la recolección los agricultores comprueban que la disminución aún es mayor a lo previsto. A la baja producción se suma la caída del 8,8% de las importaciones de cítricos originarios de países terceros, debido a los problemas logísticos en los puertos de Sudáfrica y la sequía en la cuenca mediterránea.

Viñedo

Los viticultores tampoco salen de la crisis de rentabilidad que arrastran desde hace tiempo, que la pandemia agravó y que la guerra no ayuda a mejorar porque ha cerrado el mercado ruso a productos que aún no estaban vetados como el vino. La producción ha sido similar en el ámbito de la DO Valencia, excepto en la subzona del Alto Turia, y la IGP Castellón. Sin embargo, la comarca de Utiel-Requena, la más productora de la Comunitat, sufrió un descenso de la cosecha del 25% debido a los daños del pedrisco y la sequía en verano. Los precios en origen del cava valenciano apenas han mejorado pese al incremento del valor comercial que registra entre los consumidores.

Hortalizas

Otro año difícil para los productores valencianos de cebollas, patatas, tomates y sandías que acelera la imparable pérdida de superficie y producción de estos cultivos. La supresión de materias activas fitosanitarias y la anomalía climática redujeron un 50% las producciones de cebollas y patatas en l’Horta y La Ribera. Respecto a la situación del tomate, de manera similar a la campaña anterior, no ha sido un buen año para los productores porque los precios en origen no han compensado siempre los altos costes de producción.

Arroz

Los arroceros segaron un 10% menos cosecha debido a factores relacionados con el retraso de la siembra, por las precipitaciones primaverales o el excesivo calor del verano. La enfermedad de la pyricularia resultó especialmente devastadora para la variedad temprana ‘bomba’. Ante la escasez de arroz en España –Andalucía y Extremadura sufrieron una dura sequía– los precios han mejorado pero en España se mantienen más bajos en comparación con los de países competidores como Italia y Portugal. Las importaciones de arroz con destino a la Unión Europea experimentaron un incremento del 40% con respecto al año comercial anterior. El arroz será uno de los cultivos más afectados por la nueva reforma de la PAC. Y se prevé un recorte de en torno al 10% de las ayudas directas al cultivo del arroz.

Caqui

Tampoco el caqui se libra del desastre por la campaña histórica en escasez de cosecha y en elevados costes de producción que corroboran la crisis de rentabilidad del cultivo. Las sucesivas adversidades climáticas en primavera y los ataques de plagas y enfermedades, que siguen sin contar con herramientas de control eficaces, elevaron las mermas de producción hasta el 70% respecto al potencial productivo. Las cotizaciones en origen fueron subiendo y en parcelas concretas con fruta de mucha calidad llegaron a 0,50-0,75 €/kg. Estos precios no permitieron compensar la drástica reducción de cosecha comercializada.

Frutos subtropicales

Fue la campaña de comercialización más difícil hasta el momento del aguacate valenciano, con falta de demanda europea y menores precios en origen debido al desplazamiento ocasionado por las importaciones de Perú, las cuales acumularon alertas por excesivos niveles de residuos. Mientras, el kiwi registró una anomalía climática en primavera que provocó problemas de floración y cuajado que se tradujeron en una merma global del 20% de la cosecha valenciana.

Almendras

Para frutos secos como las almendras, el año 2022 fue muy negativo desde el punto de vista tanto de la producción como de los precios en origen. La cosecha de almendra en grano descendió un 55% a causa fundamentalmente de las heladas y las lluvias durante las primeras fases del ciclo de cultivo. La escasez de oferta también se extendió al conjunto de España, con un 40% menos a pesar de la entrada en producción de las nuevas plantaciones.

Algarrobas

Cara y cruz de un cultivo de moda. Las cotizaciones en origen de la algarroba se mantuvieron en niveles muy positivos –entre 1,5 y 2 euros por kilo– tras multiplicarse por diez en la última década. El aprovechamiento de nuevas aplicaciones alimentarias, medicinales y cosméticas ha consolidado este fruto seco como uno de los cultivos más revalorizados de la agricultura española y valenciana.

Olivares

La producción autonómica en el sector del olivar se desplomó en torno al 85% respecto a una cosecha normal. Hasta tal punto fue la escasez en algunas zonas interiores de València que olivicultores y almazaras decidieron cosechar solo unos pocos días e incluso ninguno sabiendo que no sería viable recogerla. En zonas productoras de Castelló como La Plana Alta, Baix Maestrat i Alt Maestrat las mermas resultaron ligeramente menos acusadas. Como consecuencia, muchos olivicultores no pudieron beneficiarse de los precios del aceite, que se han disparado a niveles históricos.

Chufas

Las cotizaciones en origen de la chufa en la huerta valenciana se mantienen estabilizadas en niveles razonables, en torno a 0,80 €/kg, si bien el incremento de los costes de producción y la reducción de la productividad contribuyen a ajustar los márgenes de rentabilidad. El sector prevé un descenso de la próxima cosecha debido a varias causas. En primer lugar, porque las lluvias persistentes retrasaron las labores de siembra, con los perjuicios que este trastorno del ciclo de cultivo pueda ocasionar. Y en segundo lugar, porque los agricultores plantaron un 15% menos de superficie dedicada a este tubérculo, poco más de 6.000 anegadas.

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