Ya no hay excusas. Emprender nunca había sido “tan fácil” En España...

El pasado 30 de noviembre el Gobierno aprobó el Proyecto de la Ley Crea y Crece, cuya finalidad es facilitar la creación y el crecimiento de empresas. Entre las principales medidas (persecución de la morosidad en las operaciones comerciales, mejoras en los instrumentos de financiación alternativa, como el 'crowdfunding', la inversión colectiva y el capital riesgo) me permito destacar la que posibilita constituir una Sociedad de Responsabilidad Limitada (SL) con un capital social de 1 €.

Con ello, mediante esta medida se pretende facilitar la creación de una empresa, al reducir el coste económico y simplificar los trámites para su constitución.

La primera impresión que pueda causar la lectura de esta medida es positiva. Menor desembolso inicial, recorte de plazos, utilización de medios eléctricos y supuesta “eliminación” de burocracia, pero ¿estamos en realidad ante una medida que va a favorecer el crecimiento de empresas? ¿se está solucionando la problemática de fondo que permita incentivar el emprendimiento en España?

En nuestra opinión, existen otros factores que son los que, en realidad, preocupan a cualquier emprendedor que decida aventurarse y poner en marcha un negocio en España. El tener que darse de alta como autónomo; las elevadas cotizaciones que el empresario debe soportar; la multitud de obligaciones fiscales y la presión fiscal; los elevados impuestos, la necesidad de contrata a asesores externos; la falta de incentivos y bonificaciones al emprendimiento y a la inversión; el exceso de burocracia, etc.). Es aquí donde se debería poner el foco y plantear medidas que favorezcan de una forma efectiva el emprendimiento.

La reducción del desembolso inicial (de 3.000€ a 1€) para constituir una SL es una medida que se queda corta. El capital social mínimo de una sociedad se configura como una garantía para clientes, proveedores y otros terceros (entidades bancarias, entidades públicas y privadas para la inversión, etc.). Cualquiera que decida emprender, debe tener claro que sin un mínimo de recursos inicial su recorrido empresarial será limitado. Y no solo nos referimos a aportaciones dinerarias (euros). No cabe olvidar que, en la actualidad, nuestro ordenamiento jurídico ya permite la constitución de una SL mediante la aportación de otros bienes o derechos (aportaciones no dinerarias) siempre que su valor sea igual o superior al capital social mínimo de 3.000€ (véase art. 63 de la Ley de Sociedades de Capital). A modo de ejemplo, dos emprendedores que deciden aportar sus dos portátiles de última generación valorados en más de 1.500€ cada uno de ellos, puede crear una SL. Por lo tanto, la limitación al desembolso económico inicial, parecía ya estar resuelta.

¿Por qué no aunar esfuerzos y aprobar medidas que de verdad sean efectivas?

Una de las principales justificaciones para la aplicación de esta nueva medida es la de alinear a España con gran parte de los países de nuestro entorno en los que no se requiere un capital mínimo, favoreciendo de esta forma el emprendimiento. Desde luego, este debería ser el camino, pero sí de verdad queremos estar al nivel de estos países, tendremos que dejar de lado las buenas intenciones y ofrecer verdaderas soluciones.