ENTREVISTA

El presidente del PP de Álava: “Nos jugamos que Bildu marque la próxima legislatura o que el PP centre la política vasca”

El PP vasco, al alza en las últimas citas electorales, calienta motores de cara a las autonómicas, donde aspira a ganar peso para influir en las políticas públicas

Iñaki Oyarzabal

Iñaki Oyarzabal / JOSU CHAVARRI

NTM

El arranque de la legislatura en el Estado, no apto para cardíacos, no ha pasado desapercibido para Iñaki Oyarzabal, que reprocha al presidente Pedro Sánchez su dependencia de Junts y EH Bildu.

Ha salido a la luz un informe de los letrados del Congreso que pone en duda la constitucionalidad de la ley de amnistía. ¿Prevé más sobresaltos en su desarrollo?

Parece que ese informe nos da la razón, estamos ante un texto que es un disparate para juristas de todo tipo. Lo hemos venido denunciando no solo porque se puede considerar inconstitucional sino porque al final busca la impunidad para una serie de delincuentes a cambio de unos votos. Para más escándalo, han sido los propios delincuentes los que han redactado la ley.

Hablando de sobresaltos, el pleno en el que el Gobierno de Sánchez aprobó dos decretos sobre la bocina gracias al apoyo de Junts, ¿marcará el tono de este cuatrienio?

Lo que vivimos todos los ciudadanos esos días con negociaciones opacas, in extremis en los despachos, negociando lo que hasta el día anterior habían dicho que era absolutamente innegociable, demuestra que el Gobierno no tiene líneas rojas, ha traspasado todos los límites. Está dispuesto a cualquier cosa con tal de permanecer un rato más en el poder y demuestra que no tiene ningún tipo de escrúpulo democrático.

Un nuevo susto cuando toque aprobar los próximos Presupuestos del Estado, ¿podría dar al traste con la legislatura?

Estamos permanentemente sometidos al chantaje de un señor que desde fuera de nuestro país está marcando el paso al Gobierno, que está sometido al dictado de unas minorías dispuestas a que caiga si no se cumplen sus planteamientos. Y cada día esas exigencias van más allá de lo que se nos han contado, como la amnistía, el referéndum o en los últimos días en relación con las competencias en políticas de inmigración, de las cuales no se había hablado hasta ahora.

No obstante, PP y PSOE acaban de acordar una nueva reforma constitucional. ¿Será posible que a lo largo de este mandato cambie el juego de mayorías y sumen fuerzas en más ocasiones?

Parece que con Sánchez y este PSOE es muy complicado porque ese planteamiento es el que hizo Feijóo al inicio de la legislatura, tratar de buscar puntos de encuentro. Y es Sánchez el que ha cerrado todas las puertas y el que ha tratado de construir un muro. Es un PSOE empeñado en la política de bloques y lo que necesita nuestro país y lo que está defendiendo Feijóo es terminar con los bloques. Seguramente hay muchos más puntos de encuentro de los que parece pero eso pasa por un giro de 180 grados en la estrategia de Sánchez y del PSOE.

Vox ha censurado dicho pacto y les reprocha que no lleven a cabo una estrategia común contra Sánchez. ¿Hasta qué punto camina el PP libre del influjo de este partido?

Absolutamente libre. La reforma de la Constitución intenta avanzar en derechos, estamos tratando de solventar algo que es de justicia, que se tenía que haber hecho antes y que responde a una demanda muy antigua de colectivos de la discapacidad. Vox está en la pura estrategia, en el no por el no y en el nerviosismo porque es un partido con problemas internos y en decadencia.

Pero mantienen acuerdos de gobierno con Vox en comunidades autónomas y municipios.

Sí, pero en todos los temas que hemos fijado como líneas rojas no nos marca la agenda. El PP no va a ceder en ninguna cuestión fundamental a ninguna de las pretensiones de Vox, con lo cual simplemente estamos garantizando la estabilidad en otros gobiernos. Creo que el PP tiene muy claro cuál es su programa y está buscando políticas de centralidad, de moderación y de mano tendida a otras fuerzas políticas como el PSOE en ese empeño de actuar con sentido común y alejándonos de posiciones radicales.

Finalmente se confirmó que el PP estableció el año pasado contactos con Junts para intentar atar la investidura de Feijóo.

Eso Feijóo lo explicó muy claro, dijo que “yo podía ser presidente del Gobierno hoy si hubiese cedido a las pretensiones de Junts”. Cuando Junts nos hizo un planteamiento de amnistía y referéndum, Feijóo respondió que no iba a renunciar a sus principios y a su palabra por un sillón. La triste realidad es que hemos visto cómo Sánchez ha estado dispuesto a renunciar a sus principios, a contradecir y traicionar su palabra y sus compromisos electorales por permanecer en el poder.

La propuesta de ilegalizar partidos que convoquen referendos ilegales, ¿supuso un error de cálculo, se pasaron de frenada?

Una vez que aquí se han eliminado los delitos de sedición, de rebelión, etc., se hizo la comparativa con otros países. Pero hemos querido dejar muy claro que los que tienen que hablar son los jueces. Lo que planteamos es modificar la ley para que ningún partido pueda llevar en sus listas a condenados por terrorismo, que es algo que comparte una inmensa mayoría de la ciudadanía. Desde luego el PP no está hoy por la ilegalización de ningún partido, simplemente por elevar la exigencia ética y democrática.

Feijóo ha acusado al Tribunal Constitucional de “suplantar” al Tribunal Supremo al enmendarle continuamente sentencias. ¿Se ha convertido en un problema?

No, pero Feijóo sí que alertó de que el Constitucional no tiene como función ser el tribunal de casación del Supremo. Está para dirimir otro tipo de cuestiones que tienen que ver con la constitucionalidad de las leyes. Son competencias diferenciadas y lo que no se puede es, por la vía de los hechos, transformarlo en una especie de tribunal superior que se dedique a enmendar la plana al TS.

Desde su partido se ha achacado a una “cortina de humo” las últimas informaciones sobre la ‘Operación Catalunya’, el espionaje al ‘procés’ durante el Gobierno de Rajoy.

Estoy convencido de que tiene que ver con el intento de desviar la atención y de tratar de poner el foco en cuestiones que supuestamente se produjeron hace no sé cuántos años para no hablar de lo que está ocurriendo en este momento. Y de la intromisión además del Gobierno en todas las estructuras, judicial, empresarial, etc., que lo que hace es debilitar nuestra democracia.

Han criticado la moción de censura en el Ayuntamiento de Iruñea. ¿La parálisis de la Alcaldía de UPN y su incapacidad para sacar adelante iniciativas no era razón suficiente para justificarla?

En absoluto porque no hay nadie que se crea que esa era la razón. Entonces también hay que presentar una moción de censura en la Diputación Foral de Álava o en el Ayuntamiento de Vitoria porque tampoco sacan los presupuestos. Se trata de una estrategia en la que, tristemente, el PSOE está jugando a las órdenes en este caso de Bildu. Y aquí el PSN tuvo que asumir las directrices que marcó Sánchez.

¿A qué se refiere?

Lo que estamos denunciando es que hay un PSOE y un PNV a quienes, en este momento, les marca la agenda Bildu y Junts por decisión de Pedro Sánchez. El PNV les presta votos a cambio de que el PSE le apoye aquí en las instituciones. Como Bildu no tiene instituciones, lo que ha dicho es “me vas a apoyar en Pamplona”. Es una decisión política que el PSOE sabe que va en contra de la mayoría social navarra. En Pamplona no votaron al PSN para entregarle la Alcaldía a Bildu.

EH Bildu le hace directamente ojitos al PSE para trasladar este acuerdo a Euskadi, aunque Eneko Andueza lo niega por activa y por pasiva. ¿Le cree?

Pero bueno, ¿alguien cree a algún socialista? El problema es el descrédito en el que ha caído el PSOE porque lleva demasiado tiempo haciendo lo contrario de lo que dice, con lo cual ya nadie se fía. Estas estrategias de precampaña ya las hemos conocido, responde a tratar de separarse unos de otros antes de las elecciones para al día siguiente juntarse, PNV y PSE, para ocupar el poder y pactar las principales leyes con Bildu. Los tres son socios en Madrid, por lo que en qué juego está Andueza diciendo que él con Bildu no quiere nada.

En el caso del PP, si fuera la llave para decantar una mayoría tras los comicios, ¿cuál sería su apuesta?

Estoy convencido de que vamos a un escenario en el que el PNV y el PSE van a gobernar pero no van a tener mayoría absoluta. Las encuestas dicen que el PNV tiene una pérdida de confianza clara, muy importante, pero Andueza pide el voto para seguir siendo su monaguillo, eso ya lo sabemos, hasta que en Madrid le den la orden de hacer otra cosa. Lo que nos jugamos es si queremos que Bildu marque la agenda en la próxima legislatura, o que el PP tenga un papel más importante y pueda condicionar leyes para buscar un equilibrio y trabajar así para centrar la política vasca.

Pero EH Bildu aspira a llegar a la Lehendakaritza.

Es posible que aspire a una conjunción con el PSE y con Podemos pero no está marcando una estrategia de hoy para mañana. Bildu tiene una estrategia de desestabilización y de radicalización de la vida pública con propuestas políticas que yo creo que empeorarían las cosas y provocarían mayor deterioro en los servicios públicos.

En la presentación de la convención que el PP vasco celebrará los días 24 de febrero y 2 de marzo, Javier de Andrés situó entre los temas a abordar la RGI, cuya gestión criticó con dureza. ¿Será uno de sus argumentos de campaña?

Estamos trabajando en un programa electoral potente, el PP vasco tiene mucho que decir en relación con el deterioro en la gestión de los servicios públicos y esa convención, con el lema Euskadi abierta, tiene que definir y proyectar los mensajes con los que Javier de Andrés quiere llegar a la ciudadanía. Hay ejes claros como la mejora de la sanidad, la actividad económica y el empleo, la educación, la seguridad...

¿Y sobre las ayudas de la RGI?

El PP tiene que ser valiente para reabrir un debate que tiene que ver con defender las ayudas sociales y la RGI, y con elevar los controles para evitar el fraude y los abusos. Y sobre todo, modificar el modelo para que realmente ayude a la inclusión y a la integración, incorporando recorridos de formación para que, especialmente los jóvenes, puedan tener ayudas para incorporarse al mercado de trabajo y que no se cronifique la situación de pobreza.