La agricultura es uno de los sectores más importantes de la economía española y desempeña un rol fundamental para la vida de las personas. Durante la crisis sanitaria, el sector agrario se erigió como una actividad estratégica en el correcto funcionamiento del país, garantizando el abastecimiento de la población durante los meses más críticos de la pandemia.
Debido a ello, la agricultura pudo salvar la crisis por la covid-19 con un aumento del 5,3 % del PIB en 2020, según el INE, y mantenerse como el único sector económico en España que creció durante la pandemia.
En este sentido, el pasado martes tuvo lugar en el Hub Empresa del Banco Sabadell en València la segunda edición del ciclo de encuentros empresariales que organiza la entidad financiera en colaboración con Levante-EMV. En esta ocasión, bajo el título «Agrotech: los nuevos retos de la agricultura», el acto abordó la situación del sector agrícola después de la pandemia. El encuentro estuvo moderado por la directora de Levante TV, Silvia Tomás, y contó con la participación del director del Departamento de Producción y Desarrollo de Anecoop, Ángel del Pino, y el CEO de Sipcam Iberia y Sipcam Inagra, Pablo Montañés.
En el preámbulo del debate, el subdirector general y director territorial Este del Banco Sabadell, Fernando Canós, destacó la importancia del sector agrícola, que «tendrá un papel fundamental de transformación de nuestra economía hacia un modelo más sostenible». Respecto a la llegada de los fondos europeos, Canós incidió en que estos «serán una oportunidad para que el sector avance en sus retos tecnológicos y medioambientales y Banco Sabadell, a través de nuestros equipos especializados en segmento agrario, estará a su lado en este camino».
La conversación empezó con una radiografía del del sector y el punto en el que queda después de la pandemia. Al respecto de esto, Ángel del Pino destacó el carácter dinámico del sector agrario. «Supimos adelantarnos a algunas necesidades que pensábamos que se iban a requerir durante la pandemia, por ello, no hubo ninguna incidencia grave en el suministro de alimentos».
Según del Pino, «la imagen del sector se vio fortalecida durante la pandemia. Nos sentimos capaces de abordar un reto como la covid y, socialmente, nos puso en la posición que entendemos que debemos estar».
Por su parte, Pablo Montañés aseveró que «la pandemia nos ha reconocido como una actividad esencial y nos ha permitido vivir buenos años en términos de precios en algunos cultivos». Sin embargo, el CEO de Sipcam Iberia y Sipcam Inagra no se mostró igual de optimista respecto al futuro próximo del sector. «No debemos olvidar dónde estábamos antes de la covid-19. A finales de 2019 teníamos una situación insostenible en la agricultura y, pasada la crisis, nos volvemos a encontrar en esa misma situación», lamentó.
Innovación en el campo
Durante las últimas décadas, el sector agrícola ha experimentado una transformación debido a la incorporación de innovaciones, como la mecanización de los procesos laborales, el uso de fertilizantes o la implantación de diferentes avances tecnológicos. «Estamos ante un cambio muy notable, que viene parejo al del resto de la sociedad. En la agricultura, la era de la digitalización llega de una forma exponencial de un año a otro», avanzó Montañés.
En este sentido, la estructura de las explotaciones en España, caracterizada por los minifundios y una gran variedad de cultivos, dificulta notablemente la capacidad para implementar las nuevas herramientas especializadas.
Debido a ello, Ángel del Pino alertó de la necesidad de profesionalizar el sector: «En la Comunitat Valenciana hay muchos agricultores a tiempo parcial que deberán optar por dejar sus cultivos en manos de otros agricultores profesionales. Necesitamos un mayor nivel y capacitación de los agricultores, que sean capaces de tomar decisiones apoyados con los técnicos».
"Tenemos que abrir nuevos mercados y crecer en los que ya trabajamos para ser rentables"
Al mismo tiempo, el director de producción y desarrollo de Anecoop resaltó la importancia de unificar la forma de trabajar de los agricultores y los almacenes que operan con un producto similar. «Tenemos cientos de agricultores produciendo en nuestras cooperativas y debemos lograr que todos los campos produzcan como si fuese uno solo. Las tecnologías de la información nos pueden ayudar en este proceso».
Por su parte, Pablo Montañés confesó que Sipcam es una multinacional con un acceso limitado a los recursos, «por ello, tratamos de diferenciarnos ofreciendo unos servicios de valor añadido que respondan a las necesidades de los agricultores». En este sentido, en octubre lanzarán la primera versión de una nueva herramienta gratuita de análisis de suelos, aguas y hojas que ayudarán a los agricultores a realizar tratamientos personalizados.
En este aspecto, el CEO de Sipcam Iberia y Sipcam Inagra resaltó que poner un nuevo producto en el mercado equivale a invertir entre 3 y 5 millones de euros y más de seis años de trabajo. «Nuestro catálogo tiene más de cien referencias, lo que supone una inversión de capital muy importante. Cuando decidimos en qué vamos a apostar, tenemos que estar totalmente seguros de que va a llegar al mercado».
La huerta de Europa
El sector agrícola español es, fundamentalmente, exportador. España está entre los principales países exportadores del mundo en productos agrícolas, con una cuota de mercado del 2,4 % de exportaciones. «La vocación exportadora está ahí y es uno de los caminos para hacer rentable la agricultura», explicó Ángel del Pino. En este sentido, Anecoop opera en la actualidad en más de 80 países. «Cada vez estamos exportando hacia países más alejados, cuya economía crece a gran velocidad y aprecian los productos que se cultivan aquí. Tenemos que conseguir abrir nuevos mercados y crecer en los que ya trabajamos para rentabilizar nuestros productos», aseguró.
Por su parte, Montañés reivindicó la figura de España como «la huerta de Europa» y el papel de las autoridades para «facilitar la llegada de nuestros productos a los mercados europeos». «Tenemos que conseguir que en Europa se cree el concepto de que nuestros productos también son locales, cercanos y seguros», subrayó.
Un sector muy seguro
El incremento de la población mundial supondrá, durante los próximos años, una gran oportunidad para el sector agrícola. Según la FAO, en 2050 se necesitará aumentar la producción de alimentos en un 70 % para abastecer la demanda de alimentos. Además, prevé que el 80 % de este aumento en la producción se desarrollará a través de mejoras de la productividad, debido a las dificultades para aumentar la superficie de cultivo. «Este es un sector que está en crecimiento, porque cada vez somos más y hay que optimizar los cultivos. Es un sector poco atractivo, pero muy seguro, porque no sigue los ciclos de la economía de mercado, sino los de la climatología», añadió Montañés.
"Tenemos que conseguir que Europa crea que nuestros productos también son locales"
En este sentido, la agricultura es uno de los sectores que sufre más la variabilidad del clima y de las condiciones del entorno. Con todo, la agricultura tendrá un papel destacado dentro de la lucha contra el cambio climático. «La sostenibilidad es la palabra clave y las tecnologías que tenemos que aplicar nos deben ayudar a fortalecer la imagen de un sector que produce productos saludables», señaló del Pino.
Del mismo modo, el director de producción y desarrollo de Anecoop apostó por la recuperación de herramientas fitosanitarias que tengan un menor impacto en el medio ambiente. «Tenemos que tener biodiversidad en nuestros campos, no podemos tener grandes extensiones de biocultivos. Las cooperativas estamos en una buena posición para conseguirlo, pero hay que fomentarlo todavía más para tener unos cultivos más amigables».
Crear un sector rentable
Garantizar la sostenibilidad de la agricultura española requiere lograr una mayor rentabilidad y competitividad de los cultivos en los mercados. «No podemos olvidar que la agricultura debe ser rentable y no podemos ir en contra de las exigencias del consumidor. Van a haber demandas de sostenibilidad y nos tenemos que adelantar a ello», puntualizó Ángel del Pino.
«El principal reto está en la nueva PAC. Hay una serie de nuevas normativas y regulaciones para el agricultor que entrarán en vigor durante los próximos meses y requerirán la implantación de nuevas herramientas para garantizar la sostenibilidad. La pregunta es si también estarán enfocadas en mejorar la rentabilidad», manifestó Montañés.
Por su parte, del Pino explicó que, pese a que tal vez los fondos no lleguen directamente al agricultor, sí lo harán al sistema en el que este se apoya. «Vamos a tener que competir con otros sectores para lograr estos fondos, ya que no van a ir destinados exclusivamente hacia la agricultura».
Por último, los ponentes valoraron positivamente la llegada de los 150.000 millones de euros a través de los fondos europeos Next Generation para revertir los daños causados por la pandemia. «Somos optimistas y creemos que van a ser un revulsivo para la adopción de las nuevas tecnologías. Siempre que lleguen ayudas al sector agrícola, van a ser bienvenidas», añadió Montañés.
