«¿Si me lo dicen hace cuatro años que pasaría esto? Y diez. Yo era de las de comprarme todas las revistas de fallas, fijarme en los espolines... he soñado toda la vida con esto. pero de soñar a que sea una realidad...». Pero Helena Espert lo ha conseguido en tiempo récord. El que va de venirse a València para iniciar los estudios, adentrarse en una comisión de falla, la del Mercado Central, que la nombren fallera mayor, que supere la preselección, que salga de la corte y que espere con legítima ambición lo que pueda pasar el día 16. «Le tengo que estar agradecida a la vida».
Ahora, además, se ha convertido en una celebridad en Alginet, de donde es natural y donde residió hasta esta llegada a la tierra prometida. «Nada más pasar la Fonteta mi madre volvió y la paraban por la calle. Lo sienten como una victoria y un orgullo para el pueblo. La junta local puso la noticia en sus redes sociales, también la comisión en la que milité de niña... nunca habíamos tenido una representación en la corte y dos en la Fonteta (se acuerda de Mónica Ros, la aspirante de la falla Lo Rat penat de 39 años)». Cuando llegó al "cap i casal" «quería vivir en primera línea lo que había seguido desde casa. Por eso, en cuanto vine, me apunté». Y de ahí, todo en carrerilla. Nunca ha escondido venir de una población. «En estos tiempos no creo que eso cuente. Soy tan amante de las fallas siendo de pueblo que si fuera de ciudad. Y quizá puedo aportar una visión diferente. Nunca he pensado que fuera un problema aunque es verdad que los hay que lo han planteado. Es que yo he sido fan de todo. No me ha hecho falta ningún cursillo previo». Y recuerda casos como el de Laura Fabra, de Carlet y que entró sin tocar orillas en la corte de 2018. Coincide con ella en el valenciano como idioma prioritario. Tanto, como para decir, con la naturalidad de ser alginetina que «el castellano no es para mí ningún problema». En el sentido de hablarlo.
Con 21 años es de las más jóvenes del grupo. Con el escalón superado ha optado, de momento, a echar el freno en los estudios. De momento, moderadamente: «He pasado a cuarto curso de medicina. En cuanto salí elegida en la Fonteta fui a la secretaría de la Facultad para coger matricula a tiempo parcial, que es medio curso. No quiero encerrarme a estudiar y perderme esto». Y si es fallera mayor «volveré para decir "señores, el año que viene nos vemos". Sé que la carrera la voy a terminar, porque es mi vocación. Pero me da igual un año antes o después. Siendo corte me puedo sacar medio, pero como fallera mayor no rendiría ni en una cosa ni en contra. No daría el cien por cien en ninguna de las dos». De momento se conforma con haberse apuntado a «Patología General, Hematología, Radiología clínica y Rehabilitación, Dematología, Cardiología y Farmacología».
