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Los artistas advierten de que hay que vigilar si las fallas se deterioran

El Gremio de Artistas acepta las condiciones pactadas en la cancelación porque «garantizan la continuidad del oficio» pero alertan de que los monumentos no se hacen para durar un año

Los artistas advierten de que hay que vigilar si las fallas se deterioran

La fiesta de las Fallas amaneció ayer con su futuro medio despejado, al menos de momento. Con la cancelación del curso 2020, con la fiesta emplazada a continuar cuando se pueda, y con los monumentos a quemar dentro de diez meses, ahora vienen dos grandes retos. Por una parte, solucionar la continuidad de la profesión de artista fallero y de otros oficios inherentes a la fiesta. Por otra, confiar que las Fallas de 2021 sean una realidad y que los rebrotes no la malogren, puesto que sería un escenario letal.

Las normas están establecidas: las fallas de 2020 se plantarán en 2021 y se arbitrarán subvenciones para que las comisiones estén estimuladas a invertir en falla

Pero mientras eso llega, hay algunos aspectos técnicos que no se pueden obviar. Y hay uno fundamental: ¿están las fallas preparadas para durar un año y medio, empaquetadas? Lo avisa el maestro mayor del Gremio, José Ramón Escupí. El colectivo profesional ha dado por buenos los términos de la cancelación de la fiesta «pero habrá que observar estas cuestiones. Y entiendo que una parte de lo que invertirán las comisiones deberá utilizarse en restauración y mantenimiento de lo que ya está realizado».

Las fallas contemporáneas se realizan con madera y "corcho blanco" como elementos fundamentales. «No son obras pensadas para durar. Si hacemos trabajo de decoraciòn, utilizamos, por ejemplo, poliéster. Para cosas duraderas no lo gastamos. Nos vamos a enfrentar a un escenario nuevo». Con peligros como «los cambios de temperatura, el hecho de que estén empaquetadas». Y pone ejemplos: «un poniente puede cuartear las piezas. También me inspiran dudas la humedad, los plásticos... auguro que puede deteriorarse y cuartearse la pintura». Por no hablar de la madera, que por definición es de escasa calidad.

«Nos enfrentamos a un escenario diferente. Nadie ha hecho una falla a tanto tiempo vista». Es la opinión de José Ramón Devís, que se encuentra, por ejemplo, con que tendrá fallas de un año y medio de vida. «Hay cosas hechas en julio del pasado año».

En general, el Gremio de Artistas Falleros ha aceptado las condiciones, apelando a ese compromiso de subvenciones condicionadas. «El compromiso de ejecutar los ejercicios 2020-2021 y 2021-2022 contratando cada año a partir de mínimo marcado respecto a la subvención municipal, garantiza la actividad del taller y, por tanto, no cerrar».

¿Cuales son los planes a partir de ahora? De momento, desalojar aquellos que quieran tener disponible el taller. A partir la próxima semana se trasladan aquellas fallas que los artistas quieran. Porque algunos se los quedarán «y así los tendremos controlados y los podremos revisar». Fuentes de Feria Valencia han informado a Efe que los monumentos ocupan 6.000 metros cuadrados del nivel uno que corresponde al pabellón 3, que «es de almacenaje y no de exposición». Ese espacio se podría multiplicar un «mínimo por cuatro veces más».

La actividad ahora en los talleres ha empezado. Algunos artistas han hecho hogueras mientras las comisiones han pagado. Y las Fallas de 2022 también podrían empezar considerando que las numerosas renovaciones confirmadas para 2021 se trasladan a 2022.

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