La reforma de la Plaza de la Reina debía tener en cuenta los eventos que se celebran en la misma. Entre ellos, las manifestaciones festivas. De todas ellas, por su complejidad, la Ofrenda era la más importante. Dentro del nuevo diseño debían quedar dos "tubos" para que los participantes puedan desfilar y acceder a la plaza de la Virgen.
La solución está a punto para rematarla. Paz está resuelta, pero San Vicente tiene hasta tres posibles tramos que, tal como ha asegurado el concejal Carlos Galiana, "tenemos que comprobar in situ. Lo cierto es que se en la reforma se ha tenido en cuenta tanto la Ofrenda como la ubicación de la falla". En cualquiera de los casos, de las tres rutas de San Vicente, la intermedia es la que parece más lógica.
Por la calle de la Paz
Los falleros que hacen el desfile por Paz no van a tener problemas. Ha desaparecido completamente el trazado que tenían hasta ahora, ocupado por la entrada al aparcamiento. Por lo que tendrán que transitar a la izquierda del mismo. Ahí hay un camino más que suficiente. Una vez llegados desde la calle de la Paz trazarán un ángulo recto para acometer el paso por el centro de la plaza. También podría acortarse, pasar sobre las vías del tranvía y acceder por un espacio donde se retirará el Valenbisi pero, en todo caso, es un cambio mínimo.
Después, el acceso hasta Barchilla es amplio. Tanto, que pueden circular tanto a la izquierda como a la derecha de la hilera de farolas.
Por la calle San Vicente
Carlos Galiana ha reconocido que, en este caso, hay que tomar aún la decisión. Como haber, hay tres rutas posibles. "Tenemos que verlas todavía, sobre todo por la opción o no de que haya terrazas".
La vía natural es el pasillo central y el que, a priori, parece más factible. Medida al dedillo es apenas unos centímetros más estrecho que el paso por la calle San Vicente. Asumible aunque dando la sensación de que poco habría costado mover cuando apenas un metro el mobiliario urbano y la caseta de Turismo. Permite tener público a la izquierda del cortejo.
Hay otra, cerca de la fachada, que es amplia y se va estrechando conforme se acerca a la Puerta de los Hierros. Ésta es la que está condicionada a qué pasaría con las terrazas de la plaza. Porque hay negocios que, posiblemente, podrían tener, pero otros no. En su zona final se arrima mucho, quizá demasiado, a los comercios.
Incluso hay un tercer "tubo", más en el centro de la plaza, pero no es primo hermano del de la calle de la Paz. Éste es bastante más estrecho. Da la sensación de que, teniendo las otras dos rutas, se antoja la menos factible.
En cualquiera de los casos, el tránsito de las comisiones se puede realizar. Queda la sensación de que se podía haber ganado algún metro de anchura, pero a priori, y con las primeras mediciones, se puede desarrollar el cortejo de personas y canastillas.
Y lo que está claro también es que la provisionalidad de las dos últimas ofrendas ha finalizado. Desaparecerá el trazado por la calle Quart, que era bastante bueno, pero que no estaba hecho para un acto con público y mucho menos con concentraciones de gente en la plaza del Tossal y los de Paz regresarán a la plaza de la Reina en lugar de transitar por Avellanas tras trazar la "chicane" de Lluis Vives.
