València

Los artistas del Gremio le dan 10 años de vida a la Ciudad Fallera

El polígono industrial dedicado a hacer fallas grandes “se muere”. De las 55 naves actuales, solo 10 construyen monumentos.

Ximo Esteve posa con su escena donde retrata la muerte de la Ciudad Fallera.

Ximo Esteve posa con su escena donde retrata la muerte de la Ciudad Fallera. / R.L.V.

José Miguel Vigara

José Miguel Vigara

La Ciudad del Artista Fallero tiene fecha de caducidad. Los artistas falleros no le dan más de 10 años de vida. Si no se actúa ya por parte de las administraciones, este polígono industrial donde antaño se diseñaban y construían los monumentos que se plantan en las calles y plazas de València, será eso, otro más de los polígonos de la ciudad. Los datos que trasladan los propios artistas son demoledores.

Actualmente, de las 55 naves existentes en la Ciudad Fallera, solo 19 se dedican a actividades relacionadas con las fallas. Una parte está cerrada y las otras se dedican a negocios que no tienen nada que ver con la fiesta. Basta dar una vuelta a la manzana para ver un taller de reparación del automóvil; una empresa de carpintería de aluminio, toldos y persianas; una firma de ingeniería y automatización industrial; una fábrica de tableros; una empresa de mensajería y paquetería; otra firma de congelados, incluso un templo religioso y un centro de formación. Por ejemplo, en la calle Carles Cortina de las 12 actividades abiertas, solo 2 se dedican a hacer fallas, mientras que otras 2 trabajan en la industria auxiliar, las carrozas, verbigracia, que son mucho más rentables. Lo mismo ocurre en la calle Vicente Canet donde apenas si hay otros dos talleres falleros.

Negocios ubicados en la Ciudad Fallera.

Negocios ubicados en la Ciudad Fallera, que no se dedican a esta actividad. / R.L.V.

"El ayuntamiento no ha hecho nada, ni este, ni el de antes"

La realidad es que la Ciudad del Artista Fallero “se muere” como afirma el artista fallero Ximo Esteve o como denuncia su compañero José Ramón Devís, “los artistas se jubilan y venden al mejor postor”. Mientras, “el ayuntamiento no ha hecho nada para que la Ciudad Fallera sea eso, la Ciudad Fallera, ni este ayuntamiento ni el de antes”.

De las 19 naves donde se trabajan las fallas, 10 realmente, pertenecen a artistas del Gremio que realizan monumentos grandes e infantiles. En pocos meses, las cifras van a empeorar porque se calcula que al menos 5 agremiados que están instalados aquí se van a jubilar y van a dejar el oficio. “Sus naves serán vendidas al mejor postor, que no será otro compañero porque no se puede competir por precio”, lamenta Devís, que ya tiene preparada en sus talleres la falla de Pintor Segrelles y la de Mercado de Colón.

José Devís y su hijo, en la puerta de su taller.

José Devís y su hijo, en la puerta de su taller. / R.L.V.

Hoy, comprar una de estas naves industriales cuesta entre 150.000 y 200.000 euros, según la superficie y el estado de la misma. Los alquileres oscilan en torno a los 1.000 euros. Los costes son muy altos. “Además, este año se nos han incrementado los materiales un 30%, en particular, el corcho”, apunta Esteve. Este veterano artista se jubilará dentro de 3 años y ya ha dicho que no va a continuar. “Nadie quiere seguir haciendo fallas para perder dinero, si todo sigue así, el año que viene, el 80% de las comisiones tendrán problemas para firmar”. Otros profesionales optarán por dejar el oficio y dedicarse a otros trabajos complementarios como “decoraciones o escenarios, que cuando surgen, dan muchos más beneficios que las fallas”, comenta este fuente.

Una escena retrata "la muerte" de la Ciudad Fallera en Mislata

Por si fuera poco, Ximo Esteve plantará el día 15 de marzo una falla titulada “Patrimoni”, en la comisión de Mislata de Doctor Marañón-Mestre Palau, en la que critica lo mal que le ha sentado la declaración de Patrimonio de la Humanidad a los artistas falleros y a la propia fiesta. De hecho, Esteve retrata a esta declaración de la Unesco “como un monstruo que nos está devorando a todos”, los que tiene que algo que ver con la fiesta fallera. Una sola escena es definitiva: hay una tumba donde se puede leer “Autónomos RIP”, otra lápida por la “muerte” de la Ciutat Artista Faller, y un conjunto funerario dedicado a “A l’ofici d’artista faller”.

José Devís comparte el pesimismo de su compañero. “Si no nos ayudan, la Ciudad Fallera no llega a 10 años de vida”. Hace 8 años, recuerda “hubo un acuerdo político para reactivarla pero desde entonces no se ha hecho nada, los políticos vienen una vez al año, se hacen la foto y ya no se acuerdan de nosotros”. Mientras, los artistas se jubilan y venden o alquilan sus negocios. En este ejercicio, calcula que 10 profesionales se dejarán el oficio: “se jubilan o se dedican a otra cosa que tenga un sueldo fijo como albañil o pintar coches”, apunta su hijo. El resultado es que no hay cantera y la gente joven no se engancha a seguir la tradición. “El año que viene no sabes si tendrás falla y podrás trabajar, y eso, genera muchos problemas económicos”. Por tanto, en la Ciudad Fallera cada vez quedan menos artistas capaces de hacer fallas grandes, con estructuras importantes.