El hijo pequeño, culpable del debut de Camp del Túria

Peñalver, minutos antes del inicio.

Peñalver, minutos antes del inicio. / Saray Fajardo

Saray Fajardo

Saray Fajardo

Dicen que un padre haría cualquier cosa por su hijo. Por eso, Mariano Peñalver, gerente de Camp del Túria, no se lo pensó dos veces. Esta empresa de Casinos, constituida en 1987, se dedica principalmente a la fabricación de productos pirotécnicos. Sin embargo, el hijo pequeño de Peñalver, David, de 19 años, le sugirió iniciarse en el mundo de las "mascletades". Y lo hicieron. Además fue por la puerta grande, ya que Camp del Túria debutó ayer en la Catedral de la Pólvora, uno de los lugares más emblemáticos y exigentes dentro del calendario pirotécnico.

Mariano pertenece a la tercera generación de una de las familias más arraigadas a la tradición pirotécnica. Sin embargo, la empresa no disparaba desde finales de los años 80. "David está apostando por la pirotecnia, tenía ganas de entrar en este mundo y probar cómo funciona. Él es el verdadero culpable", explicaba el gerente minutos antes del inicio.

Los Peñalver reciben el cariño del público.

Los Peñalver reciben el cariño del público.

Nervios previos

Los nervios eran más que evidentes. No era para menos, ya que los compañeros del gremio han dejado el listón bien alto desde el primer día de marzo. "Todos los espectáculos pirotécnicos ocasionan muchos nervios, pero disparar aquí mucho más", indica.

El equipo, formado por ocho personas, quería que todo saliese a la perfección en su debut. Por eso, acudieron a las cuatro y media de la mañana a la plaza del Ayuntamiento para prepararlo todo. Durante horas, estuvieron preparando los más de 90 kilos que se iban a disparar a partir de las dos.

Camp del Túria todavía sigue celebrando su debut, por lo que aún no tienen claro si repetirán el próximo año. "Vamos a ver cómo lo recibe la gente y, a partir de ahí, decidiremos", concluyen.