¡Record histórico de falleros!

El número de adultos e infantiles inscritos en las comisiones no sólo se recupera tras el descalabro de la Covid-19, sino que rebota hasta los 106.000 personas antes de acabar el año

Hileras de infantiles en la Ofrenda del pasado mes de marzo

Hileras de infantiles en la Ofrenda del pasado mes de marzo / RLV

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Las Fallas no sólo no han perdido músculo a causa de la pandemia, sino que se han revitalizado y han aumentado sus recursos humanos. Los rigores generados por el confinamiento y la crisis económica y sanitaria, incluyendo una situación tan traumática como la de no plantar falla en dos años y medio (desde marzo de 2019 a septiembre de 2021) se reconvierten en la actualidad en una estado de plena salud social. Y la prueba de ello es que, a punto de acabar el año, el censo es más, si no bastante más, que en la misma fecha antes de la pandemia. 

El dato no puede ser más revelador: en diciembre de 2019, el número de personas censadas era de 99.756. En la actualidad, cuatro años después, es de 106.451. Casi un siete por ciento más. 

Es un dato más que llamativo porque, aún con todas las imperfecciones que tiene el censo fallero -especialmente, a la hora de notificar las bajas-, las cifras totales siempre se mueven con oscilaciones muy pequeñas. Mil arriba, mil abajo. Una población muy estable. Es por ello altamente destacable el aumento tan espectacular en poco tiempo. 

Cuando la pandemia paralizó la fiesta, las comisiones tuvieron que echar mano de recursos propios y a una propia hibernación para salvar su viabilidad. La que más, la que menos, congeló las cuotas, cuando no las redujo o eliminó, afrontando tan sólo los gastos imprescindibles, especialmente los relacionados con el casal. A pesar de ello, y con la crisis económica y los Ertes sufridos, se produjo un descenso en la población fallera que se cifró entre el 10 y el 12 por ciento, llegando a mínimos por debajo de 90.000 personas. 

Sin embargo, con la reactivación y especialmente con la celebración de las Fallas de Septiembre y con ese factor psicológico, las «ganas de vivir» que animó otros aspectos de la sociedad, se apreció un el repunte. Primero, muy tenue: en junio de 2021 aparecía el inicio de la curva ascendente. Tanto, que Carlos Galiana llegó a expresar en una asamblea "mi felicitación a esos 700 nuevos falleros.  Esperemos que esto sea un síntoma. No es mucho, pero después de este año tan complicado, mirar el censo fallero y ver que no ha bajado más es un gozo". Sería, sin duda, las fallas de septiembre el detonante para la particular explosión cámbrica.

106.451 falleros antes de acabar el año y antes de que haya nuevas altas por la Ofrenda es una cifra histórica

El 1 de marzo de 2023, ya anunció una espectacular cifra de 103.000 falleros. Una cifra que significaba una plena recuperación, aunque no era «real» del todo porque en los primeros meses del año, el censo se «infla» por los que se apuntan a última hora para pasar la Ofrenda. Pero ya era un más que revelador índice de recuperación. Ahora, antes de ese crecimiento de última hora, las cifras son de récord absoluto para un mes de diciembre. 

Entre los datos que se extraen destaca, por ejemplo, que tan sólo treinta comisiones están por debajo de las cien personas. Y con menos de medio centenar de censados, tan sólo son seis. 

Incluso hay más comisiones: de 2019 a hoy tan solo ha desaparecido una comisión, Sirena-Delfines (que ya era precaria antes de la crisis) y se han constituido tres: Nova de Campanar, Dr. García Brustenga e Ingeniero Manuel Soto. 

75 pueblos son más pequeños que Oliveral, ElCano y Gayano

Por la parte superior hay una estabilidad en el top, que siguen protagonizando, por este orden, las comisiones de Gloria-Felicidad-Tremolar (la comisión de l'Oliveral), València-Teodoro Llorente "ElCano" y Gayano Lluch. La primera sigue rompiendo la barrera de los mil falleros (1009), con las otras dos en cifras de 949 y 840. Hay más de 75 municipios en la provincia de València (la cuarta parte del total de ayuntamientos valencianos) que tienen menos población que estas tres fallas.

Salvo casos excepcionales, las comisiones no suelen fluctuar en exceso y las subidas o bajadas son, normalmente, sutiles. Excepción, por ejemplo, es cuando se produce alguna disensión interna y un grupo más o menos numeroso abandona una comisión para integrarse en otra, intentar crear una comisión nueva o, directamente, desvincularse de la fiesta. Por eso, el aumento a 106.000 falleros, antes del último estirón de primeros de año, es especialmente relevante.

Como media aritmética, cada comisión de València y los pueblos asociados tiene 277 personas apuntadas. De ellas, el 55 por ciento son mujeres (59.301 contra 47.150 hombres y niños) y la proporción sigue siendo de un infantil por cada cuatro adultos.