Reventón en la Gala del Ninot creada por temor al colapso en un 17 de marzo lleno de actos

La JCF teme por la matinal de la entrega de premios ante la cantidad de visitantes que habrá en la ciudad y ve inviable sumar 46 estandartes más

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

«No se podía hacer otra cosa. Además, porque es una cuestión de policía y de orden público». Una cuestión de orden público no el entregar un 19 de febrero unos premios, sino lo que ha de venir en el futuro. La Gala del Ninot se estreno como evento en la noche del lunes para entregar los premios al Mejor Ninot de Sección y a Ninot con más Ingenio y Gracia de la Exposición. Un total de 92 «palets» consecuencia del veredicto de los jurados que «peinaron» la exposición hace unos días.

Se trata de un acto que nació con polémica porque se gestó y dio a conocer sin previo aviso. Tanto es así, que generó críticas persistentes en el pleno de la Junta Central Fallera entre los propios miembros del organismo fallero. El motivo: que no se entiende sacar de los actos de entregas de premios (16 y 17 de marzo) unos galardones que recompensan al elemento esencial de la fiesta: la falla.

Y porque estadísticas en la mano, la práctica totalidad de estandartes serían para comisiones que, ya de por sí, tienen que desfilar esos días para recoger otros galardones. A lo que hay que añadir que se trata de un evento que ni siquiera ha obtenido no tanto el visto bueno como el enterado de la asamblea de presidentes -ni del pleno, puesto que fue un hecho consumado-

El doble de estandartes

La explicación a este acto de nuevo cuño está, según aseguraba el presidente Santiago Ballester, en esferas mucho más altas: «estos premios tienen ahora el doble de galardones al haberse incorporado los de ingenio y gracia, que considero que es una muy buena idea. Pero el 17 de marzo tenemos un problema muy grande y hay que decirlo así: la policía es la primera que nos ha dicho que el acto de entrega de premios no puede demorarse más ante la inminencia de la mascletà. E incorporar en este caso 46 estandartes no sólo supone que entren algunas comisiones más, sino, sobre todo, que es más premio para entregar y, por consiguiente, más trajín, que puede demorar el acto. Y ya el año pasado se estuvo a punto de tener un conflicto de orden público. No podemos correr ningún riesgo».

Con otro factor añadido: el 17 de marzo de 2024 por la mañana, el momento del acto de entrega de premios, es la tormenta perfecta. Es domingo, con infinidad de visitantes en la ciudad, que estará a reventar. En ese escenario tienen que desfilar los cortejos de comisiones. A lo que hay que añadir que hay corrida matinal, que está el tráfico de trenes en la Estación del Norte y que la calle Alicante está cerrada. Las comisiones tienen que, literalmente, salir huyendo de la zona lo más pronto posible. Incluso, por ejemplo, la evacuación de la calle de la Sangre se prolongará hasta la avenida del Oeste.

El antecedente de las Fallas de 2023 no es precisamente alentador: el fin de semana de fiestas registró algunas de las mayores concentraciones humanas jamás vistas en la ciudad. Se dieron casos como que la Estación del Norte quedó taponada y la «mascletà» del 18 se tuvo que seguir desde los propios andenes. Y la sensación por los datos de hostelería auguran unas jornadas de 16 y 17 igual de saturadas.

Los premios de Lo Rat Penat, especialmente los accésits

Sobre las prioridades queda otro debate: si se entregan en la plaza los premios de ninots, hay que quitar otros. ¿Se atreverían a quitar o restringir los premios de Lo Rat Penat? Porque la entidad cultural envía a esa ceremonia una cantidad ingente de galardones. Algunos, importantes, como los Extraordinarios o los Primeros. Pero también gran cantidad de premios con escaso, cuando no ínfimo, valor: un rimero interminable de accésits que engordan el acto del día 17. Ballester aseguró que "si no nos gusta esta Gala, no tengo problema en que nos reunamos después de Fallas y decidimos qué premio dejan de repartirse".

Finalmente, la Gala del Ninot registró un lleno absoluto. Se llegó a rumorear si habría un boicot a la recogida de premios en una jornada laborable, que obligaba a las falleras mayores a vestirse ex profeso. Sin embargo, apenas un par de comisiones no acudieron a recibir sus galardones. La plaza de la Santa Cruz, en su 175 aniversario, se llevó el dificilísimo «cuatriplete».

Eso sí, las Atarazanas han quedado superados por la convocatoria de público. El nuevo escenario ha permitido una asistencia mucho mayor y más cómoda que el Palacio de la Exposición, pero requiere una revisión.