Una "mascletà" a martillazos siempre funciona

Llenazo en la plaza del Ayuntamiento en un domingo de sol y buena temperatura

Un momento de la mascletà del 10 de marzo

Un momento de la mascletà del 10 de marzo

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Valencia-Madrid pasando por Granada. No es línea recta, pero es el rodeo natural con el que se ha completado la "mascletà" del domingo. Ante un llenazo mucho más normal que el de la jornada del sábado. Con buena temperatura, rayando en el calor, Alpujarreña ha contribuido poniendo todo el fuego del mundo. Y ya puestos, lo esperado, el Martillo de Thor. Que, a estas alturas, no es que sea una marca.

Es que están condenados, si se quiere, a ponerla en práctica siempre o a buscar una alternativa dentro de unos años. Pero como los pepinazos granadinos gustan, el público lo pasó en grande con esa sonoridad que sirve para amenizar el ecuador -ya superado- del ciclo de disparos. 

No hace tanto tiempo, la presencia de una pirotecnia no valenciana generaba comentarios de orgullo mal entendido. Como si no hubiera suficientes empresas valencianas. El caso es que, afortunadamente, ese debate está más que superado y tanto granadinos como leoneses acuden a la cita de la plaza y lo hacen con solvencia, con suficiencia y a martillazos. 

El martillo es como las coreografías de sonido que a la gente le gustan porque suponen variar el menú de los disparos. Como las columnas de humo que ponen en práctica otras pirotecnias, como la ocurrencia de Vulcano de cada año... elementos distintivos que, como en este caso, han hecho las delicias del público. 

Catalá y Almeida, en el balcón municipal

Catalá y Almeida, en el balcón municipal / L-EMV

Con Nino Bravo de música de fondo

Y en el balcón, el alcalde de Madrid tuvo su baño de multitudes porque subió bien pronto y se hizo infinidad de fotos con todo aquel que se lo pidió. A los sones de música de fondo de Nino Bravo, para quien hubo poco menos que un recital en la megafonía. No en vano, su familia acudió al balcón

La discografía de Nino Bravo es emotiva por demás. Pero si hay una canción que las falleras mayores y cortes de honor seguro que no quieren escuchar, al menos de momento, es "Un Beso y una Flor", que en los últimos años es la última que suena antes del disparo del 19 de marzo. Pero para eso aún faltan ocho días. 

Entre el público, mucha gente. Entre los invitados, varias falleras mayores de València, el disputado Alberto Ibáñez, representantes de clubes de Running de la ciudad -encabezados por el presidente de Correcaminos, Francisco Borao- y una nueva tanda de comisiones. 

Fallas de cincuentenario

Los números de censo llegan a un momento muy determinado de la historia de las Fallas: Desde la 260 del Barrio de San Isidro a la 264 de Lepanto-Don Juan de Austria, pasando por Norman Bethune-Guillem d'Espuig, Campamento-La Yesa y Salvador Giner-Gregorio Gea. Pues bien, de todas ellas, cuatro celebran el 50 aniversario. Hace medio siglo ya se superaba el centenar y medio de comisiones. También se vio a la gente de Ingeniero José Sirera, de Doctor Collado -celebraron previamente la Trobada Joan Blasco a pies del ayuntamiento, con el hijo del mítico dolçainer también invitado- y las juntas locales (se está acabando el orden alfabético) de Riba-roja, Sagunt, San Antonio de Benagéber y Sedaví. 

Esta tarde hay un espectáculo piromusical en la plaza. En el que es indispensable acudir y jugar con la pantalla del móvil. 

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