"Muchos valencianos ya estamos pensando en las fallas 2025"

Vecinos y vecinas de la ciudad vuelven al trabajo y los centros escolares en una jornada de resaca emocional tras otras Fallas multitudinarias

Claudio Moreno

Claudio Moreno

Los operarios trasladaban en volandas una farola a su posición original. Ha sido la imagen del día 1 después de Fallas. El mobiliario de la Plaza del Ayuntamiento recupera su sitio sin miedo a que una carcasa desviada lo reventara todo. València se ha despertado con resaca emocional, pero la ciudad ha recobrado al trantrán el ritmo de un día cualquiera, lectivo y laborable. 

Sobre la vuelta a la normalidad hablaba José Luis, un taxista aparcado en la misma plaza. Las primeras horas de su jornada han sido para los turistas de regreso a casa vía aeropuerto y AVE; las siguientes han sido ya para los valencianos en dirección al trabajo o el hospital. "De repente nos hemos encontrado con un día ordinario", decía sorprendido. El río de gente hasta la Virgen se ha quedado sin afluentes y los barrios han perdido el soniquete de los petardos.

En el centro histórico, sin embargo, aún quedaban vestigios de la fiesta josefina. Urinarios apilados en los rincones y huellas de lobo donde ayer había un monstruo de paja. Empresas de carpas trabajando a contrarreloj en el desmontaje de estos casales efímeros para liberar el paso de los coches. Vendedores de churros y buñuelos embalabando los utensilios de cocina. Batallones de limpieza a doble turno rascabando el alcohol pegado al suelo. Olor a lejía y ceniza en un miércoles con energía de lunes.  

Las calles de València recuperan la normalidad tras las Fallas de 2024

Las calles de València recuperan la normalidad tras las Fallas de 2024 / L-EMV

"Tenemos hasta el jueves 21 a las 8 de la mañana para desmontar todas las carpas. Empezamos tras la cremà a las 2 de la madrugada y estamos hasta las 19 horas con varios parones para comer. Luego descansaremos y seguiremos con las carpas de los pueblos. Somos seis por carpa y tardamos como hora y media con cada una. Acabamos destrozados", relataba Juan Montilla, de Cordobesa de Carpas, encargados de Salamanca-Conde Altea, Almirante Cadarso-Conde Altea, San Vicente-Marvà, Brustenga y Plaza del Negrito. Su empresa ha seguido trabajando en festivales andaluces durante las Fallas y entre montajes y desmontajes han acumulado unos 6000 metros de carpas. "Ahora nos vamos al Sansan de Benicàssim. Vivimos en la carretera".

«Muchos valencianos ya estamos pensando en las Fallas de 2025»

Adiós a las churrerías

Junto a la plaza del Mercat recogía la "paraeta" el equipo de Dyana. La empresa para la que trabaja -de Madrid, tercera generación de verbeneros- movilizó a 60 trabajadores a los que costeó comidas y alojamiento para que atendieran los puestos repartidos entre calle Xátiva, calle Convent Jerusalem y Plaza del Porxets, pegada al Mercado central. En esta zona contaban desde el 11 de marzo con una churrería, un mesón, un puesto de bocatas, otro de mojitos, un carro de salchipapas y una discomóvil; es decir, cubrieron todas las fases de la fiesta, del último cubata al primer chocolate. A medianoche desalojan por mandato municipal. Y se vuelven a Madrid con cierto desencanto. 

"Aún no sabemos la recaudación, pero creo que estas fallas han sido más flojas. Además los vecinos se han quejado mucho y no nos han dejado trabajar. Teníamos una discomóvil hasta las 4 de la mañana y a cada rato venía la Policía", lamentaba Dyana aflorando un tema de debate: los roces en la convivencia con el jolgorio son consustanciales a las Fallas y seguirán siendo parte de la fiesta mientras esta conserve su fisonomía.  

Las Fallas no dejarán rastro

Hoy desaparecen todas las carpas y las churrerías de la ciudad, el cadafal de la Virgen de los Desamparados se va mañana, las vallas amarillas estarán hasta el lunes, la jaula de la plaza permanecerá hasta la semana que viene y las luces a concurso tienen un mes para el desmontaje

También volvieron a la rutina en la tienda Pirofoc i Fantasía de calle Cuba con Literato Azorín. Su gerente, Pablo, contaba a Levante-EMV que la venta de petardos en las Fallas de 2024 ha disminuido respecto a años anteriores -los taxistas también hablaron de menor demanda- y atribuía el decrecimiento a los caprichos del calendario.

"En 2022 llovió muchísimo, pero San José cayó en sábado y teníamos colas bajo la lluvia. Este año ha tocado un martes y nos ha vistado menos gente. Se habla de un millón de personas respecto a los casi dos millones del año pasado", decía Pablo. Y añadía optimista: "No obstante, muchos valencianos ya estamos pensando en las Fallas de 2025. La cremà la vivimos con los sentimientos a flor de piel, pero de una noche a otra parece que no haya pasado nada. Para nosotros hoy es 1 de enero. Volvemos a empezar".