“Mucha gente se rompe cuando llega a los pies de la Virgen”

Miles de turistas, falleros y devotos se dan cita en la Plaza de la Virgen para disfrutar, durante la festividad de San José, de la imagen de 15 metros revestida de claveles

El manto en homenaje al Tribunal de las Aguas fue elaborado con los ramos de una Ofrenda de récord en la que participaron más de 110.000 falleros y músicos

Miles de personas acuden a ver el manto de la Virgen

JM López

Claudio Moreno

Claudio Moreno

Hay muchas maneras de acercarse a la imagen de 15 metros que luce vestida de claveles en la Plaza de la Virgen. Desde la perplejidad del turista al orgullo del fallero o la emoción del creyente, los tres perfiles predominantes hoy a los pies de la Virgen de los Desamparados. Miles de personas han acudido antes y después de la histórica mascletà para disfrutar de esta composición floral dedicada al Tribunal de las Aguas. 

Domingo y lunes fue el turno de los 110.000 falleros y músicos que desfilaron vestidos de gala –y depositaron unos 60.000 ramos– en una Ofrenda de absoluto récord. El martes de San José ha sido para todo el mundo. Los valencianos con pañuelos de cuadros anudados al cuello se entremezclaban con visitantes de todas las nacionalidades, devotos del selfie y rendidos a la espectacularidad de la Geperudeta. Imposible caminar alrededor de la imagen sin salir en una foto familiar. 

“Mira cómo huele, ¿lo notas?”, preguntaba un padre a su hijo, embriagado por el aroma de las flores, junto al jardín que se extiende bajo el manto con el dibujo de la Puerta de los Apóstoles. “Ha merecido la pena levantarnos”, decían dos amigos con la fiesta de anoche tatuada en la cara. Todos los comentarios cazados al vuelo decían lo mismo en idiomas distintos: “Es un espectáculo”. 

Más reposadamente, José Luis y Maribel explicaban que la Virgen de los Desamparados es “un sentimiento”. Y lo repetían. “Un sentimiento”, insistían estos creyentes de la patrona de València. “No podría definirlo, cada vez que venimos a verla es una gran emoción”, comentaba Maribel. “Nosotros somos valencianos y ahora que trabajamos fuera cuando volvemos tenemos una gran añoranza”, relata José Luis. 

Cientos de personas acuden a ver el manto de la Virgen

Cientos de personas acuden a ver el manto de la Virgen / J. M López

Sobre este sentimiento indescriptible –a todas los creyentes entrevistados le faltarán palabras para describirlo– aporta una anécdota Maribel. “Ayer en la Ofrenda teníamos al lado unas italianas y preguntaban por qué lloraban las falleras al entrar en la plaza. Es difícil que un turista lo entienda. Estos días mucha gente viene con sentimiento y se rompe cuando llega a los pies de la Virgen. Son días para los valencianos”, decía esta vecina de Arrancapins. 

"Es difícil que un turista entienda el sentimiento de la Ofrenda"

A unos metros del cadafal, que seguirá plantado hasta el día 21, estaba Conchín vestida de fallera por San José. No pertenece a ninguna comisión pero paga una cuota a la Falla Plaza Sant Bult porque es devota de la Geperudeta. Ella desfiló el domingo por la tarde y al entrar en la plaza solo sintió gratitud: “Depende de la situación que vivas cada año, a veces pides salud, pero este año ha sido un buen año para todos los míos y solo me salió darle las gracias”, narraba la valenciana. 

"Sientes que la Virgen te mira"

También iba vestida de fallera Gabriela, que se hacía una foto con la patrona de València a su espalda. Tenía los ojos vidriosos y tampoco sabía explicar por qué. “Anoche entré con la Ofrenda en la plaza. En ese momento sientes que estás tú sola y que la Virgen te mira”, contaba la fallera de Obispo Amigó-Cuenca, y añadía: “Hoy vengo para hacerme fotos y aprovechar el peinado. Un montón de turistas me han pedido que me fotografíe con ellos”. 

Aunque la imagen seguirá plantada varios días hoy se dan por finiquitadas las Fallas 2024 y los visitantes han aprovechado para terminar de exprimir la fiesta. El paseo de la Plaza del Ayuntamiento a la Plaza de la Virgen ha sido un río de gente. Mañana recuperará su flujo habitual. Paco, Juan y Avelino volverán a Teruel con la imagen de la Geperudeta guardada en la memoria de su móvil. “Es espectacular”, decían al unísono. El mismo sentir que Carmen intentaba transmitir a su hija en una llamada telefónica plagada de adjetivos. “Es preciosa. Muy bonita. Yo soy de Palmar del Río (Córdoba) y devota de la Virgen del Rocío, pero eso no me impide apreciar esta belleza”, reconocía encandilada la andaluza. 

El ritual de visitar a la Geperudeta

Y el penúltimo testimonio lo aportaban en corrillo tres generaciones de valencianas que habían ritualizado el hecho de ir el día después de la Ofrenda a saludar a la Virgen. “Yo soy una de las pocas privilegiadas que ha podido casarse en la Basílica de la Virgen de los Desamparados. Me encanta. Esta imagen simboliza el amor entre todos los valencianos”, decía la madre, una de las dos Amparos de la familia. 

"Esta imagen simboliza el amor entre todos los valencianos"

Por último, entre la maraña de personas intentaba pescar unos euros Claudio, un chileno afincado en València que ofrecía una especie de “periódico vintage” y una foto ante el icónico cadafal por el módico precio de “la voluntad”. La Geperudeta vestida de claveles representa muchas cosas, también el enésimo fetiche turístico de unas Fallas convertidas año tras año en un macroevento internacional. 

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