Una "perellonà" en l'Albufera como las de antes

La inundación invernal alcanza más de 10.000 hectáreas por los aportes de la Confederación del Júcar y la Acequia Real, vital para la avifauna y frenar la salinización

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

La inundación invernal en el Parc Natural de l’Albufera, la perellonà, alcanza este año una de las mayores extensiones de la última década. La llegada de caudales por los desembalses técnicos programados por la Confederación Hidrográfica del Júcar y las aportaciones de la Acequia Real del Júcar han permitido una lámina de agua que supera las 10.000 hectáreas. Encharcar los arrozales, además, ayuda a combatir la creciente salinización del enclave por la subida del nivel del mar.

«Es algo fundamental como hábitat para las aves acuáticas», señala el biólogo Pablo Vera. Lo habitual hace unos años era anegar unas 14.000 hectáreas, la práctica totalidad del arrozal. «Era lo que ocurría en los buenos tiempos y sería lo deseable, pero la de esta temporada es una cantidad considerable», señala Joan Miquel Benavent, director general del Servicio Devesa-Albufera del Ayuntamiento de València. «Habitualmente lo lógico es que se inunden los tancats más hondos pero este año también se está haciendo en una superficie por encima de estos tancats», señala.

Los excedentes de agua están entrando desde el sistema Júcar por el azud de Sueca y por el Túria también, previa consulta con los responsables del parque natural y el propietario del lago, el Ayuntamiento de València.

Imagen del Parc natural de l'Albufera en diciembre

Imagen del Parc Natural de l'Albufera en diciembre, con 10.500 héctareas de marjal inundadas / Elena Martínez

«La perellonà es vital tanto desde el punto de vista ambiental como agronómico para la avifauna migratoria, sobre todo anátides, lava la tierra y frena la entrada de agua salada marina» destaca Benavent. Mantener los campos llenos de agua lleva aparejada la proliferación de flora como el Ranunculus baudotii o floreta de pasqua. El caudal ambiental del Júcar que ha ido entrando los últimos meses ha permitido la recuperación de especies de vegetación subacuática como la Najas marina y la transparencia de muchas zonas.

Refugio y alimento

La perellonà es uno de los momentos de máximo esplendor del Parc Natural de l’Albufera como espacio protegido. No solo por la estampa que ofrece el humedal, sino por sus efectos sobre la biodiversidad y las aves acuáticas, que buscan refugio y alimento en su etapa migratoria como recuerdan desde la conselleria que dirige Isaura Navarro. «Este año ha sido importante saber controlar los tiempos en la gestión siempre compleja de los recursos en el parque natural durante el otoño», apunta Julio Gómez Vivo, director general de Medio Natural.

Un tractor en plena práctica del fangueig

Un tractor en plena práctica del fangueig / German Caballero

«El retraso de la cosecha en el conreo del arroz ha hecho que todos los actores implicados en la gestión del parque actuemos coordinadamente», comenta, para apuntar acto seguido: «la inundación más tardía y lenta ayudada con los caudales ambientales previstos ha garantizado que no haya habido anoxisa importantes».

Carles Sanchis Ibor, presidente de la Junta Rectora del Parc Natural remarca que solo en los años de fuertes temporales llegaba agua a la marjal. «En la última década se ha dado una conjunción de otoños más secos de lo habitual y falta de recursos fluviales que habían reducido el efecto de estas operaciones tradicionales tan beneficiosos para limpiar el suelo agrícola y alimentar a la avifauna», comenta. El fangueig es una de las prácticas ambientales que sustituyen a la quema de la paja del arroz donde se remueve la tierra incorporando los restos de la cosecha. Algo que proporciona materia orgánica y oxigena los terrenos.

El Gobierno debería aprobar en enero una aportación fija para el lago que garantice la 'perellonà'

La necesidad de una perellonà en condiciones ha sido una de las principales reclamaciones al Gobierno para incluir en el próximo plan de cuenca tanto del Ayuntamiento de València como de la Generalitat. «Esperamos que se apruebe formalmente en alguno de los primeros consejos de ministros de enero porque es una garantía para poder asegurar estas inundaciones invernales, que son una parte clave del ciclo anual del agroecosistema de l’Albufera», explica Sanchis Ibor.

La Conselleria de Agricultura y Transición Ecológica lleva a cabo un exhaustivo seguimiento «in situ» en los campos, pero también desde la estratosfera, a través del satélite Sentinel 2 en un programa de colaboración con la Universitat de València. El objetivo es evitar posibles episodios de aguas negras que afecten al lago, como ocurrió en noviembre de 2020.

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La falta de caudal ambiental en l’Albufera entre los meses de octubre y mayo había provocado en los tres últimos lustros un declive de hábitats ligados a los ambientes acuáticos. De hecho las alegaciones al Plan Hidrológico del Júcar 2022-2027 tanto de València como de la conselleria de Agricultura y Transición Ecológica se subraya la necesidad de aportes hídricos para recuperar los censos poblacionales de aves que dependen de la adecuada inundación del arrozal. En los estudios de seguimiento llevados a cabo por SEO/Birdlife y el Servicio de Vida Silvestre de la Generalitat se detectaba que catorce de las diecinueve especies de pájaros evaluados se encontraban en un estado de conservación desfavorable entre 2017 y 2021 por la ausencia de una perellonà en condiciones.

La necesidad de disponer de agua en cantidad y calidad del Xúquer es una de las principales y recurrentes reivindicaciones de todos los agentes e instituciones implicados en la preservación de l’Albufera. Se trata de una aportación fija, fijada en 74 hectómetros cúbicos, y no condicionada a otros usos. En el documento enviado en su día al organismo de cuenca se incide en el avance de la cuña salina y el daño a la biodiversidad.

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