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La lenta agonía del Nou Godella Natació

En un solo año el laureado club de l’Horta Nord que competía en División Nacional, ha perdido más de la mitad de sus deportistas

Las chicas del equipo de waterpolo del Nou Godella Natació. | L-EMV

Cuando llegue enero de 2022 el Nou Godella Natació podrá decir que 2021 fue un año de inflexión en su historia. Lo que queda pendiente saber es si será también el año de su defunción. En los últimos nueve meses, este modesto club valenciano, que había conseguido la proeza de competir en División Nacional y plantar cara a los grandes equipos autonómicos, ha cambiado de nombre, ha perdido más de la mitad de sus deportistas y, lo que es peor, aún no sabe si tiene futuro.

El Nou Godella Natació se encuentra en esta situación por una tormenta perfecta que se inició con la pandemia de la Covid-19, unida a la gestión realiza por el ayuntamiento de la localidad de l’Horta Nord.

El principio de todos los problemas se inició con el cierre de la piscina por el confinamiento, algo que puso contra las cuerdas a los anteriores gestores del club que, antes de verse envueltos en deudas mayores, a principios de este 2021 abandonaron la instalación por las pérdidas ocasionadas.

Decididos a permanecer juntos, deportistas, entrenadores y familias se unieron para crear el Nou Godella Natació, que heredaría su lugar en la competición autonómica y nacional. Pero los problemas eran varios, y, uno de ellos, logístico: la piscina no cumplía los requisitos básicos para estar abierta al público.

Desde hace nueve meses, los deportistas del club se han visto obligados a ir a salto de mata, entrenando en el polideportivo de Benimàmet, en el de Paterna o en el de Moncada. Sobre todo, gracias a la intercesión de la Federación de Natación de la Comunitat Valenciana, que se ha implicado en y encontrarles piscina.

De ahí que deportistas, entrenadores y familias esperan con ansia la llegada del nuevo año, fecha en la que ayuntamiento asegura que la piscina municipal estará ya preparada de nuevo. Pero, jugadores y familiares no las tienen todas consigo debido a las promesas incumplidas que aseguran que se han producido durante todos estos meses.

En este sentido, ponen sobre la mesas diferentes agravios registrados. «¿Por qué se exige al club de Natación a pasar por unos requisitos a los que no se obliga a ningunos de los otros clubs deportivos de la localidad?», se preguntan algunos padres.

Goteo de fugas a otros clubes

En lo peor de la pandemia, Godella perdió al 43% de sus deportistas. La sección de Natación prácticamente se disolvió. Aun así, se contabilizaban 216 deportistas, de los cuales el 52% eran chicas y el 48% eran chicos. Las chicas de Natación Artística y las de las secciones inferiores de waterpolo demostraron lealtad.

Pero no tener piscina propia, los contantes traslados y las incertidumbres añadidas, se han traducido en un lento de goteo de deportistas que han ido recalando en otros clubes valencianos y de otras autonomías. Ahora, el Nou Godella Natación cuanta con 119, un 45% menos que en plena pandemia, y de ellos el 61% son chicos y el 39% son chicas. La paridad también se ha perdido. Las bajas femeninas, que se han producido especialmente en la sección de waterpolo.

Muchos padres y madres de deportistas están convencidos de que «la burocracia municipal va a resultar, a la larga, la causa final de la desaparición del club». A pesar de todo, resaltan que siguen en el agua y seguirán llevando por la C. Valenciana el nombre de la localidad. De hecho el pasado participaron en el Torneo de Castelló en todas sus categorías menores de 18 años. «Mientras quede aliento, seguirán nadando», afirman con orgullo resignado.


«No podemos dar estabilidad con esta situación»


Pablo Ferrando, presidente del Nou Godella Natació, admite la «frustración» por la situación que atraviesa la entidad. «Tenemos tres cadetes en la selección española y un club en liga nacional, por ejemplo, pero, en cambio, la calidad de nuestra cantera no se ve reflejada con el respaldo institucional», lamenta. Ferrando reconoce que el «futuro del club es incierto» ya que el «ayuntamiento nos dice que la piscina estará operativa en enero, pero eso no está garantizado, como tampoco que firmemos un convenio de ayudas», alerta. Desde el cierre de la piscina por pérdidas de la concesionaria y tener que entrenar repartidos en dos polideportivos (Moncada y Benimàmet ), el coste mensual para las familias de los jugadores y jugadoras ha pasado de los 40-45 euros a los 80. «Con esta situación no podemos dar estabilidad a familias y deportistas y es normal que muchos lo hayan dejado o piensen hacerlo, al igual que los que se han marchado a otros clubes para demostrar su potencial», señala Ferrando. «Hemos cumplido con todos los requerimientos que nos ha pedido el ayuntamiento, pero ellos solo ofrecen palabras, no hechos», recrimina el presidente.

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