La última crisis suscitada en el gobierno de Rocafort, formado por Partido Popular, Ciudadanos y Vox, ha sido analizada este viernes en el transcurso del comité autonómico que ha celebrado la formación naranja.

Tal como informó este diario esta semana, el alcalde de Rocafort, Agustín Aliaga (PP), redactó el día de Nochevieja dos resoluciones de alcaldía en las que retiraba parte de sus competencias, las más destacas, a los dos concejales de Cs, socios de su ejecutivo. A Guillermo José, quien ocupó la alcaldía los dos primeros años del pacto, le despojaba de Seguridad Ciudadana, mientras que a Rosario Marco le quitaba Urbanismo. Finalmente, el mandatario popular no firmó las resoluciones y los regidores naranjas mantienen todas las delegaciones.

Pero Ciudadanos considera que la afrenta estaba hecha, sobre todo, porque Aliaga argumentaba su decisión en la “falta de confianza” y “deslealtad” de José y Marco. El exalcalde naranja calificó de “grave” que “no nos haya comunicado que nos quite la mitad de nuestras competencias”, y dejó entrever en el pleno que les arrebataba las dos áreas encargadas de hacer los informes “de cosas que ustedes quieren hacer”. Claramente era una crítica velada a las discrepancias surgidas por la celebración de algunos actos, como la Cabalgata de Reyes.

Aliaga reconoció que ultimó la destitución de sus socios, pero zanjó el asunto con que “no las firmé y todo se queda como está. No he quitado competencia alguna y todo se queda como está”. Lo bien cierto es que estuvo a punto de hacerlo. Durante las últimas semanas del año, las fricciones con sus socios fueron palpables por cuestiones que no han trascendido, y que llevaron al alcalde del PP a ultimar la destitución. Solo la reflexión y el enfriamiento evitó el cese.

Durante el miércoles y jueves, el grupo municipal se ha reunido con dirigentes de la dirección de Ciudadanos para abordar la situación. Ahora, el análisis del problema ha subido un par de escalones y este viernes noche ha sido uno de los puntos a tratar en el Comité Autonómico que la formación naranja tiene agendado. En el encuentro, la crisis de gobierno en Rocafort ha formado parte de la evaluación de una serie de pactos de gobierno sellados por Cs con otras formaciones a lo largo de la C. Valenciana.

Y es que tal como avanzó en exclusiva en su día, la espoleta que abrió una vía de agua en el tripartito de Rocafort fue la destitución de la entonces edila de Urbanismo, Susana Martínez (PP), por parte del exalcalde Guillermo José, por «una pérdida de confianza» y porque «sinceramente, no está preparada». El PP se molestó muchísimo, pero con el cambio de alcaldía a tres meses vista aguantó el temporal.

Pero lejos de calmarse las aguas, la galerna fue mayor. Rosario Marco, alcaldesa accidental hasta la celebración del pleno de investidura, retiró las competencias a los ediles del PP, para devolvérselas días después, tras la intervención de las direcciones provinciales.

Con Agustín Aliaga de alcalde, el cisma se ha mantenido. Ambas formaciones avisaron tras el caso Martínez de que la relación no sería igual. Y lo han cumplido. Los ediles de Ciudadanos acusaron al mandatario popular de no cumplir el pacto tras el nuevo reparto de competencias, al conceder a Susana Martínez el área de Comunicación. Y Cs se lo cobró: sus votos en contra han impedido a Aliaga sacar adelante dos puntos que llevó a pleno: el cambio de representante en el Consell de l’Horta y el incremento salarial para su asesora.

El incidente del último pleno por la casi destitución se ha convertido en la enésima crisis de gobierno de Rocafort, hasta el punto de que una de las direcciones autonómicas, en este caso la de Cs, vaya a analizar el cisma interno.