La pandemia no permitió que el primer día del curso 2021-2022 la comunidad educativa del colegio Ciutat de Cremona de Alaquàs festejara tener un colegio de ladrillos, tras quince años de precariedad, barracones y peligro. En aquel momento, una batucada a las puertas del centro y un baile en el interior del alumnado, mientras las familias miraban desde la otra parte de la valla, fueron los únicos elementos festivos, en medio de algunas obras aún pendientes, distancias de seguridad, restricciones y mascarillas. Ahora, el centro, su alumnado y profesorado, así como las familias, han podido, finalmente celebrar que toda su batalla por la educación pública tuvo éxito.

El colegio recibió el pasado viernes a decenas de personas que han sido significativas en la historia de este colegio, el más joven de Alaquàs pero el que más ruido tuvo que hacer para sobrevivir. Además de la directora, Susana García, y el profesorado, también fueron invitados docentes de otros tiempos, alumnado, representantes municipales, sindicatos y otras entidades. La marea naranja volvió a hacer su aparición para reivindicar un tiempo en el que el colegio tuvo que realizar incluso un encierro de 100 días en el que las familias pernoctaban en los barracones.

Batucada del CEIP Ciutat de Cremona. L-EMV

El CEIP Ciutat de Cremona fue creado a raíz del incremento de la población escolar que se produjo en la década de los 2000. Inició su andadura en barracones y nunca llegaba la construcción del colegio por parte de la Conselleria de Educación. Reuniones y protestas impulsadas por la asociación de madres y padres (AMPA) e incluso graves incidentes como inundaciones fruto del deterioro de los barracones, conforme iban pasando los años, se convirtieron en la tónica, mientras el centro era también un referente en programas innovadores, hasta el punto de ser el más demandado en algunos cursos.

El momento más crítico fue la primavera de 2014, cuando la Conselleria de Educación, que dirigía la popular María José Català y que ya había ido recortando unidades en los ejercicios anteriores, suprimió la única aula de tres años que quedaba, lo que supuso que no se podían matricular niños y niñas nuevos, ni tan si quiera aquellos que tenían ya hermanos y hermanas en el centro. La comunidad educativa lo vio como el primer paso para cerrar el colegio y montó la Plataforma Tots Som Cremona, a la que además de las familias, se unieron FAMPA, sindicatos y otras asociaciones.

El grupo protagonizó un primer encierro de unas horas en la Conselleria de Educación, al que se sumó la propia alcaldesa socialista de la época, Elvira García, pero tuvo que ir más allá y organizar un cierre de 100 días en los barracones, en los que alumnado y familias pernoctaban por turnos en las instalaciones. En ese tiempo, el colegio desarrolló una intensa actividad cultural abierta al pueblo, con actuaciones de Xavi Castillo, Pau Alabajos o Dani Miquel, entre otros talleres, charlas y demostraciones.

La tensión no solo subió en el ámbito educativo sino también en el institucional. De forma paralela, el pleno de Alaquàs aprobó una propuesta de la alcaldía para declarar a María José Català "persona non grata", que aprobaron el PSPV y Compromís, con el voto el contra del Partido Popular. La sesión se celebró en los barracones y el público, formado por las familias, se volvía de espaldas cada vez que tomaba la palabra el portavoz del PP, Pepe Pons.

La llegada del Govern del Botànic dio un giro al futuro del Cremona, ya que el presidente Ximo Puig, y el conseller de Educación, Vicent Marzà, abrieron el curso 2015-2016 en los barracones del colegio de Alaquàs, y se inició el proceso para construir el colegio. La plataforma y la AMPA, no obstante, tuvieron que dar algún que otro tirón de orejas al ejecutivo autonómico, al paralizarse la obra en diversas ocasiones y dilatarse en el tiempo un año y medio más de lo previsto. De hecho, ha habido seis promociones del Cremona que hicieron toda la educación infantil y primaria en los barracones, y tuvieron que esperar hasta el instituto para ir a un centro de ladrillos.

Una jornada de reencuentros

Taura, Parrilla, Soler, Murciano, Garcia y L-EMV

Todo ese recorrido se rememoró en la fiesta en discursos y conversaciones, e incluso se descubrió un panel cerámico dedicado a la plataforma. Una de las imágenes más emblemáticas de la jornada, que han quedado para el recuerdo, fue la del grupo formado, por el actual alcalde, Toni Saura, que era el concejal de Educación; que era presidente de la AMPA, Javier Parrilla; el secretario autonómico, Miquel Soler; la directora que estuvo 10 años al frente, Marta Murciano; la exalcaldesa Elvira García, y la que fue secretaria de la AMPA, Maika Sánchez. Todos ellos, no obstante, animaron al centro a mirar al futuro e iniciar nuevos proyectos ahora que se ha acabado la larga etapa de precariedad.