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David Cameron, el impulsor del referéndum que sembró la semilla del radicalismo en el Reino Unido

El regreso del ex primer ministro británico como ministro de Exteriores ha añadido más incógnitas sobre el rumbo ideológico del Gobierno Rishi Sunak

David Cameron.

David Cameron. / EFE

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El regreso a la primera línea política del exprimer ministro David Cameron ha enredado todavía más la ya de por si caótica política británica. Conocido mundialmente por ser el impulsor del referéndum del Brexit en 2016, que supuso la salida del Reino Unido de la Unión Europea, Cameron ha sido señalado en múltiples ocasiones como el responsable del auge del populismo y del radicalismo en el Partido Conservador, que ha tomado las riendas de la formación en los últimos años con un discurso nacionalista y xenófobo. Su nombramiento como ministro de Exteriores, siete años después de su dimisión al frente del Gobierno, ha añadido más incógnitas al rumbo ideológico del actual primer ministro, Rishi Sunak, desesperado por remontar en unas encuestas que le sitúan hasta 20 puntos por detrás del Partido Laborista.

La fama de político centrista y moderado de Cameron choca con la deriva que el Gobierno de Sunak ha tomado desde que llegó a Downing Street. El exprimer ministro no sólo defendió la permanencia en la UE en los meses previos al referéndum –a diferencia de Sunak– sino que también se posicionó a favor de otras políticas repudiadas por el Ejecutivo, como el gasto de un 0,7% del Producto Interior Bruto en ayuda internacional o la conclusión de la línea de alta velocidad entre Birmingham y Manchester. "Vamos en la dirección equivocada", dijo el exprimer ministro después de que el Gobierno anunciara la cancelación de la infraestructura ferroviaria a principios de octubre. 

Electorado moderado

A pesar de las aparentes contradicciones, el nombramiento de Cameron esconde una estrategia clara: la de recuperar a los votantes del llamado “muro azul”, las zonas del sur de Inglaterra tradicionalmente conservadoras y de clase media-alta que se han alejado del partido por su deriva hacia la derecha radical y por la debacle política y económica provocada por el Brexit. Unos votantes que en su mayoría fueron partidarios de permanecer en la UE, al igual que Cameron, y que pueden ver con buenos ojos el regreso del exprimer ministro, a pesar de que una encuesta publicada este lunes por YouGov muestra que hay más votantes en contra de su nombramiento (38%) que a favor (24%).

Cameron forma parte de la élite británica más tradicional del Reino Unido, criada y educada con el objetivo de mantener el poder entre las clases dominantes. Educado en el exclusivo colegio de Eton y en la universidad de Oxford, comenzó su carrera política en los años ochenta, aunque no fue hasta 2001 cuando consiguió un escaño en la Cámara de los Comunes. Cuatro años después logró el liderazgo del Partido Conservador y desempeñó el papel de líder de la oposición hasta las elecciones de 2010, cuando logró una escueta mayoría junto al Partido Liberal Demócrata que le permitió gobernar en coalición y acabar con más de una década de gobiernos laboristas. 

El nuevo ministro británico de Asuntos Exteriores, David Cameron (I), y el subsecretario permanente del Ministerio de Asuntos Exteriores, Philip Barton (D).

El nuevo ministro británico de Asuntos Exteriores, David Cameron (I), y el subsecretario permanente del Ministerio de Asuntos Exteriores, Philip Barton (D). / EFE

Política exterior

En el plano internacional, los años de Cameron como primer ministro no han estado exentos de polémica, algo que ha colocado algunas dudas sobre su idoneidad en su nuevo cargo. Fue uno de los impulsores de la intervención militar en Libia en 2011, que provocó la caída del dictador Muammar el Gaddafi y los sucesivos años de desgobierno en el país. Cameron aseguró sentirse orgulloso de haber contribuido al fin del autócrata, aunque algunos informes publicados por el Parlamento británico años después demostraron que tomó decisiones sin llevar a cabo análisis de inteligencia contundentes y que eludió la responsabilidad de reconstruir el país tras su caída.

También fue destacable su posición ambigua en el conflicto entre Israel Palestina: en 2010 llegó a calificar Gaza como un “campo de prisioneros”, aunque años después fue descrito por la prensa israelí como “el primer ministro más proisraelí de todos los tiempos”.

Tras su salida del Gobierno, optó por renunciar a su escaño en el Parlamento y dirigió varias organizaciones, entre ellas el Alzheimer Research Group UK (Grupo de Investigación para el Alzheimer). Algunas de sus actividades han generado controversia, como cuando trató de utilizar sus conexiones con miembros del Ejecutivo para asegurar una inversión en Greensill Capital, una compañía de la que fue asesor desde 2018 y que entró en bancarrota en marzo de 2021 con pérdidas millonarias para sus inversores. Su fundador, Lex Greensill, fue acusado de fraude y la imagen de Cameron fue considerablemente dañada.

Ahora, el exprimer ministro vuelve al Gobierno como ministro de Exteriores en un movimiento que entraña riesgos, pero también puede suponer un impulso para un Ejecutivo que se encuentra en una situación muy diferente a la que dejó en 2016. "Quiero ayudar a conseguir la seguridad y la prosperidad que nuestro país necesita y formar parte del equipo más fuerte posible que sirva al Reino Unido y que pueda presentarse al país cuando se celebren las elecciones generales", ha dicho Cameron a través de un comunicado. Solo el tiempo dirá si esta ha sido la decisión correcta.