Explotación

Casi 50 millones de personas viven en condiciones de esclavitud en el mundo

El número de seres humanos que viven como esclavos es mayor que en cualquier otro momento de la historia

Varios niños afganos trabajan en un horno de ladrillos en una imagen de archivo.

Varios niños afganos trabajan en un horno de ladrillos en una imagen de archivo. / EFE

Andrea López-Tomàs

Cada día llegan a nuestras manos productos venidos de recónditos rincones del mundo. Los sostenemos con nuestros dedos, los visten nuestros cuerpos, alimentan nuestros estómagos, almacenan nuestros proyectos digitales, iluminan nuestros hogares. Antes de convertirse en la realidad que nos facilita la vida, han pasado por otras manos. Algunas de ellas, infantiles; la mayoría, muy desgastadas. Millones y millones de productos son creados por cientos de miles de personas alrededor del globo que no tienen derechos, que son explotadas y tratadas como seres humanos desechables. Y cada vez son más. En 2021, casi 50 millones de personas vivían en situación de esclavitud moderna alrededor del mundo. Son diez millones de seres humanos más que en 2016.

“Hay más personas en esta situacion de esclavitud que en cualquier otro momento en la historia de la humanidad”, constata María Collazos, investigadora y analista de políticas de Walk Free. Este grupo de derechos humanos es el creador del Índice Global de Esclavitud, el conjunto de datos más completo del mundo sobre la esclavitud moderna. “Ha habido un aumento en el riesgo de la esclavitud moderna para poblaciones vulnerables que se explica por la intersección de varios factores”, aclara a El Periódico de Catalunya, del mismo grupo editorial que este diario. “Cuando la dinámica de estos factores juntos ocurre en un contexto específico como lugares en crisis se da un efecto multiplicador que puede forzar a las poblaciones vulnerables a vivir en esclavitud moderna”, añade. 

Migrantes vulnerables

Países como Corea del Norte, Eritrea, Mauritania, Arabia Saudí o Turquía encabezan las listas de la vergüenza. “Los estados con mayor prevalencia de la esclavitud moderna tienden a estar afectados por los conflictos, tienen trabajos forzados impuestos por el Estado y tienen una gobernanza débil”, constata el informe. El cambio climático, las guerras, las medidas de control de la pandemia y la cultura de consumo son algunos de los principales factores que alimentan la esclavitud moderna a día de hoy. Todos estos desafíos, compartidos entre la población mundial pero cuyo impacto se ceba con los habitantes s del Sur Global, exacerban los flujos migratorios, foco de peligros y vulnerabilidades.

A día de hoy, migran más personas que en cualquier otro momento de las últimas cinco décadas. Alrededor del globo, la población huye de los conflictos, de los desastres naturales agravados por la crisis climática, de la represión de sus derechos, de la persecución política, o simplemente migran en busca de mejores oportunidades. “Estos migrantes tienen más probabilidades de ser trabajadores en esclavitud moderna, sobretodo en aquellos países donde hay una respuesta gubernamental débil y hay muy pocas protecciones sociales o son inexistentes”, constata Collazos. El sistema kafala o de patrocinio, por ejemplo, está muy presente en países árabes y se caracteriza por un régimen restrictivo de permisos de trabajo que vincula a los trabajadores migrantes a su empleador. 

"Esclavitud doméstica"

En El Líbano, la grave crisis económica, una de las peores desde el siglo XIX a nivel global, según el Banco Mundial, ha provocado el abandono de los miles de migrantes venidos de África y Asia bajo la promesa de salarios dignos y empleo. “Este sistema ha sido calificado de esclavitud moderna”, denuncia Aina Puig-Ferriol, experta legal y humanitaria en el sistema kafala en el país de los cedros. “Estas personas, la mayoría mujeres, dependen por completo de sus empleadores, poniéndolas en una situación de vulnerabilidad y dependencia que suele llevar a abusos, explotación y violencia en muchos casos”, cuenta a este diario. Esta realidad se repite en centenares de miles de hogares en toda la región. Los estados árabes albergan a más de 24 millones de trabajadores migrantes, que suponen el 40% de la fuerza laboral, la proporción más alta de cualquier región. 

Walk Free lo considera “servidumbre doméstica”. Este tipo de esclavitud moderna se ensaña con mujeres y niñas. “También están desproporcionadamente representadas en las cifras de matrimonio forzoso y la violencia sexual, que ya está institucionalizada en situaciones de conflicto, haciendo que aún aumente más su vulnerabilidad”, explica Collazos. Pese a que la capacidad de elegir libremente con quién, cuándo y si casarse o no está reconocido como un derecho humano esencial, los matrimonios forzados afectaban a 22 millones de personas en el 2021. UNICEF denuncia hay 650 millones de mujeres y niñas casadas antes de los 18 años. La mayoría de este tipo de esclavitud moderna prevalece en los países árabes.

Decepción a nivel mundial

Bajo el término esclavitud moderna, definido por Collazos como “las situaciones de explotación que atentan contra la dignidad humana y a los que una persona no se puede negar a participar y hay engaño y abuso de poder”, se despliega un amplio y aterrador abanico de realidades. Entre ellas, está el trabajo forzado, que esclaviza a 28 millones de personas en todo el globo. Sobre este tipo de prácticas, se sostienen miles de industrias que producen los productos que nos facilitan la vida. Sectores como la moda rápida, la pesca, la electrónica, los paneles solares, el chocolate o el aceite de palma concentran elevados números de esclavitud moderna entre sus trabajadores. Algunas de estas empresas se vinculan con instituciones para niños, incluidos los orfanatos, para abaratar los costos de producción. 

Pero una mayor conciencia y la accesibilidad a estas trágicas realidades no les han puesto freno. Más bien, ha ocurrido lo contrario. Desde el 2018, ha habido un estancamiento de las acciones gubernamentales para poner fin a la esclavitud moderna, el trabajo forzoso y la trata de personas para el final de esta década, tal y como se comprometieron los líderes mundiales al adoptar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hace nueve años. “El progreso ha sido muy débil y decepcionante a nivel mundial”, constata Collazos. “Solamente hay ocho países a día de hoy que han impuesto restricciones en el libre comercio si saben que vienen de situaciones de esclavitud moderna”, lamenta la investigadora de Walk Free. 

En 2021, los países del G20 importaron bienes por valor de 468 mil millones de dólares en riesgo de esclavitud moderna. “Son los países más ricos del mundo y han tomado medidas muy débiles o insuficientes para erradicar estas situaciones”, destaca Collazos. “No hay excusa para que no estén adoptando las medidas necesarias porque tienen los recursos para adoptarlas e implementarlas”, explica, a la vez que subraya cómo la sólida respuesta del Reino Unido, la primera a nivel mundial, puede verse afectada por su reciente política migratoria. Mientras este 25 de marzo se celebra por 17º año consecutivo el Día Internacional de Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud y la Trata Transatlántica de Esclavos, los gobiernos alrededor del mundo continúan ignorando su sufrimiento.

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