El penalti que puede marcar una temporada

La pena máxima de Wesley ante el Mirandés fue la consecuencia de una concatenación de errores

Wesley se lamenta tras el fallo del penalti. | F. CALABUIG

Wesley se lamenta tras el fallo del penalti. | F. CALABUIG / r.esteve. valència

R. Esteve

Una vez López Toca señaló el punto fatídico, José Campaña fue el encargado de ejecutar la acción. El ‘24’, con un cien por cien de efectividad en penaltis anotados esta temporada, asumió el deber de ir a por el empate contra el Mirandés, pero Wesley le pidió lanzarlo y el centrocampista cedió ante la voluntad del brasileño en tomar la responsabilidad. «Me lo ha pedido y se lo he dado», recogieron las cámaras de LaLiga SmartBank cuando Campaña fue sustituido por Iborra. La decisión del ‘24’, no obstante, fue incomprensible entre los miembros del cuerpo técnico, sobre todo, habiendo en el campo otros jugadores con garantías para transformar una pena máxima tan trascendental. Soldado, Pepelu o Álex Muñoz fueron otros candidatos. Sin embargo, el centro de la culpa no reside en José Campaña, quien tras el partido, terminó roto y anímicamente hundido. El medio andaluz tiene una elevada responsabilidad en su decisión, pero los focos de Orriols apuntan a la figura de Wesley.

La intención del atacante cedido por el Aston Villa, a pesar de que no estuvo cargada de mala fe, se etiquetó de egoísta en las profundidades del club. Incluso, se consideró que no ha hecho méritos como para tener que cargar con una responsabilidad de dicha envergadura según el contexto del partido. Al delantero no le importó la necesidad de ir a por los tres puntos ante el Mirandés y la presencia de hombres con poso sobre el terreno de juego. El ‘7’ quiso lanzarlo sí o sí al considerarlo, a título personal, como una oportunidad para terminar con su sequía en LaLiga SmartBank y así empezar a darle la vuelta a una temporada más que deficiente. El balón se estrelló en el larguero, de la misma forma en la que el público del Ciutat, que, a caballo entre la incredulidad, la rabia y la frustración, explotó por completo al tratarse de otra ocasión perdida.