El Levante resiste en el Martínez Valero (0-0)

El equipo de Javi Calleja obtiene un valioso punto en el campo del Elche después de haber sido dominado por el rival durante la segunda parte

Sergio Lozano, con la pelota, ante la mirada atenta de Sergio León.

Sergio Lozano, con la pelota, ante la mirada atenta de Sergio León. / ED

Rafa Esteve

El corto plazo es la obsesión de un Levante que nunca dejará de pensar en sus retos más inminentes. El cambio de mentalidad del equipo de Javi Calleja es radical. Siempre creerá que lo mejor será no obsesionarse con un sueño que ha adquirido una nueva interpretación. En fase ascendente gracias a sus dos victorias consecutivas, el combinado levantinista acudió al Martínez Valero con la intención de seguir mirando al futuro con optimismo, pero el Elche, superior durante la gran parte del partido, hizo que el empate tuviera tintes positivos (0-0).

 El Levante, de más a menos, y pidiendo la hora en los últimos instentes del encuentro, tiene en su mano un punto que, con el paso del tiempo, cogerá una tonalidad positiva al haber sido extraído en casa de un recién descendido. Sin embargo, todavía quedan matices que corregir después de haber sido sometido durante un periodo considerable. Pese a ello, el Levante continúa en la lucha. De pie y resistiendo.

El ambiente en el Martínez Valero no estuvo del todo tranquilo. La derrota abultada en Burgos puso a Sebastián Beccacece en la diana de las dudas. Medirse al Levante, conjunto que, sin tener el deber de ascender, se encuentra en la parte noble de la tabla, fue el mejor desafío para demostrar que todo sigue en fase de crecimiento y que su candidatura para subir a la élite continúa en pie. El combinado de Javi Calleja, sin embargo, fue a morder, a presionar y a despertar incertidumbre en su rival, pero los franjiverdes se encargaron de mover los hilos del encuentro.

Nico Castro, desde la frontal y a los quince minutos del partido, avisó de sus intenciones frente a un Andrés Fernández que respondió con una solvente parada. No obstante, el arquero poco pudo hacer para evitar una falta de entendimiento entre Álex Muñoz y Valle, que aprovechó Fidel para irse del ‘13’ en un mano a mano, pero que fue incapaz de aprovechar después de que el ‘3’ rectificase. A lo largo de un enfrentamiento, el Levante estiró su carta de presentación. Dani Gómez, con un disparo desde fuera del área, puso en dificultades a San Román, que, con una gran estirada, impidió un tanto que a los levantinistas les costó encontrar. Sobre todo, cuando el Elche dio un paso hacia adelante en el momento en el que detectó a un adversario más combinativo, vertical y peligroso.

De hecho, la ocasión más peligrosa de la primera parte no estuvo en las botas de ningún futbolista vestido de azulgrana, sino que la protagonizó el cuadro ilicitano a pocos minutos del descanso. Nico Fernández encontró, mediante un centro procedente desde la izquierda, a un Fidel que merodeó por el punto de penalti con la finalidad de poner el primero en el marcador del Martínez Valero, pero el preciso remate del capitán fue palmeado por Andrés Fernández. En el instante en el que el Elche le apretó las tuercas al Levante, el descanso fue un respiro para los de Orriols. El momento de pensar, de reorganizar y, sobre todo, de no darle margen a su rival.

Sin embargo, el guion de partido apenas cambió pese a que Álex Muñoz probó fortuna ejecutando un lanzamiento desde una posición lejana del terreno de juego. Por dichas proximidades, pero en el otro costado, Nico Castro se quedó a milimetros de adelantar a los suyos. Su disparo salió lamiendo el palo de la portería del Levante, aunque fue el comienzo de un carrusel de oportunidades por parte del bando local en la que los de Calleja sacaron músculo defensivo para resistir a las embestidas. Las más peligrosas, un lanzamiento de Fidel, que sacó en la línea Álex Valle, y un remate de Mario Gaspar al que Andrés Fernández, de forma magistral, tiró de reflejos para negarle la diana al ‘2’.

Fueron demasiadas las revoluciones para un Levante que supo calmar las aguas en tierras ilicitanas. Javi Calleja, cuando más superada se vio su libreta, movió su banquillo, introdujo un futbolista más en el centro del campo y equilibró fuerzas. No obstante, la intención fue la de agitar la tarde a través del contragolpe. Y más, después de que una de las modificaciones del entrenador fuera la entrada de Fabrício en el 60’, tendencia en el Ciutat de València tras su eléctrica aparición contra el Eldense, culminada con su primera diana como granota.

Pese a ello, los chispazos levantinistas fueron intermitentes, y el Elche se negó a prologar las dudas que irrumpieron después de recibir cuatro goles en El Plantío. Bigas avanzó, adelantó su posición y se vio en una situación de golpeo tan favorable que su lanzamiento rozó la escuadra de Andrés. Tan cerca se quedó el central, que Mourad no se quedó atrás cuando su disparo, desviado por Postigo, se marchó fuera por poco. Sin embargo, Óscar Plano, en el 89’ y para fortuna granota, no impactó con precisión un envío de Carreira al punto de penalti. El punto obtenido en el Martínez Valero supuso un ejercicio de resistencia y la evidencia de que el Levante, defensivamente, ha dado un salto. Tras un empate meritorio, mejorar seguirá siendo la intención de un equipo que no quiere ponerse techo.