Cierran la Playa del Arenal de Xàbia por contaminación

Por segunda vez este verano y por tercera vez en lo que va de año, la Playa del Arenal de Xàbia ha tenido que cerrarse por la contaminación de sus aguas. Así lo ha confirmado el consistorio en un comunicado en el que informan que la Dirección General de Calidad de Agua ha detectado partículas contaminantes en el mar que podrían ser nocivas para las personas que fueran a bañarse.

Esto ha llevado al consistorio a cerrar la playa y a izar la bandera roja que prohibe el baño. Además, se ha tenido que desalojar a los bañistas que estaban ya en la playa durante este viernes, una labor que ha realizado tanto Cruz Roja como los técnicos que municipales.

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El informe realizado por Calidad de Agua ha arrojado unos resultados negativos, como ya sucedió a finales de junio, cuando también se tuvo que cerrar la playa aunque aquella vez fue por presencia de restos fecales.

Tal es la preocupación en el municipio que Rosa Cardona, alcaldesa de Xàbia, ha convocado esta mañana un gabinete de crisis junto a la primera teniente alcalde, Mavi Pérez, y al segundo teniente alcalde y concejal del Ciclo Integral de Agua, José Marcos Pons. A lo largo de toda la mañana han estado reunidos con técnicos municipales y con el ingenierdo indutrial municipal así como el intendente jefe de la Policía Local. Se han realizado varios vuelos con dron para ver la imagen aérea de las aguas. Entre las conclusiones se ha decidido elaborar un plan de medidas de emergencia para realizar cinco analíticas diarias en diferentes puntos de la zona afectada. Se van a monitorizar también las aguas pluviales y la red de alcantarillado para determinar el origen de este nuevo episodio de contaminación.

Además, este suceso coincide con que el miércoles de esta misma semana apareció más de un millar de peces muertos en el Canal de la Fontana, un puerto deportivo de embarcaciones pequeñas donde habita fauna y flora. En ese momento, el consistorio apuntó a que la muerte masiva de estas especies se debía a la falta de oxigenación del agua, debido, probablemente, a la ola de calor que había hecho subir los termómetros.

Ecologistes en Acció, que denunció los hechos, apuntó a un posible vertido de aguas fecales o a uno de aguas salobres de la desaladora, aunque ninguno de los dos fue confirmado por las autoridades locales.